Mujeres Creando presentará hoy (13.12.2023) una herramienta de control social masivo y colectivo sobre la justicia boliviana.
Este instrumento funcionará de manera digital y surgió a través de la consulta “de compañera a compañera”, desde la investigación y verificación de cientos de expedientes judiciales.
“Hemos enlistado casos de feminicidios, violación y paternidad irresponsable”, explica Fabiola Albarracín y subraya que el proyecto tiene un alcance nacional.
Fabiola es abogada e integrante del colectivo feminista boliviano Mujeres Creando.
Este registro se publicará digitalmente, en una página web, se actualizará permanentemente y estará al alcance de quien quiera recurrir a él.
Tendrá disponible información desde 2013, el año de la aprobación de la conocida ley 348, “para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia”.
El lanzamiento del Registro de Violencias Machistas se realizará el miércoles 13 de diciembre en la ciudad de La Paz. El evento comenzará a las 18:30, en el auditorio del Ministerio de Justicia (ingresando por la calle Reyes Ortiz, frente al Hotel Europa).
Solo entre 2021 y 2022, los delitos por la ley 348 suman casi 100 mil casos (98,685).
La mayoría corresponden a denuncias por violencia familiar. En el caso de violaciones, los registros de los últimos años se mantienen por encima de los dos mil casos anuales y los feminicidios rondan los 100 por año.
El recorrido antes del Registro Nacional de Violencias Machistas
Raiza Zeballos también es parte de Mujeres Creando y apunta que este colectivo, desde hace muchos años, difunde públicamente una lista de “padres irresponsables”.
“Se leía el nombre, la ocupación y cuánto debía”, recuerda Raiza.
Estos casos de irresponsabilidad paterna llegan hasta Mujeres Creando y el colectivo feminista no se limita a difundirlos, a través de Radio Deseo, principalmente, sino que ofrece ayuda legal a las denunciantes.
Con este trabajo, Mujeres Creando estableció una metodología muy efectiva que consiste en “transformar la vergüenza”, para que no recaiga sobre las mujeres y sus hijas o hijos. Es decir, que sean los infractores quienes reciban una condena social.
Al mostrar públicamente los nombres y datos de los padres irresponsables, explica Raiza, se aplica “una acción de vergüenza social” muy efectiva para conseguir que las asistencias familiares sean cumplidas.
La Línea de la Esperanza fue otro ejercicio clave para la construcción del registro de violencias machistas. Este trabajo de Mujeres Creando comenzó en los primeros meses del año 2022, luego de una masiva movilización nacional en contra de la “violencia judicial” machista.
A través de la Línea de la Esperanza se recolectaron casos de feminicidios y violaciones, a nivel nacional, en los que se los agresores estaban libres por alguna irregularidad del sistema judicial.
“Como Mujeres Creando tenemos un antecedente de intentar hacer una fiscalización y control social en este tipo de casos. Y lo que hemos querido hacer con la página web es justamente agarrar estos métodos, que nosotras ya teníamos, y juntarlos en un solo instrumento”, explica Raiza Zeballos.
Una base de datos verificada
“Todos los casos son verificados”, resalta Raiza y explica que antes de subir el caso al registro digital se realiza una exhaustiva revisión de los expedientes judiciales.
La base de datos recopilada por Mujeres Creando tiene alrededor de dos mil registros. Cada uno de estos procesos judiciales atravesó por un riguroso trabajo de revisión y verificación.
Esta labor fue sostenida autónomamente por el equipo jurídico de Mujeres Creando.
“Nuestra finalidad no es difamar o que sea una simple página de escrache, donde no haya pruebas. Queremos trabajar de manera muy formal y mostrar lo que realmente está pasando”, subraya Fabiola.
“Para registrar los casos hemos tenido que acudir a cada compañera”, agrega Fabiola.
“Registramos el nombre del denunciado con sus datos y fotografía. Además de los detalles del caso: en qué juzgado se encuentra, qué autoridades están a cargo y quiénes son los responsables. Es decir, en ese momento, en qué juzgado (está el proceso), cuál es el juez y qué irregularidades hay”, detalla.
Al momento del investigación también se verifica si se están cumpliendo con las resoluciones y las sentencias de los casos. O sea, si las medidas cautelares o las condenas son cumplidas o no. También se revisa si el proceso está en una fase de apelación.
Según las integrantes de Mujeres Creando, los casos se visibilizan a través de los medios de comunicación, pero, con el tiempo, no se sabe qué pasa con el acceso a la Justicia.
“Los jueces hacen lo que les da la gana y lo que su bolsillo les dice”
Sin acceso a la información pública
Bolivia es uno de los pocos países en América Latina y El Caribe que no cuenta con una ley nacional de acceso a la información pública.
Pese a que la Constitución Política del Estado y el decreto 28168 deberían garantizar este derecho ciudadano, las instituciones del Estado son herméticas y opacas respecto a la información que producen y manejan.
Como ejemplo, el equipo jurídico de Mujeres Creando intentó acceder a información del Estado, las fiscalías y los juzgados para obtener datos sobre los procesos judiciales en casos de feminicidio, violación e incumplimiento de asistencia familiar.
“En un principio hemos solicitado estos datos porque (estas instituciones) deberían tener. Solicitamos al Consejo de Magistratura, al Tribunal Departamental y a la Fiscalía. Esta última sí tiene un registro, pero no ha tenido la voluntad de darnos”, reclama Fabiola Albarracín.
La Fiscalía, inicialmente, mostró predisposición para compartir su registro, pero no concretaron la acción. En el caso del Consejo de la Magistratura, cuenta Fabiola, ofrecieron cifras incompletas y que se limitaban a tres meses.
Ante este panorama, las activistas y responsables del proyecto intensificaron su trabajo. Recabaron los casos, “compañera por compañera”, en una iniciativa autónoma e independiente.
María Galindo, la integrante más mediática del colectivo, hizo una convocatoria masiva para registrar la mayor cantidad de casos posibles.
Galindo compartió el número telefónico de la Línea de la Esperanza a través de Radio Deseo. Además, recorrió diferentes lugares de Bolivia para recolectar los expedientes.
Mucho más que “registrar el caso”
Según Fabiola y Raiza, el proyecto no sólo consiste en “registrar el caso”.
“Cada compañera se comunicaba conmigo y me decía: ‘tengo este caso’. Luego, traía el expediente, lo revisábamos, en qué estaba, hasta qué punto llegó y qué irregularidad hubo”, cuenta Fabiola.
A veces las denunciantes o sus familias no contaban con toda la información. Ya sea porque habían abandonado el proceso o porque no tenían el expediente a la mano.
Entonces, el equipo de Mujeres Creando se veía obligado a visitar los juzgados para verificar los datos y confirmar que los procesos estaban abiertos. Además de identificar en qué eslabón del aparato judicial se encontraban.
Todas estas labores, además de la creación de la base de datos y su página web, son sostenidos con recursos de Mujeres Creando y continuarán manteniéndose de manera autogestionada.
“Que no se diga ‘me han rechazado’. Que se diga ‘tal fiscal ha rechazado (el caso), tal juez o tal tribunal ha absuelto (al acusado)’”
Una metodología en crecimiento
Una vez que se publique el Registro Nacional de Violencias Machistas, desde Mujeres Creando proyectan ampliar su alcance. Pero, especialmente, pretenden identificar a las autoridades que reinciden retardando el acceso a justicia u otorgando impunidad a los agresores.
“Parte de la metodología es que se sigan acercando más casos. Que digan: ‘ese era mi juez y a mí también me hizo lo mismo’”, dice Raiza.
El trabajo constante y activo Mujeres en Busca de Justica, un servicio que ofrece Mujeres Creando desde hace más de 18 años, garantiza la posibilidad de hacer seguimiento de los casos y de alimentar el registro.
Mujeres en Busca de Justicia trabaja en la prevención, atención y sanción simbólica y pública en casos de violencias machistas contra las mujeres en Bolivia. A través del contacto directo con las mujeres que enfrentan violencia, lograron identificar las falencias e irregularidades en el aparato judicial boliviano.