A finales de septiembre de 2021 se creó en Villa Montes la Red de Lucha Contra la Violencia. Se trata de un tejido hecho a punto de esperanza y necesidad de justicia para mujeres y niñes.
Esta pieza fue producida gracias a los recursos autogestionados de nuestro Fondo de Apoyo a la Producción Periodística de Mujeres y Personas LGBTIQ+. Para colaborar con la creación de más proyectos periodísticos como el Primer Reportaje Nacional de Periodismo Feminista, puedes dejarnos un aporte en el Chanchito Muy Waso.
Depende de la ocasión. Pueden ser dos, tres o cinco personas. Todas son parte de la Red de Lucha Contra la Violencia de Villa Montes. Este tejido surgió ante la necesidad de hacer seguimiento a los casos de violencia sexual y feminicidios en ese municipio. Villa Montes está ubicado en el departamento de Tarija, al extremo sur del país.
La Red de Lucha Contra la Violencia acompaña a las personas víctimas de violencia, abuso sexual y otros delitos similares. Su objetivo es obtener justicia a través de un proceso rápido, adecuado y con una sentencia acorde al crimen.
“Hacemos acompañamiento en audiencias y el seguimiento en las instituciones como el SLIM (Servicio Legal Integral Municipal), Defensorías y el Juzgado”, cuenta Yesenia Cardozo, presidenta de la Red.
Entre otras colaboraciones, en la Red de Lucha Contra la Violencia también ayudan a presentar denuncias en las instituciones que corresponden a cada caso.
En busca de empatía
Si bien la red nació inspirada por hechos de violencia patriarcal y machista en otros municipios del Chaco tarijeño, su motivación va más allá del hecho de crear un espacio de representación. El sueño compartido en la Red es el de generar empatía entre la población.
Empatía hacia las mujeres y niñes que son víctimas de violencia, en especial de tipo sexual. Según explican, «para que no sea necesario que los casos se den en la familia para decidir apoyar una causa».
Solidaridad y empatía para que la Red pueda acompañar y realizar seguimientos con garantías a la seguridad de sus integrantes.
Ataques desde la familia de los agresores
Yesenia cuenta que una de las principales dificultades que atraviesan, durante los acompañamientos a las víctimas y sus familias, son los ataques desde las personas vinculadas a los agresores.
“Nos dicen insultos. ‘Ociosas vayan a hacer el té para sus hijos’ o ‘que hacen acá perdiendo el tiempo’”.
Yesenia dice que entiende que la situación es difícil, en especial para los padres de los agresores, pero aclara que “tampoco da para que nos califiquen de esa manera”.
Menos aún se merecen este tipo de ataques las víctimas. Aunque suelen ser bastante comunes, incluso dentro de instituciones donde debería gobernar la justicia.
¿Usos y costumbres?
La Red de Lucha Contra la Violencia trabaja con talleres de capacitación en poblaciones indígenas. En estas zonas, explican desde la Red, hay personas que intentan evitar sanciones para los agresores de casos de abuso sexual. La excusa que usan es la existencia de supuestos “usos y costumbres” que se deben acatar.
“Y no es así, por la ley sabemos que no es así”, remarca Yesenia. Ella recuerda dos casos de maestros de poblaciones indígenas que abusaron de sus estudiantes y que fueron defendidos con una tergiversación de lo que se entiende por “usos y costumbres”.
Respecto a la comisión de delitos, en Bolivia, se aplican las sanciones que se establecen en el Código Penal, incluyendo a las poblaciones indígenas.