Para reflexionar el contexto polĂtico boliviano actual, te compartimos una entrevista a la teĂłrica feminista Silvia Federici en 2016, sobre las mujeres en el Estado.
«Lo importante es que todos quienes están en la parte baja de la escala social empiecen a organizarse de forma autĂłnoma, porque si no, no se puede ganar conocimiento y experiencia sobre la propia realidad. Eso ha pasado en Estados Unidos. El feminismo ha sido muy importante por eso, porque nos ha aportado un gran conocimiento, y por su capacidad subversiva, de cambio real».Â
Silvia Federici
Tiene 74 años de edad y una vitalidad que sorprende. Menuda y enjuta, so convicciĂłn se le nota en los ojos y en las manos. Estuvo en Ecuador como parte de un periplo que la ha llevado por varios paĂses de AmĂ©rica Latina, en donde se reuniĂł con organizaciones de mujeres. En Ecuador lanzĂł tambiĂ©n su libro Calibán y la bruja, el cual es una investigaciĂłn histĂłrica sobre la acumulaciĂłn capitalista en el medievo y cĂłmo, para tener Ă©xito disciplinaron el cuerpo de las mujeres a travĂ©s de la cacerĂa de brujas.
«A partir de la asociaciĂłn entre anticoncepciĂłn, aborto y brujerĂa, en la Bula de Inocencio VIII, los crĂmenes reproductivos ocuparon un lugar prominente en los juicios. La caza de brujas fue un intento de criminalizar el control de la natalidad y de poner el cuerpo femenino, el Ăştero, al servicio del incremento de la poblaciĂłn y la acumulaciĂłn de fuerza de trabajo, promovido por una clase polĂtica preocupada por el descenso de la poblaciĂłn y motivada por la convicciĂłn de que una poblaciĂłn grande constituye la riqueza de una naciĂłn. En consecuencia, del mismo modo que los cercamientos expropiaron las tierras comunales al campesinado, la caza de brujas expropiĂł los cuerpos de las mujeres, los cuales fueron asĂ liberados de cualquier obstáculo que les impidiera funcionar como máquinas para producir mano de obra”, dice el prĂłlogo de su primera ediciĂłn.
¿Cuál es su impresión a partir de los encuentros con los colectivos de derechos humanos y organizaciones feministas?
Que es un movimiento fuerte, que entusiasma y que está creciendo en el sentido en que están empezando a conectarse con otros sectores, y a descubrir terrenos conjuntos. Es un momento problemático, en todo el continente americano y en el mundo. Me habĂa formado una impresiĂłn de las mujeres en AmĂ©rica Latina y esto habĂa sido muy inspirador. Yo he aprendido mucho de mi encuentro con mujeres luchadoras de todo tipo, en MĂ©xico, Argentina… Lo que he visto en Ecuador es que la mujer está en primera lĂnea en tantas luchas sociales.
¿Por qué es inspirador?
Porque posiblemente las mujeres aquĂ a nivel de base, se han encontrado con situaciones muy fuertes de represiĂłn polĂtica y econĂłmica. Han desarrollado formas de resistencia, y no solamente en el sentido de oponerse a la opresiĂłn, sino tambiĂ©n de nuevas formas de construcciĂłn colectiva, como son los comedores populares en AmĂ©rica Latina, nuevas formas de intercambio… Hemos empezado a ver a mujeres que se han enfrentado cuerpo a cuerpo contra el capitalismo minero, contra el despojo; han sido capaces de romper el muro del terror, el miedo que habĂa paralizado sus comunidades, a partir de su cotidianidad, creando cada dĂa nuevas formas de juntarse, de solidaridad, y sobre todo nuevas formas de supervivir. Eso que pasa aquĂ pasa tambiĂ©n en comunidades migrantes en Estados Unidos, comunidades pobres en general. En AmĂ©rica Latina tenemos 50 millones de pobres, oficialmente. Unas 30 millones de personas se van a dormir sin haber comido lo suficiente; personas que duermen en la calle, falta de atenciĂłn de salud… Me fortalece mucho ver las formas en que las mujeres aquĂ han resistido.
ÂżHay diferencias entre las formas de lucha, son varias formas de lucha?
He aprendido aquĂ y en MĂ©xico que hay diferencias, por ejemplo entre las luchas de las mujeres urbanas y las mujeres en el campesinas o indĂgenas. Ahora, en Estados Unidos tambiĂ©n hay un gran empobrecimiento. Los efectos de la globalizaciĂłn hace que haya menores diferencias entre las luchas en AmĂ©rica Latina y Estados Unidos o Europa. Las problemáticas, por ejemplo, del empobrecimiento, del despojo de territorios, la militarizaciĂłn cotidiana de la vida. En Estados Unidos tenemos un movimiento que se llama Black Lives Matter http://blacklivesmatter.com/ porque hay una guerra de la policĂa contra los jĂłvenes negros. Me recuerdo lo que se decĂa en el foro de Buenaventura, Colombia contra el feminicidio, que las mujeres son las más racializadas y el objetivo primero del feminicidio.
ÂżCuáles son las agendas de las luchas de las mujeres ahora? Te lo pregunto porque el gobierno del Ecuador reinvindica la tipificaciĂłn del femicidio y una presunta igualdad polĂtica de las mujeres, al tener, por ejemplo, tres mujeres al frente del congreso ecuatoriano. ÂżEse es un avance, es una polĂtica de gĂ©nero?
Creo hay una posiciĂłn que llega de la lucha de las mujeres en todo el mundo. Es una respuesta a la pregunta de si poner a algunas mujeres en planos de dirigencia, visibilizarla como polĂticas. Entonces se da la impresiĂłn de que las instituciones son sensibles a la agenda de las mujeres. Pero hemos verificado que las mujeres que son integradas al Estado, que hacen polĂtica, como el caso ejemplar de la señora Hillary Clinton, que puede ser la prĂłxima presidente de los Estados Unidos y que ella se presenta como feminista, no cambian la polĂtica del Estado. En realidad, como secretaria de Estado, la señora Clinton ha promovido una polĂtica favorable a la guerra, contraria a todo interĂ©s ecologista, ha promovido el fraking, es muy amiga de Wall Street, y por eso no es un caso aislado. Cuando las mujeres se juntan al Estado, no cambian la polĂtica del Estado. Solamente nos dan la ilusiĂłn que algo ha pasado. Acá se ve lo del Plan Familia, la legislaciĂłn contra el aborto. La polĂtica no se cambia. Por eso no tengo confianza en las mujeres que son del Estado, tengo confianza en las mujeres que están construyendo desde abajo, desde nuevas formas de organizaciĂłn.
ÂżEl feminismo es una manifestaciĂłn del antipoder?
El poder no es una cosa única. Está el poder con y el poder sobre. Nosotros no estamos por el poder sobre los otros. Estamos con el poder como desarrollo de las capacidades colectivas, lo que necesitamos, lo que queremos hacer. Es una forma de poder, pero no es un poder que está sobre las otras personas, es muy importante diferenciar eso.
ÂżCrees que es suficiente con tipificar el feminicidio?
No es suficiente, porque lo importante es saber cĂłmo se pueda luchar contra esto. Yes importante tambiĂ©n comprender las varias formas para saber cĂłmo se puede resistir y cambiar. No comprendemos cuáles son las fuerzas contra las mujeres, y comprender los mecanismos que impulsan esta violencia, que es una violencia nueva, aumentada cualitativa y cuantitativamente y que tiene varias cara. Está la violencia estatal, violencia pĂşblica no estatal, violencia institucional, violencia familiar, y se puede mostrar una interacciĂłn de los tipos de violencias pero es importante diferenciarlas. Y comprender cuáles son los grandes mecanismos que impulsan estas violencia. Nuestra compañera brasileña, Rita Segato, ha escrito cosas muy interesantes. Primero, hay una forma nueva de violencia que es la de los narcos, los paramilitares, que está conectada en el área que se está intentando despojar y vaciar a la poblaciĂłn para abrir espacios a la minerĂa, a la extracciĂłn petrolera. Estos territorios han sido testigos de una violencia tan atroz, que Rita Segato ha hablado de violencia expresiva. Porque es una violencia que manda un mensaje: no hay compasiĂłn, debes irte, necesitamos que todo esto estĂ© vacĂo. Hay tambiĂ©n una violencia masculina, que no es necesariamente domĂ©stica, está asociada a las nuevas formas de trabajo y a las formas de explotaciĂłn del neoliberlismo. Por ejmplo, el fracaso del empleo masculino, y eso significa que muchos hombres descargan sus frustraciones sobre los cuerpos de las mujeres, que intentan vender a sus parejas para la prostituciĂłn; y hay hombres jĂłvenes que son reclutados en ejĂ©rcitos mercenarios que al fin son usados para desplazar a la poblaciĂłn. Están conectadas unas con otras. Yo nunca hablo de la violencia familiar como violencia privada. No lo es, porque es una violencia tolerada por el Estado, y tambiĂ©n las mujeres hoy trabajan en varios lugares donde encuentran muchos peligros, trabajar en la calle, ser migrante… Es parte de la desestructuraciĂłn que se da en nuestras sociedades.
El presidente Correa ha dicho varias veces que la ideologĂa de gĂ©nero es una novelerĂa. Una moda despectiva, y en general se intenta mostrar que el gĂ©nero es solo un tema de mujeres feministas.
La lucha de las mujeres no empieza con el movimiento feminista. Empieza en Estados Unidos cuanto militan en varios movimientos sociales, el movimiento contra la guerra, por los derechos civiles y en los cuales se habĂa comprobado que cuando ponĂan sus problemas sobre la mesa no eran escuchadas. Empezaron entonces a separarse para poder investigar sus propias condiciones de vida. Lo cual fue sumamente importante como una gran explosiĂłn de conocimiento, de creatividad y de nuevas prácticas. Creo que para comprender quĂ© es el feminismo, como para comprender la importancia de las luchas anticoloniales, la luchas por los derechos civiles, la lucha contra la esclavitud, es importante comprender que el capitalismo se ha desarrollado a partir de esas enormes divisiones sobre la base del gĂ©nero, de la raza, de la colonizaciĂłn. En una sociedad tan estratificada y dividida no se puede pensar en luchar de una sola manera, como los slogans de la izquierda, cuando dicen que el pueblo unido jamás será vencido, y no es cierto, el pueblo no es unido. Si las mujeres, los negros o los indĂgenas no toman en sus propias manos su realidad, a investigarla, a conocerla, no pueden desarrollar formas eficaces de lucha. Si seguimos divididos significa que el capitalismo a seguir. Las divisiones ya estaban antes de nosotras, no somos las feministas las que dividen a la gente, como mucha gente de izquierda lo dice. Lo importante es que todos quienes están en la parte baja de la escala social empiecen a organizarse de forma autĂłnoma, porque si no, no se puede ganar conocimiento y experiencia sobre la propia realidad. Eso ha pasado en Estados Unidos. El feminismo ha sido muy importante por eso, porque nos ha aportado un gran conocimiento, y por su capacidad subversiva, de cambio real.
Pero si tiene una capacidad subversiva, también ha sido institucionalizado.
Desde el principio se ha tratado de coptar el movimiento feminista, se lo ha coptado. La intervenciĂłn de las Naciones Unidas en el feminismo ha sido un caso clásico. A partir de 1975, la ONU se muestra como promotora de la emancipaciĂłn femenina, entonces ha construido un feminismo domesticado, que ha servido mucho para desmovilizar al movimiento feminista de su esencia subversiva. Muchas hablan de feminismos por eso, porque hay un feminismo de Estado. Mujeres que hablan de la igualdad, de igualdad de oportunidades. Nosotros creemos que la mayorĂa de los hombres son explotados, y por eso no hablamos de igualdad con los hombres.
Respecto a Calibán y la Bruja, ¿es un libro que confronta la forma masculina de ver la historia?
Es un libro de historia contra la historia. Es sobre el desarrollo del capitalismo a partir del medioevo, de la forma en que el capitalismo se desarrolla, pero mirando el punto de vista de la reproducciĂłn de la vida, la fuerza de trabajo. En el movimiento feminista empezamos a preguntarnos por quĂ© llega lo patriarcal al capitalismo. Y vemos que tenemos un proceso de disciplinamiento de las mujeres a travĂ©s del terror de la cacerĂa de brujas, de la quema de cientos de miles de mujeres como condiciĂłn necesaria para la reproducciĂłn de la fuerza de trabajo a travĂ©s del sometimiento de la mujer, confinada en el trabajo domĂ©stico gratuito. Y era necesario hacer un trabajo histĂłrico sobre el inicio de la acumulaciĂłn del capital a travĂ©s del trabajo de las mujeres, a quienes se les ha otorgado el papel de reproducciĂłn. Karl Marx se da cuenta de las mujeres solamente cuando entran a la fábrica. EmpecĂ© a estudiar el papel de las mujeres en el desarrollo del capitalismo. Hablo en el libro sobre todo de la caza de brujas, que fue un proceso fundante del capitalismo y crea las herramientas de la disciplina de las mujeres, de la sumisiĂłn de las mujeres a los hombres. Y crae divisiones entre los campesinos y artesanos, que estaban atacados por el avance del capitalismo. Y se acaba con un capĂtulo de la extinciĂłn de brujas en AmĂ©rica Latina, con los españoles que trajeron la inquisiciĂłn, la caza de brujas y la demonizaciĂłn, un nuevo tipo de relaciĂłn patriarcal que no existĂa de esa manera.