Llegamos a la mitad del reto Graficalaca 2022 con uno de los animales sagrados más presentes en la cultura popular boliviana: el sapo o hamp’atu.
El sapo o hamp’atu es un animal sagrado para las culturas quechua y aymara. Tiene una fuerte carga simbólica, está relacionado a la agricultura, las lluvias, la fertilidad y la riqueza.
Para los aymaras, los sapos y otros siete animales sagrados son “sallka, animales silvestres que se aman”.
Algunos dicen que es «vocero» de la Pachamama. Otros lo consideran el “espíritu de la misma Pachamama”.
Sin embargo, hay registros que relatan que el sapo está vinculado al Sereno, el espíritu del agua y de la música que vive en el manq’apacha (mundo de abajo).
El manq’apacha está relacionado “con las aguas y corrientes subterráneas”. Se cree que allí se originó el nacimiento del reino animal.
En la simbología de los sueños, los sapos significan riqueza “el runa que sueña con muchos sapos, es porque va ha tener dinero”. El sapo no solo está relacionado a la abundancia en productos naturales, sino también en dinero.
En la medicina ancestral el sapo tiene dos connotaciones.
La primera es negativa, pues se cree que el sapo es portador de brujerías y representa a la víctima.
Por el contrario, también se utilizan sapos para limpias o curaciones. “Los sapos tienen la función de ser profilácticos–ordenadores, y tienen la función de succionar la enfermedad”.
Ceremonias
Por su vínculo con las lluvias y la Pachamama, los sapos son considerados como mediadores meteorológicos. En ese sentido, existen distintos rituales donde la figura del sapo es fundamental.
En el rito del umawina, por ejemplo, cuenta con dos fases: una de ayuno y otra donde se recogen agua y sapos de ríos o lagos importantes. Luego, se los traslada a las fuentes de agua de las comunidades. Mediante esta ceremonia se solicita abundancia de lluvias y por tanto buena cosecha.
Cuando las lluvias demoran se suele recurrir a los comunarios que tengan un sapo de piedra. Se lleva esta figura al centro de una chacra recién sembrada y se ch’alla con alcohol y vino rojo. Después se lo moja con agua y da la vuelta “dejándolo así algunos minutos a fin de que ‘ponga sus huevos’”.
Por otro lado, algunos registros relatan que, al contrario de otros animales sagrados, que se simbolizan en distintos materiales, los sapos, culebras y lagartos “se mantienen vivos o disecados, en pequeñas cajas”.
Los sapos de piedra
Al ser un animal sagrado, existen representaciones del sapo en varias regiones del país. Dos de ellos, hechos en piedra, son de los más importantes para la cultura popular boliviana.
Uno de ellos está ubicado en Copacabana. La leyenda cuenta que un sapo gigante emergía del lago Titicaca todas las noches, pero debía volver al fondo de las aguas antes de que salga el sol.
Un día gris, no se percató del amanecer y no alcanzó a regresar al lago. Tata Inti lo castigó por su osadía convirtiéndolo en piedra a orillas del lago, donde permanece hasta ahora.
Cada 5 de agosto se celebra la fiesta de Copacabana donde también se festeja a este sapo. Sus devotos lo adornan, ch’allan y dejan ofrendas. También llevan objetos en miniatura, como autos o casas, para que el sapo les traiga suerte y abundancia.
En la ciudad de Oruro también existe un sapo de piedra.
El relato de “Las cuatro plagas” cuenta que el dios Huari envió una serpiente, un lagarto, hormigas y un sapo gigante como castigo a los Urus. Según la leyenda, una ñusta que ve sufrir al pueblo Uru, convierte a estos cuatro en piedra.
La piedra del sapo de Oruro fue dinamitada por un militar ebrio en la década de los 40.
También está la Wak’a Jampatu (o Wak’a del Sapo) sobre la autopista, en la ciudad de El Alto.
El sapo de piedra fue incluído en la lista del Graficalaca gracias a Israel Miranda, quien nos dejó esta narración oral de su zona, en Los Pinos, La Paz:
“El sapo de piedra cuida a las personas de mi barrio de los malos espíritus especialmente de los perros que moraban por las noches”.
Para escribir la descripción de los Samiris usamos las siguientes referencias
- Ritos y saberes como contribución al rescate cultural de léxicos para la enseñanza de la lengua aymara. Benita Castillo Gomez
- Cultura Andina Agrocéntrica. Greslou, Grillo, Moya, Rengifo, Rodríguez Suy Suy, Valladolid
- Estudios Bolivianos VIII. Informe de gestión 1999
- El culto a los animales sagrados emblemáticos en la cultura aymara de Chile. María Ester Grebe
- Lari y jamp’atu. Ritual de lluvia y simbolismo andino en una escena de arte rupestre. Gustavo Espinosa
- Leyenda de las cuatro plagas
- Leyenda de la boca del sapo
- Esfuerzos humanos II Observaciones adivinatorias y técnicas simbólicas. Dr. R.P. Hans van den Berg O.S.A.
- Visión y Función del Hamp’atu [Sapo] en la Cultura Indígena Andina: una Lectura de Simbologías y Significados . Efraín Cáceres Chalco
- Expresiones, lenguajes y poéticas. Museo Nacional de Etnografía y Folklore
- Tras la huella de nuestros ancestros: Hamp’atu
- La virgen de piedra. Centro de Ecología y pueblos andinos
Más sobre el reto GrafiCalaca
El GrafiCalaca es un reto inspirado en el inktober que rescata, desde las artes gráficas, mitos, leyendas, criaturas fantásticas y deidades de las culturas bolivianas. El reto es una cocreación de la revista Muy Waso y el artista Salvador Pomar.
Si quieres conocer más del reto GrafiCalaca puedes revisar esta nota. Debajo encontrarás la lista completa de consignas para cumplir con el reto.