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Muy Waso, periodismo del futuro
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Raquel Gutiérrez: cuando el poderoso habla tu lenguaje, desconfía

Mijail Miranda ZapataEscrito porMijail Miranda Zapata
27/04/2023
guardado en Mujeres y diversidades, Portada
Tiempo de lectura: 19 mins.
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“La primera vez que leí a Raquel Gutiérrez Aguilar sentí en sus palabras una emoción que desbordaba la página. No era sólo lo que decía, sino cómo lo decía. Había garra, urgencia; era visceral”, escribe la periodista y socióloga puertorriqueña Firuzeh Shokooh Valle.

Una visceralidad que, en persona, enrevesa palabras e ideas, estirando sus sentidos y replegándolos sobre sí mismos. Seguir la conversación a Raquel no es del todo fácil.

“¡No es el problema que tengamos poco capitalismo, es que hay demasiado capitalismo en el mundo!”, dice en un ramalazo que quiebra y rebalsa cualquier hermetismo intelectual. Un corte transversal en ese amasijo conceptual que elabora con prisa, pero pacientemente.

Raquel lleva la mirada, la voz y el cigarro incendiados.

Durante nuestra charla, esa imagen, esos ramalazos, ese apasionamiento, se repiten una y otra vez.

Raquel Gutiérrez es una intelectual mexicana muy conectada con Bolivia. Entre los 80 y 90 participó de movimientos insurgentes medulares para la historia nacional. Durante casi una década vivió en nuestro país bajo clandestinidad.

Su producción intelectual, también acompaña ese recorrido/vínculo. Títulos como ¡A desordenar! Por una historia abierta de la lucha social (publicada en 1999 y reeditada por Tinta Limón en 2006) o Los ritmos del Pachakuti. Levantamiento y movilización en Bolivia (2000-2005), (Bajo Tierra Ediciones, 2009) son el reflejo de una conexión irremediable.

Durante marzo de 2023, Raquel regresó a Cochabamba, una ciudad que suele visitar a menudo. En esta ocasión, fue parte de unas jornadas de debate organizadas por el Centro de Estudios Populares (CEESP). “Pensando las luchas comunitarias y populares del presente”, se lle en la convocatoria al encuentro.

¿Y cómo pensamos realmente estas luchas? ¿Cuáles son y qué horizontes futuros proyectan? ¿Cómo se articulan y qué problemas enfrentan? Esas son algunas de las preguntas que Raquel desgrana con una denodada vocación académica.

¿Qué significa poner la vida en el centro? ¿Cuáles son las luchas, desde tu perspectiva, que lo están haciendo actualmente?

Tengo la impresión de que llevamos ya bastantes años, yo creo que una década, cuando menos, en la cual, a lo largo de todo el continente, se han visto un conjunto de luchas que se suelen presentar y se suelen entender como dispersas y distantes entre sí.

Luchas de defensa territorial contra la arremetida de procesos de expansión y de formas específicas de acumulación de capital. Llámale empresas mineras, llámale empresas petroleras, llámale expansión de la agroindustria, llámale expansión de cultivos para la exportación.

Muchísimas tramas comunitarias, muchísimos pueblos indígenas y, sobre todo, las mujeres dentro de esos pueblos han puesto en el tapete de la discusión la manera cómo el agua se ensucia, cómo se dificultan las condiciones de sostenimiento de la vida cotidiana. Cómo se arremete contra las prácticas alimentarias, cómo se desorganizan maneras anteriores en las que estaba establecido el conjunto de prácticas diarias para garantizar alimentos, salud, educación.

Entonces, se ha vivido en una constante ofensiva, en muchísimos territorios, bajo regímenes de concesión de territorios, donde se pretende que es de interés público destruir y desconocer esas prácticas, a partir del argumento, bastante falaz, de que se necesita producir riqueza para, finalmente, empujar procesos de redistribución.

Esa gran falacia tiene que ver con que se cambia la forma concreta de la riqueza material, que garantiza el sostenimiento de la vida, esto que te estoy hablando, por una forma abstracta de producción de una riqueza que, en realidad, es capital, valor de cambio, y que va a quedar concentrada en manos ajenas. Las mismas que van a concentrar no sólo la riqueza sino la decisión. El decidir qué nos va a pasar al conjunto.

Esa dinámica se ha visto a lo largo de, cuando menos, la última década de manera muy acelerada y hemos visto muchísimas resistencias protagonizadas por organizaciones de mujeres, a veces por organizaciones mixtas. Pero, sobre todo, han sido las mujeres quienes han puesto en el centro esta discusión.

Ahora, simultáneamente, ha ocurrido otro fenómeno igualmente resistido. Estos procesos de aceleración en la acumulación del capital, está totalmente documentado, incrementan todo tipo de violencias. Incrementa las violencias en las casas, porque le meten una inmensa presión a la posibilidad de sostenimiento, la trastocan.

Pero incrementan también otras violencias, porque aparecen en los territorios grupos, básicamente grandes brigadas de varones, por ejemplo, en la minería, en la petrolera, en todas las extractivas grandes y antiguas, que llegan y se están desplazando en sus vehículos, atravesando el territorio todo el tiempo. Y que empiezan a demandar, por ejemplo, servicios sexuales.

Y cuando no los encuentran, entonces, empiezan a capturar jovencitas. Empiezan a alterar los términos de la vida allí.

Hay una correlación inmediata entre los lugares donde se expande el capital extractivo y donde se incrementan los feminicidios y donde se desestructuran las tramas de reproducción, de cuidado y de sostenimiento.

Raquel Gutiérrez

Hay una correlación inmediata que, además, no es solo de ahora. Esta es la versión contemporánea, pero ha pasado históricamente así.

Parece que tenemos una especie de epidemia de violencias muy variadas. O sea, unas violencias que agreden el tejido mismo de la vida. Interviniéndolo, separándolo, trastocándolo.

Pero también una epidemia de ataques contra los cuerpos de las mujeres, que pretenden ser convertidos en cosa consumible, en cosas sexualmente consumibles y, después, desechables.

Esa epidemia de agresión hacia los cuerpos de las mujeres y hacia las tramas que sostienen la vida ha abierto un momento nuevo de luchas feministas masivas que se han ido articulando en diferentes países.

¿Cuáles son los horizontes de estas articulaciones feministas y qué retos enfrentan en su estructuración como formas de organización política alternativas a las que copan actualmente nuestros imaginarios?

Se puede ir contando desde distintos años. Pero, más o menos, a mitad de la década pasada, desde el 2014, 2015, 2016, 2017, por ahí, han ido surgiendo expresiones de malestar de muchísimas mujeres que vuelven a poner en el tapete de discusión esta inconformidad con la manera como está estructurado el mundo.

Entonces las luchas contra todas las violencias, que tienen muchos ribetes y muchas aristas, y que en realidad son una enorme acción de subversión de lo que está ocurriendo, han condensado, también en la parte urbana, capacidades de movilización y autoorganizativas que tienen un momento muy peculiar en los 8 de marzo.

Estos 8 de marzo en los que en muchas ciudades se manifiestan conglomerados enormes de mujeres. Organizadas localmente, de manera interesante, aunque casi siempre de forma descentralizada, mostrando que hay capacidad de sintonía, de reverberación entre las cosas. Con competencia, con rivalidad, por supuesto que sí. Y con problemas grandes. Pero son torrentes de luchas que ponen en el centro de la vida.

¿Cuál es el problema allí? ¿Cuál es la politicidad que emerge desde la reproducción? ¿Y cómo la capacidad política regenerada en esas movilizaciones, contra todas las violencias y en defensa de la vida, que ponen en el centro el sostenimiento, parece que son mudas en el momento de su traducción hacia la forma política liberal dominante, que no son entendibles, que no tienen capacidad de establecer los puntos que quieren?

Ese es un problema político central, pero es un problema teórico también y es un problema epistemológico.

Es decir, yo lo veo en tres niveles: como problema filosófico, en el ámbito epistemológico, pero también de la filosofía política. Y como problema político operativo práctico. Un problema muy grande, porque parecen bifurcarse los mundos.

Entonces, tú tienes una gran potencia, en términos de las luchas por defender la vida, por ponerla en el centro, por sostenerla, y ves, al mismo tiempo, un conjunto de discursos que quieren intervenir sobre eso. Discursos que quieren plantearse en competencia, para operar desde otras posturas académicas y políticas. Que algunas nutren, claro, pero otras quieren usufructuar.

Y también ves Estados sordos que siguen tacón planta punta, imponiendo sus planes para poner en el centro la acumulación del capital, tratándolo de convertir en el principal problema de la sociedad, cuando eso es falso.

@muywaso

«¡No es el problema que tengamos poco capitalismo, es que hay demasiado capitalismo en el mundo!» Conversamos con la pensadora mexicana Raquel Gutiérrez sobre los retos que enfrenta el gran torrente feminista latinoamericano en el terreno político actual. Desde hace al menos una década el movimiento feminista latinoamericano ha tomado las calles y se ha transformado en una notable fuerza de organización y movilización. ¿Cómo traducir esa potencia feminista en transformaciones políticas profundas?

♬ Epic Music(863502) – Draganov89

¡El problema no es que tengamos poco capitalismo, es que hay demasiado capitalismo en el mundo!

Raquel Gutiérrez

Ese es para mí el problema y allí está la búsqueda de hacer el desplazamiento. De poner y entender el asunto de la garantía de la reproducción material, afectiva, simbólica de la vida humana, y más que humana, como corazón de aquello de lo que, como humanidad, como mujeres, podemos ocuparnos. De eso queremos ocuparnos y de eso nos estamos ocupando.

Por eso vamos planteándolo, vamos diciéndolo, vamos trabajándolo. De alguna manera como un gran torrente de impugnación frente a lo que se nos ofrece como normalidad, como presente y posible.

Desde esa perspectiva, considerando esta disputa por qué se acomoda en el centro de nuestras cotidianidades, sea la acumulación de capital o el cuidado de la vida, ¿qué dispositivos identificas tú que ha desplegado el poder, desde los Estados, desde la academia, desde los medios, para enmudecer y silenciar las emergencias y subversiones de estos torrentes de rebeldía y organización que mencionas?

Mira, yo veo, yo voy pensando, y como ya soy una persona bastante mayor, logro tener recuerdos de luchas de hace muchos años.

Entonces, veo un momento muy potente de emergencia de estas luchas contra lo que en los años de los 90, de los comienzos de los dosmiles, era el paquete de dominación que nos había llegado, que era el modelo neoliberal más toda la estructura de la democracia representativa.

Ese paquete, que pudo ser bastante impugnado, cayó en otro formato de lo que fueron los gobiernos progresistas de primera generación. Que desafiaron aspectos puntuales de los modos neoliberales y en otros casos más bien los adaptaron, los adoptaron y los siguieron impulsando.

¿Y cuáles son los principales elementos que veo? Veo que se implementó, desde los Estados, acciones muy fuertes de captura política de las aspiraciones que fueron puestas desde abajo. En ejercicios de traducción. Hoy, uno de los intereses máximos que yo tengo es entender cómo operan estos mecanismos de traducción. Cómo lo que va siendo dicho abajo de repente es traducido en prosa administrativa.

Hay un colega uruguayo que tiene una expresión que me gusta mucho: «cómo se armaron maneras en las que se traducen los gritos rebeldes, las acciones rebeldes en prosa administrativa».

@muywaso

¿Estado Plurinacional? ¿Qué significa casi 20 años después en Bolivia? ¿Sigue respondiendo a un grito rebelde o se ha convertido en un murmullo burócrata? Conversamos con Raquel Gutiérrez, gracias a las gestiones del Centro de Estudios Populares. #bolivia #política #economíaboliviana #capital #estadoplurinacional #sociedad #boliviatiktok

♬ Powerful songs like action movie music – Tansa

Bueno, ese es un terreno de interés para mí. Porque ahí hay una acción de captura política, que se funda en una captura semántica, en comprarte las palabras, en robarte las palabras, en vaciarte de sentido las palabras. Qué cosa quiere decir hoy comunitario, nadie sabe bien. O qué quiere decir hoy Estado Plurinacional, nadie sabe bien, si tú ves un Estado organizado en torno a una monológica productivista ligada a la ampliación de la acumulación del capital. Qué significa control social, cuando tú ves costras en las dirigencias que lo que hacen es negociar ventajas y cargos a título de establecer algún tipo de vigilancia o de control de la cosa pública.

Por eso la necesidad tan importante de renovar el lenguaje, de ampliar los lenguajes, de tomar en cuenta otras palabras, de entender que el lenguaje es una zona de disputa. Esto como un gran proceso que se juega en la comunicación, que se juega en el vehículo básico de la comunicación que es el lenguaje.

Quisiera que nos detengamos en esto que mencionas como una burocratización de los lenguajes y códigos que emergen desde las voces rebeldes. Esta prosa administrativa que, por ejemplo, en 2022, hizo que en Bolivia se declarara el “año de la despatriarcalización”. O que, en la última Conferencia Regional de las Mujeres en Buenos Aires, se tomara, desde las agendas feministas de base, la problemática de los trabajos de cuidado. ¿Cómo resistir a esta cooptación de los imaginarios y las narrativas que emergen desde abajo? ¿Cómo se amplían los límites del lenguaje desde la militancia y la práctica cotidiana? ¿Qué diálogos hay que buscar para expandir el horizonte de estas luchas de las que hablas?

A ver, es una pregunta difícil y es una pregunta muy pertinente.

Yo siento que conviene mucho saber, o al menos yo lo entiendo así, que la dimensión patriarcal de la dominación es una dimensión que está fundada en la continua expropiación de la creación de las mujeres y de sus creaciones. Bueno, de los varones también, pero lo veo desde el punto de vista de las mujeres.

Entonces, esta acción de expropiación es muy importante tenerla siempre presente. Porque hay que saber que eso que hagamos se va a volver objeto de disputa y de apropiación por parte de los otros. Ese es un conocimiento que hay que tener y entonces hay que saber sortearlo.

¿Si me explico? No hay antídoto contra eso. Tiene que ser una especie de sagacidad, una especie de conocimiento acerca de que eso pasa.

@muywaso

¿Qué hacer cuando los poderosos toman tu voz? Hablamos con la académica mexicana Raquel Gutiérrez, en su paso por Cochabamba, Bolivia, y le preguntamos sobre cómo actuar frente a la apropiación del Estado y la institucionalidad sobre las demandas y luchas feministas. Raquel nos pone como ejemplo la discusión feminista sobre los cuidados y nos dice «dispútale, desplázate, cambia». ¡Es una disputa! #feministas💜 #feministasbolivia #raquelgutierrez #bolivia #politica #8M

♬ Epic Music(863502) – Draganov89

Y cuando tú empiezas a sentir que el poderoso habla tu lenguaje, empieza a desconfiar. Empieza a fijarte en la manera en la que altera los contenidos que tú le imprimes a las palabras que tú enuncias. Y dispútaselo y no se lo permitas. Y si te gana, porque tiene más materia acumulada y tiene más capacidad de amplificación, entonces tú desplázate. O precisa el concepto o precisa el término.

Por ejemplo, en relación con los cuidados, a mí me da la impresión de que es, justamente ahorita, un objeto brutal de apropiación. ¿Y qué tanto volver a poner en el centro de los cuidados el asunto del trabajo que sostienen es un elemento que puede dislocar parcialmente la apropiación?

Eso yo lo pienso, eso yo lo miro. Entonces trato de empujar a que volvamos a poner el problema del trabajo, de su precarización y de la importancia de garantizarlo y ligarlo al sustento, en el discurso de los cuidados. Porque se nos está volviendo un discurso que nos devuelven, agencias internacionales y Estados, como paquete para organizar que bajo trabajos precarios se sostengan vidas precarias. Eso es lo que está pasando en términos concretos.

Entonces tú buscas el flanco débil en el momento. Porque esto es una disputa, esta es una pelea y allí lo que hay que tener son estrategias. Estrategias discursivas, sí, pero no únicamente discursivas. Estrategias organizativas, estrategias de acuerpamiento.

Eso, me da la impresión, es una cosa muy urgente en la discusión contemporánea de estas luchas renovadas de las mujeres que han abierto estas temporadas feministas tan potentes, donde feminismos de todas clases tratan de irse presentando con modos de enunciación propios para rechazar y subvertir esto que está negando la posibilidad misma de sostenimiento y de reproducción a costa de muchísimo esfuerzo.


Este texto fue producido gracias al apoyo financiero de la Fundación Rosa Luxemburgo, Oficina Región Andina. La entrevista fue realizada durante las Jornadas de debate «Pensando las luchas comunitarias y populares del presente» organizadas por el CEESP.
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Mijail Miranda Zapata

Mijail Miranda Zapata

Periodista autodidacta. Fue parte de la cohorte 2022 de la Clínica de Consultores de Sembramedia. En 2023, fue seleccionado por el Product Inmersion Americas Program de la Craig Newmark Graduate School of Journalism at CUNY. Participó de otras becas de la DW Akademie, Puentes de Comunicación, Festival Gabo y Cosecha Roja.

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