Así se vivió el Foro Feminista de la XV Conferencia sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en Buenos Aires.
Organizaciones de mujeres y feministas se reunieron para exigir a los gobiernos de Latinoamérica sistemas de cuidado equitativos y la protección de los derechos de los territorios. Además, tomaron protagonismo voces disidentes demandando la reivindicación de los feminismos antifascistas, antirracistas y antitransfóbicos.
“Las mujeres no tienen pensiones porque estuvieron haciendo trabajos de cuidado. Los trabajos de cuidado no son formales, no están reconocidos, no están dentro de los sistemas pensionarios. ¿Qué les queda a las mujeres? Vejez y pobreza”
Ese fue el apunte de Yaneth Vargas, investigadora y parte de la Red Iberoamericana por la Dignidad en el Trabajo y las Organizaciones, quien llegó desde Colombia.
Como ella, muchas mujeres exigieron construir sistemas integrales de cuidados que les permitan a las mujeres una vida más digna y equitativa.
El centro de la reflexión: las tareas de cuidado
Sistemas de cuidado, seguridad social, interseccionalidad en las luchas y la defensa de los derechos de los territorios fueron los temas centrales en los diálogos complejos, parte de la metodología de al menos dos conversatorios de uno de los encuentros feministas más importantes de América Latina.
Mujeres y diversidades de los movimientos feministas y de mujeres de la región participaron la semana pasada en el Foro Feminista que antecedió a la XV Conferencia Regional de la Mujer de América Latina y el Caribe.
En América Latina y el Caribe, las mujeres dedican más del doble de tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que los hombres, según la CEPAL. Además, el aporte económico del trabajo no remunerado equivale aproximadamente a un 20% del PIB y las mujeres hacen un 70% de este aporte.
Los trabajos de cuidado son esenciales para el sostenimiento de la vida pero recaen mayormente en mujeres y niñas. Estas desigualdades reducen sus oportunidades de participar en la educación, la economía y la política.
Para la CEPAL, la sociedad del cuidado y los sistemas de cuidado son aquellos que priorizan la sostenibilidad de la vida y del planeta. Aquellos que garantizan los derechos de las personas que necesitan cuidados.
“Así como los derechos de las personas que los proveen, que considere el autocuidado y el intercuidado, que contrarreste la precarización de los empleos relacionados con el sector de los cuidados y que visibilice los efectos multiplicadores de la economía del cuidado en términos del bienestar”, define en su documento de trabajo.
“No estamos todas”
El Foro Feminista tuvo como eje central los desafíos hacia una sociedad del cuidado y el reconocimiento económico y social del mismo. Paralelamente, las mujeres exigieron un abordaje interseccional de las tareas de cuidado y su distribución desigual.
Este espacio de construcción colectiva contó con algunos matices grises. Si bien, más de 100 organizaciones de mujeres y feministas participaron, quedaron invisibilizadas y minimizadas las mujeres indígenas, mujeres con discapacidad, migrantes, amas de casa y mujeres trans.
“Las mujeres con discapacidad también son cuidadoras”, se oyó de fondo, con el fin de advertir la invisibilidad de los cuidados que realizan las mujeres con discapacidad.
Por otra parte, las mujeres con discapacidad exigieron que los documentos con las conclusiones del foro sean compartidos en formatos accesibles y con respeto a los derechos lingüísticos de todas las comunidades de mujeres con discapacidad.
Colectivo de Mujeres del Gran Chaco
Más de 20 integrantes del Colectivo de Mujeres del Gran Chaco también participaron del Foro Feminista, planteando sus problemáticas desde su territorio.
Las mujeres de esta organización llegaron hasta el encuentro feminista desde Paraguay, Bolivia, Brasil y otras provincias de Argentina.
En sus intervenciones, en las distintas mesas de trabajo del Foro Feminista, resaltaron la importancia de pensar en los cuidados de una manera integral, pensando también en el cuidado de los derechos de los territorios y la naturaleza.
También comentaron y dieron detalles sobre el trabajo que realizan como defensoras y cuidadoras del medioambiente. Especialmente frente a amenazas como la deforestación y la intervención de sus tierras.
Para Dina Aliaga, de la comunidad Sausalito, Caraparí, en Bolivia, resaltó la importancia de “conocer la experiencia de otras mujeres de la región para trabajar y luchar contra la violencia y los efectos del cambio climático”.
“Hay mucho trabajo por hacer”, comenta Dina Aliaga.
Trabajos de cuidado y acceso a servicios básicos
Asimismo, Dina subraya las dificultades que atraviesan las mujeres en zonas rurales en el acceso a agua.
Esta problemática, incrementa los trabajos de cuidado que desarrollan las mujeres indígenas y campesinas. “La falta de agua hace que el trabajo de la mujer sea más duro. Y no solo de la mujer, también de sus hijas e hijos”.
Las mujeres en zonas rurales, en países de renta baja, dedican hasta 14 horas del día a los trabajos de cuidado. Esta sobrecarga tiene que ver con la falta de acceso a servicios básicos como agua, saneamiento, transporte, entre otros.
“Desde nuestra organización de mujeres de nuestro territorio, hablamos del cuidado del medioambiente. Pero, si hablamos de ese cuidado, también es el cuidado de nuestros cuerpos”, concluye Dina.
Por un feminismo de voces diversas
De la misma manera, las mujeres migrantes, mujeres trans y amas de casa expresaron sus demandas y la urgencia de una mirada interseccional de las tareas de cuidado.
“Las mujeres trans fuimos invisibilizadas”, reconocieron algunas activistas.
La participación de mujeres y diversidades plantearon salir del feminismo institucional funcional y construir soluciones colectivas desde todas las mujeres que viven las desigualdades.
Los Foros Feministas son eventos paralelos a la Conferencia Regional de la Mujer América Latina y el Caribe de la CEPAL, que este año cumple 45 años.
Este es un evento autogestivo, impulsado por más de 100 organizaciones de la sociedad civil y el movimiento feminista organizado para incidir en la agenda de los Gobiernos.
“Los feminismos serán antirracistas o no serán”
“Los feminismos serán antirracistas o no serán”.
Con esta afirmación, Paola Yañez Inofuentes cerró su intervención al abrir el conversatorio La vida en el centro: Desafíos hacia sociedades de cuidado feministas, ecológicas y con justicia social.
Las palabras de Paola fueron muy sentidas y convergieron con las exigencias de una mirada anticapitalista, antiracista, anticapacitista y antiheteronormativa de las tareas de cuidado y las desigualdades que ellas conllevan.
Paola es Coordinadora General de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora y una académica referente boliviana.
Asimismo, un informe de la CEPAL de 2020 reporta que, en América Latina y el Caribe, entre 115 y 186 millones de personas se dedican al trabajo doméstico remunerado. El 93% son mujeres.
“Debemos generar una mirada interseccional del trabajo de cuidados, sobre cómo viven las mujeres afrodescendientes el trabajo de cuidados. Salir de esta mirada universal de que las mujeres somos un solo sujeto y que todas vivimos la desigualdad de la misma manera”, reconoció Paola.
Además, hay cálculos de la CEPAL (con datos de ocho países) que estiman que seis de cada 10 personas que ejercen el trabajo doméstico son mujeres y niñas afrodescendientes.
La tierra y las mujeres son oprimidas de la misma forma
El objetivo de la agenda regional de género es transitar hacia una sociedad del cuidado. Que no deje a nadie fuera y que respete los derechos de la Madre Tierra.
Las exigencias de las mujeres apuntan hacia la justicia feminista, social y ecológica. Una lucha que escuche a todas las mujeres con realidades y condiciones diversas. Especialmente, de las mujeres que sufren ante los impactos directos del sistema extractivista.
“Somos una diversidad que tiene un sueño común: acceder a una vida digna”, dijo, por su parte, Tarcila Rivera.
Tarcila es presidenta del Foro Internacional Mujeres Indígenas y llegó desde Perú al Foro Feminista de la VX Conferencia sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
“Tenemos que construir espacios de escucha mutua. Quiero ser escuchada pero también quiero escuchar. Es una prioridad que estemos en un solo cuerpo. Seamos como un solo corazón, como una sola mente para ir juntas a cambiar lo que no es justo”, añadió.