Los prejuicios y violencias del sistema sexo-gƩnero dominante oprimen el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las personas LGBTIQ+.
Activistas y colectivos LGBTIQ+ luchan articulĆ”ndose para garantizar la justicia reproductiva, sus derechos sexuales y resistir a la cis heteronorma.Ā
Los servicios concernientes a la salud sexual y reproductiva en instituciones pĆŗblicas reproducen prĆ”cticas homo/lesbo/bi/transodiantes que impiden el acceso a la justicia reproductiva de las personas LGBTIQ+. A esto se suma las violaciones correctivas, violencia ginecolĆ³gica, obstaculizaciĆ³n del acceso a la interrupciĆ³n legal del embarazo, la salud sexual y los seguros de maternidad.
āEn Bolivia, nosotrxs somos clandestinxs. No existimos, vivimos en la sombra. Nuestros cuerpos no nos pertenecen porque no podemos decidir sobre ellosā, lamenta Alex, una activista boliviana por los derechos LGTBQI+ y mujer lesbiana.
Por ejemplo, el colectivo Hombres Trans Diversos Cochabamba reportĆ³ algunos casos de chicos trans que enfrentaron violaciones correctivas y se vieron obligadxs a gestar.
Las violaciones correctivas son agresiones en contra de las personas que no son heterosexuales, bajo el justificativo violento de imponer un cambio en su orientaciĆ³n sexual o su identidad de gĆ©nero.
āSĆ, conozco y sĆ© que hay muchos casos (de violaciones correctivas). Se esconden y callanā, se lee en un fragmento de la investigaciĆ³n Acceso al Aborto en Mujeres Bisexuales, Mujeres Lesbianas, y Hombres Trans de la organizaciĆ³n Mano Diversa.
MĆŗltiples violencias atraviesan, a menudo, la vida de las personas de las diversidades sexogenĆ©ricas. Durante 2022, el Observatorio de Defensoras y Defensores de Derechos de UNITAS registrĆ³ 17 denuncias sobre la vulneraciĆ³n de los derechos de la poblaciĆ³n LGBTIQ+ en Bolivia.
Y como datos de la extrema violencia: 1,292 personas con una orientaciĆ³n sexual o identidad de gĆ©nero diversa fueron asesinadas en AmĆ©rica Latina entre 2014 y 2020, segĆŗn el informe El prejuicio no conoce fronteras.
Los chicos trans tambiƩn se embarazan
āLos chicos trans pueden gestarā, dice Daniel.
Una afirmaciĆ³n que invita a pensar el embarazo desde los cuerpos gestantes y no Ćŗnicamente desde las mujeres.
Bajo el sistema cis heteronormativo no se espera que una persona trans pueda maternar o paternar. Alrededor de sus vidas sigue implantado un estigma, discriminaciĆ³n y violencias.
Sin embargo, las madres y padres trans existen.
āLos mĆ©dicos que incurren en el error de decir ‘Āæacaso los hombres trans se embarazan?’. Hay desconocimiento sobre los cuerpos gestantes. Existe un estigma y una visiĆ³n machista sobre la gestaciĆ³n. Luego, piensan que gestar anula la identidad de gĆ©neroā, lamenta Max, otro activista trans en Bolivia.
Asimismo, el sexo es una etiqueta asignada al nacer, de acuerdo a factores biolĆ³gicos y fisiolĆ³gicos. En cambio, la identidad de gĆ©nero se refiere a cĆ³mo vivimos y sentimos nuestro cuerpo, asĆ lo explica esta publicaciĆ³n de la BBC.
Es asĆ que la identidad de gĆ©nero y la orientaciĆ³n sexual son asuntos completamente independientes, no se definen entre sĆ.
La salud sexual y reproductiva bajo la cis heternorma
En Bolivia, las personas trans que hacen su cambio de nombre no logran acceder a la interrupciĆ³n legal del embarazo ni pueden ampararse en ella. Lxs activistas aseguran, ademĆ”s, que los protocolos de violencia sexual olvidan a los hombres trans que actualizaron sus documentos de identidad gracias a la ley 807 de Identidad de GĆ©nero.
Daniel, activista trans, lamenta que los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM) no tengan protocolos para atender casos de violencia sexual en contra de personas LGTBQI+.
āComo si los hombres trans no fueran vulnerables a las mismas violenciasā, dice.
Desafortunadamente, la salud sexual y reproductiva en las instituciones pĆŗblicas, en Bolivia, estĆ” pensada Ćŗnicamente bajo la cis heteronorma.
El Estado asume a todxs como heterosexuales (heteronormatividad) y cisgƩneros (no ser trans).
La invisibilidad LGBTIQ+ en la consulta ginecolĆ³gica
Leo es un chico trans. Se dirigiĆ³ a un hospital para solicitar una consulta ginecolĆ³gica. Grande fue su sorpresa cuando le negaron la atenciĆ³n mĆ©dica porque era āhombreā.
āEl sistema de salud es transfĆ³bico, homofĆ³bico y lesbofĆ³bico. No hay una atenciĆ³n diferenciada para las diversidades.ā, reclama Alex, una activista lesbiana.
Esta es una de las mĆŗltiples discriminaciones y vulneraciones de derechos que se convierten en barreras de acceso a la salud sexual y reproductiva de personas LGBTIQ+. A esto se suman tratamientos incompletos o inadecuados, o atenciones caracterizadas por el maltrato y la incomodidad.
āLos chicos trans no van a los ginecĆ³logos porque no existen centros de salud amigables y que respeten su identidad de gĆ©nero o sus pronombresā, denuncia, por su parte, Daniel.
El mayor obstĆ”culo para el acceso a los servicios de salud sexual es la cis heteronormatividad del sistema de salud. Para Max y Daniel los servicios de salud son quienes mĆ”s vulneran los derechos sexuales y derechos reproductivos de las personas de diversa identidad y orientaciĆ³n sexual.
En tanto, el 25% de los hechos de violencia contra los derechos de las personas trans se dan en locaciones pĆŗblicas y el 17% en los servicios de salud, segĆŗn un informe reciente del Centro de DocumentaciĆ³n y SituaciĆ³n Trans en LatinoamĆ©rica y el Caribe (CeDoSTALC).
El mismo documento resalta que el 42% de las violaciones y vulneraciones a los derechos humanos de las personas trans son perpetrados por Ā«efectores o agentes estatalesĀ». Este tĆ©rmino se refiere a policĆas, militares, funcionarios pĆŗblicos y personal de salud o educaciĆ³n.
Los vacĆos en las leyes cis heteronormativasĀ
Juan es un padre transgestante. Ćl no pudo inscribir a su hija al colegio porque no fue identificado como el padre luego de su cambio de identidad.
āTenemos seis casos de padres transgestantes que estĆ”n luchando por sus derechos y el de sus hijesā, recuerda Max.
El Estado boliviano no reconoce los derechos sexuales y reproductivos de las personas LGBTIQ+. Las diversidades sexuales y de gĆ©nero no son tomadas en cuenta en los programas de salud sexual y reproductiva, protocolos de atenciĆ³n y normativas del Sistema Ćnico de Salud (SUS), la interrupciĆ³n legal del embarazo (ILE) o protocolos de atenciĆ³n a vĆctimas de abuso sexual.
āLxs niƱxs de los padres trans no existen para el estado bolivianoā, reclaman lxs activistas.
La identidad masculina ante la ley impide a los hombres trans acceder a servicios ginecolĆ³gicos del SUS y seguros de maternidad. TambiĆ©n, se les impide asegurar a sus hijxs a los bonos estatales y registrar su paternidad.
La ola LGBTQI+ que impulsa la marea verde
Daniel cuenta que la mayor parte de hombres trans que accedieron a abortos clandestinos lo hicieron en pƩsimas condiciones de salud y en solitario.
El 61% de un total de 150 personas LGBTIQ+ encuestadas pasaron por un aborto voluntario. AsĆ lo demuestra la investigaciĆ³n Acceso al Aborto en Mujeres Bisexuales, Mujeres Lesbianas, y Hombres Trans.Ā
āLos chicos trans viven el aborto clandestino solos porque temen que se les cuestione su identidad de gĆ©neroā, explica Daniel.
El estudio de Mano Diversa registra que el 32% de los abortos se dieron porque un embarazo no estaba dentro su proyecto de vida o era una limitante a su desarrollo personal. El 25% explica que fue una decisiĆ³n econĆ³mica. El 15% dice que en su decisiĆ³n influyeron factores externos y presiones familiares.
Si a las mujeres heterosexuales se les cuestiona porque recurren a un aborto clandestino, las personas LGBTIQ+ cargan con una doble discriminaciĆ³n y juzgamiento.
Alex cree que la lucha por el derecho a decidir debe ser interseccional y transversal. Cuenta que muchas mujeres lesbianas son increpadas por elegir la interrupciĆ³n voluntaria de su embarazo. āPorque creen que las lesbianas no se embarazanā, lamenta.
La InterrupciĆ³n Legal del Embarazo
La InterrupciĆ³n Legal del Embarazo en Bolivia no contempla a las mujeres lesbianas, chicos trans, las personas bisexuales y no binarias.
Asimismo, solo el 8% de 277 prestadores en salud en 44 centros de salud a nivel nacional que fueron consultados en quĆ© casos procede la InterrupciĆ³n Legal del Embarazo (ILE) conoce la normativa vigente, segĆŗn el Informe de la DefensorĆa del Pueblo (2022).
Max estĆ” convencido de que la ILE deberĆa garantizarse a todos los cuerpos gestantes y las diversidades sexogenĆ©ricas.
āExistimos. TambiĆ©n somos vĆctimas de violencia sexual. Nuestras vidas tambiĆ©n pueden correr riesgo por un aborto clandestinoā, insiste.
El derecho a decidir con una mirada interseccional es una lucha colectiva, articulada e impulsada desde las diversidades sexogenƩricas. Las personas trans, lesbianas y las personas no binarias en Bolivia siguen movilizadas por sus derechos sexuales y justicia reproductiva para todxs.
* Los nombres de las fuentes citadas en esta nota fueron cambiados para cuidar su privacidad e integridad.