El Qati Qati (Katekate o Kati Kati) es una cabeza voladora que se desprende del cuerpo, especialmente durante la noche. Se la suele asociar con un pájaro nocturno de las zonas andinas. Se lo reconoce, principalmente, por su graznido que parece reproducir un sonido similar al de su nombre: “qát, qát, qát”.
En Ayacucho, Perú, existe una versión similar, en la que apenas existe un cambio fonético. En esta región peruana, la “cabeza que vuela” recibe el nombre de Waqya y se la vincula con un ave que, al volar, hace el sonido de “waq… waq…”.
Respecto a las atribuciones sobrenaturales del Qati Qati existen muchas versiones e interpretaciones. Todos estos relatos fantásticos tienen en común el desprendimiento de la cabeza, en términos anímicos, que se desplaza flotando o dando saltos por el piso. Siempre haciendo el ruido característico de qát, qát, qát.
Nunca te vayas a dormir con sed o hambre
Una de las creencias más extendidas es la que dice que si alguien duerme con sed o hambre, su cabeza lo abandonará en sueños en busca de agua o comida.
Si en el camino de retorno los cabellos se enredan en algún sitio e impiden que la cabeza retorne a su cuerpo, la persona afectada no podrá despertar y morirá.
Según la tradición oral, esta es la razón por la que las mujeres de poblaciones altiplánicas, en particular las embarazadas o quienes parieron recientemente, duermen con el pelo suelto y bien cepillado. Deben prevenir que, en caso de que su cabeza decida vagar en busca de agua, no haya nada que impida su retorno.
Un presagio de muerte
Otras autoras y autores confieren al Qati Qati una dimensión espiritual vinculada con la muerte.
Esta cabeza que se desprende del resto del cuerpo es un presagio de muerte. Al salir por las noches, con su solo desplazamiento, anuncia el pronto fallecimiento de algún familiar cercano o de la misma persona.
Esta creencia, aunque con algunas variantes y haciendo referencia al desprendimiento de otras partes del cuerpo, además de la cabeza, fue relatada en tiempos coloniales por Guamán Poma de Ayala.
En la foja 282 de Nueva Crónica y Buen Gobierno, el cronista indio se refiere a la creencia de que pedazos del cuerpo se desprenden “de los bibos”, en medio de bramidos de zorros u otros animales, como un augurio de muerte.
Siguiendo esa línea, en algunas regiones el canto del Qati Qati es funesto y se lo considera una señal de malagüero y desgracia.
En otros casos se vincula al Qati Qati con brujos o hechiceros. También se dice que los Kari Karis o Kari Siris suelen adoptar esa forma para transportarse.
La cabeza en las culturas andinas
En la cosmovisión andina, “la cabeza es el centro de la actividad ritual”. En ella reside el ánima de las personas. Existe abundante literatura alrededor de la importancia social, política y espiritual de las cabezas en distintas culturas andinas.
Hay constataciones de esto en múltiples culturas originarias de Perú y Bolivia. Tejidos y cerámicas, entre otros objetos de producción cultural, dejaron testimonio de la importancia de la cabeza en la vida espiritual de pueblos andinos milenarios.
La popularidad de leyendas como la del Qati Qati o el culto a las ñatitas son algunas muestras aún vigentes de esta preponderancia.
Otras exploraciones sobre el Qati Qati
Autores que suelen explorar una veta narrativa más folclorizada y fantástica, antes que espiritual o cosmológica —como Enrique Oblitas o Rigoberto Paredes— le confieren al Qati Qati una dimensión maligna, atemorizante y moralizante.
Paredes, por ejemplo, dice que el Katekate se “conceptúa” como “la cabeza desprendida de un cadáver humano”. Esta cabeza abandona su sepultura rodando y va “en busca del enemigo que en vida le causó males”.
En su recorrido, esta versión del Qati Qati también emite sonidos extraños y espeluznantes. Paredes habla de “gritos inarticulados y muy guturales”.
“… le hinca los descarnados y afilados dientes y le chapa la sangre, mientras sus miradas de fuego están fijas, siempre fijas, en el rostro del perseguido”
Esta cabeza vengativa, al encontrar a su víctima, la derrumba valiéndose de sus largos cabellos. Con ellos le ata las manos y los pies y se acomoda encima de su pecho.
Allí, mientras clava “su mirada de fuego” en el perseguido, comienza a succionar la sangre del pecho. Mientras más bebe, más grande se hace y aumenta su tamaño de manera grotesca. Crece y crece hasta que es capaz de ahogar, con su peso, al enemigo. Entonces aguarda la muerte, mientras provoca una larga y dolorosa agonía.
En cuanto consuma su venganza, este Qati Qati retorna a su sepulcro, al “lugar de su eterno descanso”.
El Qati Qati entre los Kallawayas, según Oblitas
Por su parte, Oblitas habla de una cabeza humana flotante, que lanza “alaridos espeluznantes”.
Según este autor, la traducción literal de kate-kate es “persecutor empedernido”. Su interpretación, en el libro Mitos y leyendas callawayas, perfila una criatura castigadora y moralizante.
“Es como si fuera la justicia divina”, escribe Oblitas y asegura que el Qati Qati, también conocido como uma-phawa, es una corporeización del remordimiento de quienes cometen crímenes o actos que podrían ser considerados inmorales.
“El kate-kate persigue a los malhechores aireándolos al precipicio; es la voz de los Dioses, la justicia divina que castiga con la muerte a los criminales”
Quienes no hayan cometido ninguna falta, moral o social, dice Oblitas, no tienen por qué temer al Qati Qati.
El Qati Qati en el cine
A finales de los 90, el cineasta aymara Reynaldo Yujra, también conocido por su papel protagónico en La nación clandestina, filmó el cortometraje Q’ati Q’ati (Susurros de muerte).
La película de Yujra toma como pretexto la leyenda del Qati Qati para retratar las tensiones que surgen dentro de las comunidades en torno al imaginario fantástico andino.
Se trata de un contrapunteo, reflejado en un drama familiar, entre quienes mantienen viva la tradición oral —como una construcción cultural para relacionarse con lo incomprensible y sobrenatural— y quienes reniegan de este conocimiento.
Fuentes
- Eyzaguirre, Milton. (2017). Los rostros andinos de la muerte. Las ñatitas de mi vida. CIS.
- Oblitas, Enrique. (1959). Leyendas y mitos callawayas. Khana.
- Paredes, Rigoberto. (1920). Mitos, supersticiones y supervivencias populares de Bolivia. ARNO.
- Morote, Efraín. (1953). “Folklore del Perú ‘Cabezas voladoras’”. Perú Indígena. Órgano del Instituto Indigenista Peruano.
- Oblitas, Enrique. (1970) Tierra Kallawaya. Pukara.
- Ríos, Sirley. (2008). Un acercamiento al mundo del Human Tac Tac en los Andes. Artesanías de América.
- Laura, Fortunato. (2021). Por las huellas del Yachaq. Universidad Pablo de Olavide.
- Varios autores. (2020). Paytani Arupirwa. Plural Editores.
- Walsh, Catherine (ed.). (2003). Estudios culturales latinoamericanos. Retos desde y sobre la región andina. Universidad Andina Simón Bolívar.
- Hilari, Miguel. (2018). “Cine y leyendas: la emergente producción rural”. Ciencia y cultura. Revista de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.