Más allá de las denuncias de estupro que Evo Morales acumula a lo largo de su mandato, el uso de nuestros cuerpos como carne de cañón en las disputas del poder también es una muestra de violencia. Entre risas y aplausos, el machismo y las actitudes patriarcales en la política nacional son la norma. Esta es una pequeña muestra de su podredumbre.
Aunque los intereses políticos coyunturales intenten hacer ver que el expresidente Evo Morales como un depredador sexual, con una supuesta investigación del ministerio de Gobierno por un delito de estupro en su contra, que también debería ser iniciada de oficio por la Fiscalía, lo cierto es que sus expresiones machistas, patriarcales, misóginas y homófobas forman son un reflejo de la sociedad boliviana, por supuesto, también de muchos de sus detractores.
La violencia machista, la cultura de la violación, la normalización de la pedofilia y la hipersexualización de los cuerpos de menores de edad son prácticas habituales entre los onvres bolivianos, no son exclusivas de Morales ni de su partido. En esta se manchan todos, muchachos, y es bueno que lo tengan claro.
Más allá del ruido mediático que provoca la denuncia hecha por un pseudoperiodista español, en medio de un ambiente conflictivo y preelectoral, esperamos que el caso se esclarezca y que se constituya en un precedente.
Pero ahí no se acaba el problema ni los abusos. También deberán ser sancionadxs quienes expusieron información personal de la posible víctima. O aquellos quienes sabiendo que existían estos abusos decidieron guardarse la primicia para el momento en que sea mediáticamente útil o, en el otro extremo, mirar hacia el costado para no perjudicar al partido.
Usar nuestros cuerpos, nuestros nombres, nuestra condición de mujeres, como carne de cañón en sus disputas de poder también es una violenta arremetida patriarcal. La presidenta transitoria, Jeanine Áñez, y la presidenta del Senado, Eva Copa, también fueron víctimas de estos ejercicios de amedrentamiento por el solo hecho de ser mujeres. El uso manipulado de sus imágenes sexualizadas para sacar ventaja política, y su instrumentalización en entornos digitales como una estrategia de desacreditación, es una clara muestra del arraigado y putrefacto machismo de la clase política nacional y su decadente reflejo en buena parte de la población.
A continuación, queremos recordarles ocho frases en las que el líder del Movimiento Al Socialismo demostró su rostro más machista y patriarcal, entre risas y celebraciones, como suelen alardear su fuerza los poderosos.
Pero antes queremos preguntarles: ¿cuántos de ustedes hicieron chistes parecidos a los de Evo Morales? ¿Cuántos de ustedes abusan de su poder para forzar relaciones afectivas y sexuales? ¿Cuántos de ustedes acosan y acosaron a menores de edad? ¿Cuántos de ustedes pagan por pasar unos minutos u horas con trabajadores sexuales que seguramente tienen la edad de sus hijas? ¿Cuántos de ustedes comparten, recomparten y aplauden la difusión de pornografía no autorizada? ¿Cuántos de ustedes escriben “Evo pedófilo” sin darse cuenta que su nombre bien podría remplazar al del expresidente?
2007
En el documental Cocalero del colombiano Alejandro Landes, casi hacia el final del metraje, Evo Morales bromea con que en las celebraciones de la Federación del Trópico a él le llevan una mujer “de cada sindicato”. Este comentario machista, en medio de una conversación informal, se celebra entre risotadas por sus acompañantes.
2008
“Yo dije alguna vez que acabo mis años de gestión con mi cato de coca, mi quinceañera y mi charango”, dijo Morales sin sonrojarse hace once años, consultado sobre su permanencia en el poder. El 2015, su vicepresidente, Álvaro García Linera, volvió a usar la inapropiada frase en uno de sus discursos proselitistas.
2011
En medio de un evento por el Día de la Mujer Boliviana, Morales decidió bromear sobre la composición en la portada de las memorias de un Encuentro Social de Mujeres. “Evo Morales encima de tantas mujeres, ¿Cómo es eso?, Bueno, si ustedes me dan oportunidad (no hay) ningún problema…(risas y aplausos de las asistentes), (entonces) aprobado con aplausos”. Dijo entonces para el regocijo de sus correligionarios.
2011
En uno de los tramos más oscuros de su mandato y con la intención de abrir un tramo carretero a través del TIPNIS, Morales se dio maneras para “bromear” y exponer todo su machismo, incluso con trazas coloniales y discriminatorias. «Si yo tuviera tiempo iría a enamorar a las compañeras yuracarés y convencerlas de que no se opongan a la ruta sobre el TIPNIS, así que jóvenes tienen instrucciones del Presidente de conquistar a las compañeras yuracarés trinitarias para que no se opongan a la construcción del camino».
2014
Durante una visita a un pozo petrolero en Chimoré, Morales, rodeado por otros varones y envalentonado en su machismo, encara a dos mujeres burlándose de su presencia en el lugar, preguntando con sorna: “¿perforadoras o perforadas?, díganme”.
2016
Al márgen de coplear y bromear yo soy feminista, por eso ahora hay políticas a favor de las mujeres, con equidad de género.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) April 30, 2016
“Yo soy feminista”, tuiteó Evo Morales en abril de 2016, atribuyéndose las conquistas sociales y políticas históricas de las mujeres bolivianas como propias y reduciéndolas a la “equidad de género”.
2015
“No quiero pensar que es lesbiana”, increpó, siempre entre burlas, Evo Morales a la exministra de salud Ariana Campero durante un acto en 2015. Una conjugación de prejuicios lesbofóbicos y heteronormatividad machista. Un instante después, le sugirió “casarse”. Días después el exmandatario pidió disculpas, escudándose en su «sentido del humor».
2019
Una de las más recientes intervenciones de Morales se realizó en el Día Internacional de la Mujer, cuando luego de hablar de algunos indicadores sobre violencia machista y normativas para intentar mitigarlas, remató su alocución con un anécdota de su infancia, rematada con un chiste completamente fuera de lugar: «Mi mamá me decía: ‘Evito no se pega a la mujer, quizá tu papá tiene su chola, no vendrá a comer, reniega, pero nunca me ha tocado’. Y yo le decía: ‘¿Cómo no te va a tocar mami? Si nunca te ha tocado nunca hubiera habido Evo». Una vez más, risas y aplausos.
Homofobia
Pero ese machismo ejercido desde el poder con complacencia, también tiene rasgos de intolerancia que son «disculpados» por ciertos sectores intelectuales, en una lógica paternalista sobre «el indio que gobierna».
En una cumbre internacional por el medioambiente, organizada por su Gobierno en 2010, Morales comentó que comer pollo provocaba «desviaciones en su ser como hombre» en los varones, producto de una supuesta sobrecarga de «hormonas femeninas» en estos productos.