Chile: comienza la lucha para la despenalización del aborto

Los pañuelos verdes que colorearon la campaña en Argentina han tejido también, al otro lado de Los Andes, las manifestaciones a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

“No bastan tres causales”. Es el lema con el que el movimiento feminista chileno empuja la movilización social y política para aprobar un proyecto que legalice el aborto a través de una ley de plazos. Activistas y legisladoras quieren derogar la Ley de Despenalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Tres Causales (peligro para la vida de la mujer, inviabilidad fetal y violación), que fue aprobada el año pasado, justo antes de finalizar el gobierno de Michelle Bachelet, para aprobar otra normativa, menos restrictiva, sin supuestos que limiten la interrupción del embarazo sólo a circunstancias determinadas.

En los próximos días, diputadas de las coaliciones opositoras progresistas y de izquierda registrarán un proyecto de despenalización legal del aborto hasta las 14 semanasde gestación.

Para las organizaciones feministas, la iniciativa “es un paso fundamental en el respeto del derecho a decidir de las mujeres”, señaló durante la presentación del proyecto Gloria Maira, portavoz de la Mesa de Acción por el Aborto en Chile (MAACH), una de las entidades que está detrás de la propuesta.

La diputada Claudia Mix, miembro de la comisión de Salud, por donde iniciará el trámite legislativo el proyecto, e integrante de la coalición de izquierda Frente Amplio, explica a Público que el texto, que se viene trabajando desde el mes de enero, “es el primer intento de avanzar –más adelante– hacia un proyecto de aborto legal en Chile que pueda contener más aspectos”. La parlamentaria destaca, por encima de todo, que la prioridad es “dejar sin efecto las condenas que caen sobre las mujeres o las madres de estas mujeres que han tomado la decisión de interrumpir su embarazo”.

Según datos del Ministerio de Salud, hasta julio de este año, se registraron 394 casos de mujeres que se acogieron a la nueva ley. De estos, más del 90% terminaron en un aborto, mientras que casi un 9% decidió continuar con la gestación. 

Las feministas consideran insuficientes y “de mínimos” las excepciones que hoy contempla la ley, pero además critican que el texto ni siquiera entrega garantías reales de acceso bajo las tres condiciones establecidas en él. La objeción de conciencia para los profesionales que se niegan a practicar abortos por sus convicciones morales o religiosas ha dificultado una implementación efectiva de la normativa.

 

UN MOVIMIENTO DE REPERCUSIÓN REGIONAL

El debate para la despenalización del aborto en Argentina ha permeado con fuerza en varios países de América Latina, que parece vivir un momento histórico en la lucha por los derechos humanos y de salud pública de mujeres, jóvenes y niñas. En Argentina y Chile, donde se están llevando a cabo campañas por el aborto legal, se habla de haber logrado –por ahora– “la despenalización social del tema”.

En el cono sur, también Brasil empieza a abrirse a la discusión sobre la legalización hasta las 12 semanas de gestación, en un debate que, por ahora se dará en los tribunales. La Corte Suprema deliberará si las leyes sobre el aborto en el país –donde interrumpir un embarazo está prohibido excepto en caso de violación o riesgo para la mujer– contradicen las protecciones constitucionales.

En Chile la movilización se ha intensificado desde hace algunos meses, sobre todo gracias a la ola de tomas feministas que durante casi dos meses ha paralizado las principales universidades del país. Los pañuelos verdes que colorearon la campaña en Argentina han tejido también, al otro lado de Los Andes, las manifestaciones a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo.

El verde lució hace unas semanas ante la embajada argentina en Chile, donde las feministas acompañaron con el “pañuelazo” la votación en el Senado de Buenos Aires, en un ejercicio de sororidad y solidaridad con sus vecinas. Pero, sin duda, cuando el color esperanza ocupó Santiago fue el pasado 25 de julio, en la sexta convocatoria de la manifestación por el Aborto Libre, Seguro y Gratuito, la más masiva hasta ahora entorno a esta demanda. El éxito de la cita quedó eclipsado por el apuñalamiento a tres de las mujeres participantes y varios actos de violencia perpetrados por un grupo de extrema derecha que quiso infundir el miedo. Pero no lo logró: las mujeres han seguido en las calles vestidas de verde. 

Vía Público

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