En todos los tipos de cáncer la salud mental debe ser una prioridad. Tal como sucede con la atención de los síntomas físicos. Una boliviana experta en oncología destaca el papel de la asistencia integral en el tratamiento del cáncer de mama, enfocada en el cuidado de la salud mental y un abordaje personalizado y multidisciplinario.
Leer el resultado de una biopsia, escuchar el pronóstico poco favorable de un médico, la primera sesión de quimioterapia, las cirugías, las recaídas o el alta definitiva. Todos ellos son momentos críticos que deben enfrentar las personas que viven con cáncer.
El cáncer de mama representa el 16% de los tipos de cáncer que afectan a las mujeres, según datos del Ministerio de Salud de 2017. Se ubica sólo después del cáncer de cuello uterino (21.9%) y también es la segunda causa de muerte en mujeres del país.
El cuidado de la salud mental en las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama es una prioridad de salud pública, comenta la oncóloga clínica y especialista en cuidados paliativos Mariel Alejandra Llanque.
La doctora Llanque trabaja en la Caja Petrolera de Salud de La Paz y, según su experiencia, no todas las pacientes con cáncer tienen las posibilidades económicas de atender su salud mental por su cuenta.
Se trata de un privilegio del que no gozan quienes deben tratarse en los servicios de salud públicos.
Además, según la doctora Llanque, en Bolivia es difícil acceder a una atención psicooncológica especializada. Tampoco se cuenta con una “política estable sobre la salud mental de los pacientes oncológicos”.
Sin embargo, este debate está cada vez más presente y se plantea como una necesidad urgente para que las pacientes con cáncer reciban cuidados integrales y multidisciplinarios.
¿Cómo se entrecruzan el diagnóstico de cáncer, los síntomas físicos y las realidades socioeconómicas en la afectación de la salud mental de estas pacientes?
– Los efectos físicos en una paciente que tiene un diagnóstico de cáncer son devastadores. Tiene un impacto emocional directo en la paciente y su familia.
El cáncer de mama, y cualquier otro cáncer, requiere una gran cantidad de estudios y una atención multidisciplinaria. Este proceso conlleva un gran gasto económico, además de un desgaste físico y emocional.
Las pacientes suelen sufrir periodos de depresión y angustia altos que pueden condicionar el estado inmunológico de la paciente. De esta forma el cáncer puede tener una progresión más rápida.
¿Cuál es la situación actual del cuidado de la salud mental de pacientes oncológicas en Bolivia?
– Actualmente, en Bolivia, no tenemos una política estable sobre la salud mental de pacientes oncológicos.
Eso es algo que se está peleando en varios centros privados: instalar la parte de psicología y psiquiatría. Sin embargo, en la salud pública las posibilidades son escasas. Si bien, en algunos casos, tenemos apoyo psicológico a solicitud, no contamos con personal capacitado, específicamente, en psicooncología.
Lamentablemente, no todas las pacientes pueden acceder a los servicios del cuidado de la salud mental.
Las mujeres que tienen cáncer de mama avanzado son sometidas a una mastectomía (extirpación quirúrgica) en las que se les quita el seno. Cuando el cáncer es avanzado es imposible conservar la mama. Esto hace que la mujer ingrese en un trastorno depresivo porque es una mutilación a su cuerpo. Nos cuesta bastante afrontar eso con algunas pacientes.
Por otro lado, están las consecuencias del tratamiento y las quimioterapias: la caída del cabello, el desgano y la fatiga. Estos procesos, muchas veces, terminan deprimiendo a las mujeres.
En ese contexto, ¿qué se puede hacer? ¿Cómo podemos cuidar la salud mental de las mujeres con cáncer de mama?
– La salud mental de las pacientes con cáncer es una de las cosas más importantes, pero no le damos mucha importancia al estado psicológico. Nos enfocamos, netamente, en el tratamiento físico, en la enfermedad como tal y olvidamos el bienestar de las pacientes.
Mi consejo es buscar apoyo familiar, porque es muy importante. La familia debe apoyar a la paciente constantemente, hasta el final del tratamiento. El acompañamiento de familiares y amigos y el respaldo con cuidados en las sesiones de quimioterapia son vitales para la recuperación.
Lo ideal es atender a la paciente de manera multidisciplinaria. Dentro de la atención médica debería estar presente, también, una psicóloga o psiquiatra.
Muchas veces me tocó ver intentos de suicidio en pacientes con cáncer. La psicooncología es un gran respaldo para afrontar el diagnóstico, el tratamiento y la etapa final del cáncer.
Yendo un paso atrás, ¿cuáles son los cuidados preventivos que se deben tener para diagnosticar el cáncer a tiempo o evitarlo?
– Es importante informarse.
Por el hecho de ser mujer ya existe un grado de riesgo. Es importante una revisión física periódica, autoexplorarse, informarse sobre los antecedentes familiares, hacerse revisiones anuales como ecografías y mamografías, dependiendo de la edad.
Las mujeres sin antecedentes familiares de cáncer de mama pueden hacerse (las revisiones anuales) a partir de los 40 años. Si ya existen antecedentes (familiares) la evaluación anual tiene que ser a partir de los 25 años.
Las ecografías no tienen impactos radiológicos en las mamas por lo que son más recomendadas en mujeres jóvenes.
Además, una dieta baja en azúcares, hábitos saludables y el ejercicio pueden ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer y disminuir los factores de riesgo.
Si bien todas las mujeres tienen la predisposición de enfermarse, ciertos factores de riesgo aumentan la posibilidad de tener cáncer de mama.