En 2008 solo el 14.6 % de los embarazos en Bolivia acababan en una cesárea. En 2022, esta cifra ascendió hasta el 48 %. Una tasa que continúa creciendo y que se ubica muy por encima de lo recomendado por la OMS y especialistas alrededor del mundo. ¿Cuáles son las causas y las consecuencias de este fenómeno?
Hace 15 años en Bolivia solo uno o dos embarazos acababan con una cesárea. En 2022, prácticamente la mitad de los partos en el país se realizaron a través de esta cirugía, según datos del Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS).
Este fenómeno no es exclusivo de Bolivia. Desde hace décadas, según afirman organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y especialistas alrededor del mundo, América Latina y otras regiones experimentan una “epidemia de cesáreas”.
La cesárea es una cirugía mayor que está indicada en casos donde la salud o la vida de las madres y bebés está en riesgo.
Esta restricción en su práctica, cada vez menos atendida, encuentra su justificación en que su realización demanda anestesia (habitualmente regional) y atravesar siete capas de tejido.
Es decir, las cesáreas son procedimientos quirúrgicos que pueden salvar vidas, pero solo deberían realizarse cuando existe una necesidad imperiosa.
Sin embargo, las cesáreas, con el paso de los años, están convirtiéndose en una práctica demasiado cotidiana.
«La gente ahora siente que las cesáreas son más seguras que el parto vaginal instrumental, lo cual es una suposición errónea», explica CN Purandare, expresidente de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO).
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¿Cuántas cesáreas deberían practicarse en Bolivia?
Desde 1985, la OMS recomienda que la tasa de cesáreas se mantenga entre el 10 y el 15 %. En 2022, Bolivia alcanzó una tasa del 48 %. Un indicador que, en los últimos 15 años, creció en 34 puntos porcentuales.
Pero la noción de una “tasa ideal” de cesáreas, en los últimos años, se ha puesto en entredicho.
Profesionales médicos como CN Purandare apuntan a que es necesario actualizar los estándares, debido a que las condiciones de la atención obstétrica “han cambiado drásticamente respecto a las ideas que se tenían en 1985”.
Además, existen grandes diferencias de acceso: mientras en América Latina hablamos de una «epidemia de cesáreas», en varias regiones de África las tasas de cesárea rondan el 5 % (muy por debajo de lo recomendado).
Con esta perspectiva, en la actualidad, la OMS sugiere que las cesáreas sean provistas a todas aquellas embarazadas que lo necesiten, en lugar de intentar alcanzar una tasa específica.
Pese a estas observaciones, organizaciones como la propia OMS, FIGO y profesionales ginecoobstétricos de alto nivel, continúan insistiendo en “la importancia de intentar un parto normal en la mayoría de los casos y evitar procedimientos innecesarios”.
“A nivel de población, las tasas de cesárea superiores al 10% no están asociadas con una reducción en las tasas de mortalidad materna y neonatal”
—Panel de expertos convocado por la OMS en 2014
¿Cuáles son las causas del exceso de cesáreas?
Durante 2022 en Bolivia, solo en centros médicos privados, se realizaron 13,676 cesáreas. Considerando un costo de siete mil bolivianos por cada intervención, en promedio, el movimiento económico generado por éstas rondaría los 100 millones de bolivianos (95,732,000 Bs.).
“Especialmente en clínicas privadas, a la paciente se le informa que está embarazada y que los resultados han salido positivos. Se hace un cálculo de cuándo va a ser embarazo y los médicos mandan a programar la sala de internación, el quirófano y demás cosas. Prácticamente no les dan opción a elegir (el tipo de parto)”, cuenta Carla Gonzáles (nombre cambiado), una estudiante de medicina que pudo observar estas actitudes durante sus prácticas médicas.
Según su experiencia, los ginecólogos no solo dan por hecho que las pacientes aceptarán la cesárea, sino que, en muchos casos, las inducen a optar por ella en vez de un parto normal.
“Les decían que era mejor reservar, por si pasaba algo. Por precaución. Luego empiezan a decirles que (la cesárea) ‘es mejor, te evitas dolores, evitamos sufrimiento fetal’. Hablan de todas las posibles consecuencias de un parto natural”, relata Carla.
Estos consejos médicos, según el testimonio de Carla, la mayoría de las veces omiten los riesgos y efectos adversos de las cesáreas.
«A mi hija quisieron obligarla a tener una cesárea «de emergencia» en #####. Cuando ella se negó, fueron muy agresivos con su decisión. Solo una doctora la trató bien e incluso la ayudó a sacar fotos de su expediente para que vaya a otra consulta privada»
46 años, Cochabamba
“Yo creo que las causas son netamente económicas. Con los partos naturales las pacientes se quedan menos tiempo, no hay la necesidad de gastar en todo lo que implica la reserva y uso de un quirófano”, lamenta Carla.
Esta apreciación coincide con la de Frederico Guanais, jefe adjunto de la División de Salud de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Según una publicación de Guanais, las motivaciones financieras son algunas de las principales causas de la epidemia de cesáreas.
De la misma manera, una declaración sobre la “epidemia global de cesáreas” de la FIGO reconoce que “el único aspecto con el que se ha tenido resultados significativos en la reducción de la tasa de cesáreas es la modificación del modelo de reembolso a médicos y hospitales en favor de los partos vaginales”.
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Las cesáreas y las distintas dimensiones de la violencia obstétrica
La Encuesta Nacional de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres (2016) reveló que seis de cada 10 mujeres en Bolivia sufrieron algún tipo de violencia obstétrica.
Estas agresiones, según los detalles de la encuesta, se desarrollaron específicamente en partos naturales. Entre ellos se incluyen críticas, insultos, comentarios irónicos y otros malos tratos.
Pero no son el único tipo de violencia que las mujeres enfrentan en las salas de Maternidad.
Por ejemplo, varios testimonios —que recopilamos en esta bitácora— apuntan a la realización no consentida ni informada de episiotomías (incisiones en la vulva para facilitar la expulsión durante el trabajo de parto).
«Me hicieron la episiotomía sin consultarme y con un bisturí usado»
39 años, Potosí
Son, precisamente, estas circunstancias las que motivan a algunas embarazadas a optar por las cesáreas.
No obstante, la elección de las cesáreas también esta influida por una asimetría en el acceso a la información sobre partos naturales y las cirugías. “Es mucho más frecuente que la madre reciba información sobre los beneficios de las cesáreas que sobre los riesgos”, escribe Frederico Guanais.
Probablemente esta asimetría se deba a que las cesáreas no solo son más rentables, sino que son más cómodas. Los médicos tienen la ventaja de programar y ordenar sus agendas. Además, “un trabajo de parto puede durar hasta 24 horas. En ese mismo lapso un médico podría programar varias cesáreas”.
“El alza no tiene nada que ver con una necesidad médica, sino que el personal médico piensa más en su comodidad que en el bienestar de las mujeres”
—Ana Quirós en El Nuevo Herald
Estas limitaciones en el acceso a información intervienen en el proceso de decisión de las futuras madres respecto a la elección de un parto natural o una cesárea. Esto, entendido como una vulneración a la autonomía de las mujeres, representa una forma de violencia.
“Tenemos derecho a informarnos, a dar el consentimiento, a poder decidir qué tipo de parto queremos tener con relación a nuestras criaturas”, reivindica la abogada Marta Busquets (especialista en Derecho, Salud y Género) en una entrevista con France 24.
Así, el incremento en la cantidad de las cesáreas que se realizan en Bolivia evidencia los diversos rostros de la violencia ginecoobstétrica.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de las cesáreas?
Como cualquier otra cirugía mayor, las cesáreas son susceptibles de desarrollar una gran cantidad de molestias, riesgos y complicaciones; a corto, mediano y largo plazo.
En términos generales, demandan mayor tiempo de recuperación y cuidados. Especialmente en lo referido a la herida quirúrgica, que podría presentar demoras en su cicatrización, infecciones e inflamaciones.
En términos más especializados, según la FIGO, podrían existir “complicaciones anestésicas y urológicas, hemorragias, sepsis y tromboembolismo”.
La misma publicación de la FIGO apunta a que los recién nacidos por cesárea podrían experimentar “problemas respiratorios, autoinmunes y otros relacionados con la obesidad”.
A largo plazo, “las consecuencias para futuros partos incluyen un aumento de los partos prematuros espontáneos, rotura uterina, acretismo placentario (que puede provocar hemorragias masivas) e, incluso, la necesidad de una histerectomía (extirpación quirúrgica del útero)”.
Con ese contexto, la FIGO concluye que es necesario “frenar el incremento de los partos por cesárea”.
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10 casos graves de negligencia y mala praxis de cesáreas en Bolivia
Desde 2017, en Bolivia se conocen públicamente al menos 10 casos graves de negligencia y mala praxis en cesáreas.
Los casos más recientes se registraron en Santa Cruz de la Sierra. Precisamente, una de las ciudades con una de las tasas más altas de cesáreas en Bolivia.
En mayo, tres meses después de someterse a una cesárea en la Maternidad Percy Boland, gracias a una radiografía, se descubrió que el personal de salud había dejado una tijera dentro de su vientre.
Un mes después, el mismo hospital Percy Boland recibió una denuncia por la muerte de un recién nacido que, luego de la cesárea, presentó “graves lesiones en el cuello”.
También en junio, pero en Camiri, otro recién nacido y su madre sufrieron quemaduras de tercer grado durante la cesárea.
En los departamentos de Tarija, Cochabamba y Santa Cruz surgieron otras denuncias en las que las pacientes fallecieron por complicaciones derivadas de las cesáreas.
TABLA CON LOS CASOS
¿En qué casos está indicada la cesárea?
La asociación española y argentina, sin fines de lucro, El Parto es Nuestro identifica indicaciones “absolutas y relativas” para las cesáreas.
En este documento se detallan minuciosamente 29 casos, entre absolutos y relativos, en los que las cesáreas están indicadas. De la misma manera, enlistan los casos en los que las cesáreas son innecesarias o injustificadas.
¿Cesáreas vs. parto normal?
@muywaso ¿Te “sugirieron” hacerte una cesárea? ¿Tu amix está a punto de programar la suya? ¡Mándale este video para que se lo piense! En Bolivia la mitad de los embarazos acaban en una cesárea. En Santa Cruz, seis de cada 10 partos son cesáreas. En Cajas y otros servicios de salud, siete de cada 10 partos son cesáreas. El consenso internacional recomienda mantener la tasa de cesáreas por debajo del 20%. ¿Qué está pasando en Bolivia? #cesáreas #cesáreasbolivia #violenciaobstetrica #partohumanizado #doulas
Cuando publicamos este video, surgió una gran discusión entre quienes defendían los partos naturales y quienes preferían las cesáreas.
Pero este debate no es un partido de fútbol. Contraponer ambos procedimientos es un error en el que solemos caer con frecuencia.
Las cesáreas no son buenas ni malas, ni mejores ni peores.
Se trata de un procedimiento que, según las recomendaciones de expertas y expertos a nivel global, debería practicarse solo cuando existe una justificación médica clara.
Sin embargo, como cuenta G.V., un interno de medicina en la ciudad de Tarija, muchas pacientes “solicitan que les realicen una cesárea, incluso en los servicios públicos”.
Pero G.V. admite que, cuando esto sucede, los médicos aceptan el requerimiento sin hacer otro tipo de consideraciones. «(Aceptan) sin explicar los riesgos, se saltan ese paso”.
Las cesáreas electivas, en la actualidad, son muy comunes.
Sin embargo, esta “elección”, como vimos antes, tiene mucho que ver con la información sesgada que ofrecen ginecólogos y obstetras. Además de las malas experiencias de muchas mujeres en las salas de parto.
Carla Irazabal, una médico argentina parte del colectivo Médicas de Familia, dice que es fundamental respetar la decisión de las madres respecto al tipo de parto que elijan. Sin embargo, la médica subraya la importancia de que esta sea una decisión plenamente informada.