El ultraderechista Jair Bolsonaro, que cuenta con un amplio apoyo entre los evangélicos, firmó este miércoles un compromiso con la Iglesia católica en contra de la legalización del aborto.
La religión juega un papel decisivo en la crispada campaña en Brasil, el país con más católicos en el mundo, pero donde las iglesias pentecostales crecieron tanto en número de fieles como en influencia política, con la llamada «bancada evangélica» en el Congreso.
Bolsonaro se reunió con el cardenal Orani Tempesta en la arquidiócesis en Río de Janeiro, para suscribir una declaración favorable a la agenda conservadora de la Iglesia católica.
«Firmamos un compromiso en defensa de la familia, en defensa de la inocencia de la niñez en las escuelas; en defensa de la libertad de religión, contrario al aborto y a la legalización de las drogas», declaró Bolsonaro en un video divulgado por su campaña.
«Siempre he defendido» esas causas, afirmó Bolsonaro, cuestionado por sus comentarios racistas, misóginos y homófobos y a favor de la dictadura.
En Brasil, el aborto solo es permitido en casos de violación, riesgo para la madre o grave malformación del feto.
Bolsonaro tiene 59% de intención de voto para la segunda vuelta del 28 de octubre, frente al 41% de Haddad, según la más reciente encuesta Ibope.
Entre los evangélicos el apoyo al excapitán del Ejército sube a 66%, frente a 24% para Haddad. Entre los católicos, Bolsonaro aventaja a Haddad por 48% a 42%.
En el censo de 2010, un 65% de los brasileños se declaraba católico y un 22,2% evangélico. Sin embargo, según la encuesta de la ONG Latinobarómetro, en 2017, los evangélicos ya alcanzaban el 30% de la población.