El acoso callejero y la violencia digital atentan contra la libertad de las mujeres y limitan su participación en la educación, la política, el trabajo y las actividades públicas.
Aquí te presentamos a bolivianas organizadas y autogestionadas que comparten recursos emocionales, físicos y digitales para afrontar estas agresiones machistas.
En Bolivia es imposible habitar sin miedo los espacios públicos físicos y digitales. Más de dos millones de bolivianas fueron agredidas en espacios públicos con los mal llamados “piropos” y frases de carácter sexual.
Estas cifras están evidenciadas en el estudio Prevalencia y características de la violencia contra las mujeres realizado por el Instituto Nacional de Estadística en 2016.
Comentarios fuera de lugar, miramientos lascivos y silbidos escalan rápidamente a persecuciones, cierres de paso y agresiones sexuales.
El 35% de los casos de acoso grupal contra mujeres y niñas ocurren casi a diario y de manera sostenida en el tiempo, según el estudio Inseguras en las calles. Este informe fue elaborado por Plan International en cinco ciudades alrededor del mundo.
Estos comportamientos violentos obligan a muchas mujeres a moderar sus discursos, modificar sus rutinas con base en el miedo y alejarse de la actividad pública para sentirse seguras.
Pero la violencia también se traslada a los entornos digitales. Según Internet Bolivia, seis de cada 10 casos de ciberacoso en el país afectan a las mujeres.
En Bolivia no existe ninguna legislación o norma en contra del acoso callejero ni respecto a la violencia machista digital.
Ante la pasividad del Estado, en todos sus niveles, las mujeres bolivianas se organizan y luchan contra el acoso sexual callejero y la violencia digital.
Talleres de autodefensa feminista
Casilda Callejas decidió actuar contra la violencia machista en las calles a través de la autodefensa feminista.
Ella es una “chulla” o integrante individual de la Articulación Feminista Wañuchun Machocracia. Fue formada en la escuela de autodefensa feminista de Mujeres Creando hace tres años y a título individual decidió crear su propio taller.
En las próximas semanas, Casilda tiene listos talleres para mujeres adolescentes entre 12 y 18 años en Cochabamba.
La fecha está confirmada para el próximo sábado 20 de agosto desde las 09:00. También hay un taller para mujeres mayores el sábado 27 de agosto.
El costo del evento es de 50 bolivianos y con previa inscripción.

“De lo que se trata es de tener estrategias y técnicas que puedan permitir que una mujer pueda liberarse de un agresor y salvaguardar su seguridad”, explica Casilda
Para Casilda es fundamental compartir información sobre cómo identificar situaciones de violencia. Está convencida que cada cada tipo de agresión requiere acciones particulares.
«Se analiza el hecho de violencia, o los diferentes hechos de violencia, para tener respuestas específicas para cada situación”, agrega

En Bolivia, las mujeres comienzan a sufrir estos ataques, principalmente, cuando ingresan a la adolescencia.
Por ejemplo, en la ciudad de La Paz, a partir de los 15 años, nueve de cada 10 mujeres fueron víctimas de algún tipo de violencia en el ámbito social. Los datos se registraron también en la Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres del 2016.
También, en El Alto, el 96% de las mujeres sufrió sus primeras experiencias de acoso entre los 11 y los 20 años.
En cualquier horario y lugar
Al contrario de los argumentos machistas que justifican el acoso porque las mujeres «caminan tarde» o con vestimenta «inadecuada», los datos recopilados por Plan Internacional indican que el 34% de estos ataques, a nivel global, ocurren durante el día.
Generalmente, cuando las mujeres, adolescentes y niñas se dirigen a estudiar o trabajar.
Para muchas jóvenes y niñas, estas primeras experiencias son traumáticas. Habitualmente, se las culpabiliza por el hecho y ellas evitan circular en los espacios en los que las acosan para resguardarse.
“Lo que más te duele, además de la agresión, es la frustración de no haber hecho nada o no haber dicho nada, de haberte paralizado. Y es justamente una de las cosas que se abarca en el taller: que la violencia no te paralice”, insiste Casilda.
Las tres versiones de su taller se realizaron en Cochabamba, pero Casilda piensa en ampliar su alcance a más escuelas y también llevarlas a otras ciudades.
Espacios Seguros Cochabamba
Desde su creación en 2019, Espacios Seguros trabaja en intervenciones para prevenir y actuar ante el acoso sexual callejero. Principalmente, enfocándose en la educación, la contención y el uso de técnicas de afrontamiento.
Sus fundadoras, Silvia Vásquez y Fabiana Méndez, se hicieron amigas en la universidad. Años después, decidieron actuar para frenar la violencia machista en espacios públicos.
Silvia y Fabiana formaron un pequeño grupo focal con el que discutieron las acciones que podrían tomar. Fue este grupo, inspirado en la Red Caminemos de México, el que permitió el nacimiento del proyecto Espacios Seguros Cochabamba.
“El derecho a la ciudad está transversalizado por el género, porque la sociedad actual y sus problemáticas de género nos impiden tener un disfrute pleno de la ciudad”, dice Silvia.

En 2021, después de cerrar un convenio con la comunidad de estudios sociales y acción pública Ciudadanía, Espacios Seguros Cochabamba lanzó sus ciclos de cine itinerante feminista.
Silvia y Fabiana seleccionaron dos cortometrajes de autorxs bolivianxs sobre el acoso a mujeres y niñxs y recorrieron Cochabamba exhibiéndolos.
“Conviene trabajar con las personas que ejercen la violencia, porque los efectos (de cambio) son más rápidos (…) necesitamos trabajar con hombres y con mujeres, porque además necesitamos generar una cultura donde (todxs) reconocemos que el acoso callejero es una forma de violencia”, explica Fabiana.
De acuerdo al estudio Acoso sexual callejero a mujeres en el municipio de El Alto, siete de cada diez hombres creían nunca haber ejercido acoso sexual callejero hasta que se les mostró sus distintas formas y características.
Este es uno de los pocos estudios dedicados a esta problemática en el país.
El próximo objetivo de Silvia y Fabiana es poder lanzar una aplicación para mapear el acoso callejero en Cochabamba.
En 28 de mayo de este año inauguraron la nueva etapa del proyecto “Hacer para deshacer”. Una iniciativa para fomentar la creación artística contra la violencia y los estereotipos de género en espacios públicos.

La transversalidad del acoso
Según el estudio sobre acoso sexual callejero en El Alto, la mayoría de las mujeres del área rural sufrieron acoso callejero más de cinco veces a lo largo de su vida.
Las mujeres que viven en zonas urbanas, por su parte, atravesaron entre dos a cinco situaciones de acoso.
Además, las personas pertenecientes a las diversidades sexuales son más propensas a sufrir acoso sexual callejero. La homofobia y la transfobia de los acosadores incrementa en gran medida la posibilidad de violaciones que no son denunciadas en un 99% de los casos.
Colectivo SOS contra las violencias digitales
El colectivo SOS Digital nació hace tres años para brindar contención y ayudar a mujeres que sufren violencia digital.
Además del ciberacoso, la difusión de fotografías íntimas, ciberbullying, grooming y el stalking son algunas otras formas de violencia digital.

Al igual que el acoso callejero, en Bolivia no existe legislación específica contra ella.
Las mujeres que sufren ciberacoso con mayor frecuencia son las que tienen parejas con antecedentes de violencia, figuras públicas o aquellas que atravesaron violencia física o sexual.
Según el estudio Conectadas y Seguras de Plan Internacional Bolivia, cinco de cada diez niñas en Bolivia se sintieron acosadas en línea en algún momento de su vida. Facebook fue el medio más recurrente.
Después de haber sido acosadas en línea, una de cada tres niñas sintieron pérdida de autoestima o confianza.
Y una de cada cinco niñas dejaron de opinar sobre asuntos políticos tras ver que otras mujeres fueron desacreditadas en espacios digitales.
El colectivo SOS Digital además de brindar contención a las víctimas de violencia digital, proporciona herramientas para una navegación segura y capacita a otras mujeres para crear una red de cuidado ante la violencia machista en estos espacios.