“España ve nacer en 1979 a La Polla Records, una banda de punk originaria de Salvatierra/ Agurain, y junto a ellos Eskorbuto (Santurce, País Vasco, emergentes en 1980), una generación formada bajo la figura dictatorial de Francisco Franco; estos dirigen su descontento contra el fascismo, el capitalismo, el autoritarismo, el nacionalismo, el catolicismo, la moda y diversos factores que caracterizaban las relaciones sociales a las cuales se veían enfrentados los miembros de dichas agrupaciones.”
«Anarquía y punk: aclaraciones desde una reflexión histórica». David Vivas Uzcátegui. Universidad de Los Andes Mérida, Venezuela.
A partir del descubrimiento del punk característico de la Polla Records y el casete recopilatorio Atropello de un compa peruano, la banda de Scoria redirige su propuesta musical. Como consecuencia, uno de sus miembros toma la iniciativa de difundir y organizar a compañeros de la escena con inclinación al pensamiento ácrato (que reivindica la supresión de cualquier forma de autoridad).
El colectivo libertario Kombate-A era un grupo abierto a la participación y colaboración de gente con actitudes y postulados libertarios. Proclamaba un ambiente de mutuo respeto y de no dogmatismo.
“Por la recuperación de la ideología subterránea. Únete a nosotros, nos reunimos todos los sábados sin lluvia en la plaza Juana Azurduy. 19:00 PM”, invitaba un pasquín de aquella época. Un par de años después, con el mismo espíritu, este colectivo organizó una feria de publicaciones independientes llamada “Contracultura de resistencia anarco-punk”.
Los fanzines
En el año 1996 un fanzine de edición experimental circulaba en las manos de miembros de la escena. “Goni cabrón imperialista, responsable del asalto a los bolsillos de los trabajadores y del saqueo de los recursos naturales”, se denunciaba Enemigo Público. Este fanzine estaba a cargo de Elías Alconz, exvocalista de escoria. El nombre se inspiraba en el histórico zine de la primera etapa de Mujeres Creando: Mujer Pública.
La portada de esta publicación anunciaba también las palabras de un compa anarquista que llegaba de Argentina. A la par, se asomaba una viñeta de un grupo con bandera negra; en el centro una Chakana. Dentro la Chakana una “A” anárquica.
“Si puedes sobrevivir en El Alto, puedes sobrevivir en cualquier parte del mundo”, se lee en una nota de 1998. Titula: “Ni chicha ni limonada, el lado oscuro del rock en El Alto”. Allí se menciona a Francisco, conocido también por “Panchi” en su etapa punk:
“(…) se reúne con un grupo de amigos en la plaza de Villa Dolores, perteneció en su momento al movimiento under comandado por uno de los bateristas del grupo que tocó como pudo en su tiempo”
Panchi lanza un par de frases: “Queríamos plantar arbolitos (…) Hubo ganas de lanzarse a la calle a protestar por lo mal que trataba la vida a nuestras familias”.
El mismo año, junto al partido comunista de Bolivia, se realiza un boicot a un local recién inaugurado por la transnacional de McDonald’s.
En la protesta se veían carteles antiespecistas. Así lo contó una nota de prensa dela época: “Un grupo anarquista protesta por la crianza de ganado por parte de la compañía (…) En el afiche se encuentra un dibujo de una vaca sacrificada en una gran M de Mc Donald’s”.
Tras esas intervenciones se hallaba la correspondencia de Emilio Tesoro, un excombatiente de la Guerra Civil española. Él era parte del comité de relaciones anarquistas y vivía en Venezuela. “Un abrazo a todos los compañeros, a seguir luchando, a seguir siendo utópicos, pues, no puede haber lucha sin anarquía”, le escribió a Ernesto Rafael Durán.
Anteriormente, Durán había recibido la carta de otro compa, Alfredo, que adjuntó el directorio de la Federación Anarquista Ibérica para iniciar contactos.
Punk y anarquía
Realicemos una pausa a estas interpretaciones, ¿Por qué se conjugan conceptos como el punk y anarquía siendo estos no necesariamente llevados a la práctica con el mismo horizonte?
De acuerdo con David Vivas Uzcátegui, en los 80 el punk se encargó de darle cabida al pensamiento anarquista, dentro del margen artístico, al estilo y lenguaje de los jóvenes de clase baja. Quienes no eran, precisamente, invisibles ante los demás, ya que su extravagante estilo (ropa rota y remendada, piercings, tatuajes, los clásicos peinados en forma de cresta, comúnmente coloridas) resultaba algo muy notorio para la época.
En El Alto esta afirmación cobraba más sentido. El movimiento resaltaba más que en La Hoyada.
Un ejemplo fueron las bandas Revolución Deskrria2 y Ratas Suburbiales, dirigida por Julio Cesar Gutierrez, quien contribuía a la circulación de un ideario rebelde mediante fanzines palpablemente artesanales.
Los tokines under, en la segunda mitad de década noventera, tomaban lugar en los patios de las viviendas de Santiago Segundo, en la zona Villa Dolores, en el local Atlántida o locales de prestes y en un espacio itinerante cercano a los rieles en la zona 16 de Julio.
El punto de encuentro donde se intercambiaba fanzines, casettes y era común el pijchar coca, además de beber alcohol, fue la plaza Juana Azurduy. Allí llegaban jóvenes de diferentes zonas. Otros puntos menos concurridos fueron la plaza del Tinku, el Obelisco y la plaza del Minero.
De los 90 a los 2000
Posteriormente, alrededor del año 95, toma protagonismo en la difusión cultural juvenil el centro cultural Wayna Tambo. Años después, a inicios de los 2000, surgiría el centro cultural Maraña, una alternativa independiente con una suerte de lazo con el discurso de la socióloga Silvia Rivera, quien fue “madrina” de este espacio.
Si bien existían estos encuentros entre seguidores de varios géneros musicales, el rastro de los denominados punks era el más encarnado. En su práctica seguían una ética anarquista, bajo ciertas premisas cómo la consciencia sobre el consumo de alcohol. O la toma de la acción directa, inspiradas en lecturas a Enrico Malatesta, Flores Magón, o películas con mensajes libertarios que se compartían en reuniones en casa de Ernesto Durán.
Está demás mencionar que los grupos del movimiento under eran influenciados por música de marcado contenido de protesta social. Existía un sentimiento de disconformidad con el neoliberalismo, su clase política y sus partidos tradicionales.
Por otro lado, había un fuerte apoyo o, por lo menos se sentía una simpatía al movimiento cocalero y al de los pueblos indígenas.
Entre la literatura leída por el reducido grupo libertario, el indianismo de Fausto Reinaga no quedaba desapercibido. Además, entre las discusiones callejeras de otros grupos se tomó en cuenta la resignificación los valores culturales propios, la solidaridad con la reivindicación del pueblo y el cuestionamiento a una sociedad racista y clasista.
“Todos veníamos de familias, migrantes, mineras o campesinas, la mamá, el papá, la abuela eran cholas o cholos”
Boris Chamani
Esta condición resonaba en los nombres de algunas bandas como “Los caídos del aguayo” y en los primeros temas en aymara desde el subterráneo musical de parte de Scoria.
Una alternativa de base a los medios tradicionales
Dando un salto de aproximadamente una década, desde la zona Kenko, un colectivo realizaba acciones simultáneas de difusión de ideas anarquistas y movida contracultural.
Parte del mismo grupo de jóvenes llegaron hasta Tilata (camino a Viacha) dando talleres de música y muralismo para niños en el centro Kurmi. En esta gran movida participaron compas alteños, de La Hoyada, algunos de Chile, un par de ellos vinculados a la Organización Anarquista por la Revolución Social. Además del apoyo de Patricio Luna, un artesano y comunicador comunitario autodefinido anarquista y autodidacta.
Entre 2004 y 2006 se pusieron en funcionamiento algunas emisoras piratas, según cuenta Henry Ordoñez. Luego de aquellos experimentos de vecinos en distintas zonas de El Alto, surgió la iniciativa de crear un canal de televisión. Gracias a una antena construida de forma artesanal lograron transmitir hasta a un kilómetro a la redonda. La instalación de la antena dependía de si algún compa prestaba su terraza o si la junta vecinal invitaba a los responsables a su centro comunitario.
Antes de comenzar, se notificaba a los vecinos y escolares de las zonas en las que realizaría la transmisión. Se les invitaba a sintonizar la televisión en el canal 12, denominado Apala Iyambae.
La idea consistía en que la televisión comunitaria transmitiera tanto contenidos autoproducidos por los miembros del colectivo y la productora Contra Informa, dirigida por Gabriel Alá Ramos, como denuncias de los problemas de las zonas: Kenko, Convifacg, Alto Lima, Villa Adela. Así como la promoción de los emprendimientos de los vecinos.
Por otro lado, se dio cobertura a conciertos de música underground: punk y rap. Asimismo, se difundió el movimiento vegano y documentales sobre la realidad rural. Todo esto, según comenta enrique Ibáñez, en un momento en el que las redes sociales digitales eran un fenómeno emergente.
Una comunicación horizontal
Entre los títulos de la programación que se anotaban en un cuaderno de planificación, completado unos días antes de la llegada a un punto de transmisión, se observan:
Documentales Radio Nacional Huanuni, R.N.H. una radio para el pueblo, Tinkusirca, Warmis; entrevistas a Patricio Luna, a profesora y niños de centro Kurmi en Tilata; registro de la tertulia política en el centro Wayna Tambo, de las actividades de Revolución de la Cuchara, de la realización de los murales en Oro Negro, Gran Poder, Tembladerani, del trabajo detrás de cámaras del canal; conciertos de Khumunta, Attake masivo, Rap integración, Cultura Anónima, Indignación, entre otras bandas; y cortometrajes estudiantiles de la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales.
Apala Iyambae estuvo en funcionamiento un par de años, muchos de sus contenidos se produjeron entre 2008 y 2013. La propuesta consistía en establecer una comunicación horizontal que cumpla los lineamientos de “una teoría para alcanzar una comunicación democrática, donde los individuos de una sociedad tengan acceso para escoger lo que requieran en los medios, fomentando el diálogo y la equidad”.
Una comunicación producida por jóvenes, por medio de la autogestión y mediante una estructura de organización cooperativa.
Este proyecto fue hecho por y para gente de a pie, como un espacio a la manifestación de ideas sin doctrinas ni partidos.
Cuando la transmisión del canal de televisión concluye, con el nombre “Contra Informa” se suben a YouTube videos de propaganda contestataria. Usando el formato de videoclips musicales. Actualmente, el canal permanece en la plataforma, pero sin su contenido inicial ni completo, debido a una interferencia externa que eliminó las publicaciones.
Coda
Aquí concluyo este recorrido, con saltos de tiempo, que fue reconstruyendo la narrativa de personajes de la subalternidad. Quienes mediante medios impresos (pasquines y fanzines) y medios audiovisuales debatieron ideas sobre identidad y política contra partidaria. Además, profundizaron una lectura sobre su realidad y sobrepasaron brechas comunicacionales durante más de una década en la ciudad de El Alto.
Surgieron nuevos actores que son precursores de estas acciones en los barrios, a pesar de que los medios digitales y las redes sociales digitales han interrumpido un proceso de acercamiento colectivo presencial para el diálogo.
Actualmente, existen individuos desarticulados que mantienen la difusión de ideas libertarias mediante afiches en las calles, grabados y otras expresiones artísticas; pero se corre el riesgo de que estas expresiones se institucionalicen y que se encierren en galerías de doble discurso.
Mantengamos el mensaje en los espacios periféricos y cuestionemos siempre a los centros gentrificados.