Domitila Barrios comenzó su carrera sindical y política a los 26 años, en uno de los momentos más convulsos y violentos de la historia nacional. Durante casi 30 años estuvo siempre a la vanguardia de las luchas populares. Hoy recordamos seis hechos clave que consideramos fundamentales en su trayectoria.
1963: Su ingreso al Comité de Amas de Casa y los gringos rehenes
“Lo que yo vi y viví en ese acontecimiento, en todos esos días que pasamos en el Sindicato con los rehenes, me sirvió para toda la vida”.
La primera participación de Domitila en actividades sindicales sucedió luego del apresamiento de varios dirigentes mineros. En respuesta, las amas de casa tomaron como rehenes a cuatro gringos que habían participado de un banquete ofrecido por la gerencia de la COMIBOL en Catavi.
Las mujeres asumieron la responsabilidad del secuestro y sus posibles consecuencias. La situación era delicada y Domitila decidió sumarse a los turnos de vigilia en la biblioteca del sindicato, donde tenían a los “prisioneros”.
Allí Domitila conoció a Norberta de Aguilar, una lideresa decidida que se convirtió en una de las principales referentas políticas de Domitila.
1967: La Masacre de San Juan
“Si el Gobierno mismo nos ha quitado nuestro salario, y lo único que pedimos es lo que en justicia nos corresponde… Y que nos maten así, no es justo. ¡Cobardes!”
-En junio de este año Domitila fue testigo de una de las matanzas más dolorosas en contra de la clase trabajadora boliviana. En el amanecer del 24 de ese mes, el Ejército bajo las órdenes del presidente René Barrientos ejecutó una masacre bien planificada.
El relato de Domitila con los detalles del ataque al centro minero de Siglo XX es estremecedor y da cuenta del grado de violencia con el que actuaron las fuerzas armadas en contra de un pueblo desarmado y vulnerable.
Al día siguiente, en el cementerio, mientras las familias enterraban sus muertos, Domitila tomó la palabra y gritó: “¿Cómo es posible que a la clase trabajadora, a la gente que se sacrifica, que está trabajando, que está enriqueciendo al país, se le tenga que matar así? No es justo lo que han hecho con nosotros. Si el Gobierno mismo nos ha quitado nuestro salario, y lo único que pedimos es lo que en justicia nos corresponde… Y que nos maten así, no es justo. ¡Cobardes!”
Dos días después, Domitila fue apresada y trasladada hasta La Paz, junto a una de sus hijas de solo dos años. Ese fue su primer encarcelamiento. Aunque fue liberada, tiempo después recibió presión y persecuciones desde distintos frentes. En septiembre volvió a ser atrapada y llevada hasta La Paz. Allí vivió una de las torturas más violentas por parte de los militares que se hayan conocido en la historia del país. Domitila, que llevaba un embarazo avanzado, fue golpeada brutalmente por el hijo de un coronel y por el mismo militar.
“Entonces, hice un esfuerzo, y resulta que encontré el cordón de la wawa. Y a través del cordón, estirando el cordón… encontré a la wawita… totalmente fría, helada, allí sobre el piso”.
Domitila perdió a ese hijo. Pese a la crudeza de la escena, Domitila siguió siendo humillada por los militares. Finalmente, un sargento le brindó ayuda, salvándole la vida, no sin antes recriminarle:
—¿A qué te atienes, hija? Vos, siendo mujer, estando embarazada, ¿por qué no te callas? ¿Para qué has
hecho eso al hijo del coronel (Domitila había ofrecido resistencia a la tortura)? ¿A qué te atienes? Las mujeres, ¿por qué son así de rebeldes?
1975: Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer
Domitila a Betty Friedan: “Ahora, señora, dígame: ¿tiene usted algo semejante a mi situación? ¿Tengo yo algo semejante a su situación de usted? Entonces, ¿de qué igualdad vamos a hablar entre nosotras?”
En 1975 Domitila Barrios irrumpió en la testera de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU con una fuerza irrebatible y una transversal, hasta entonces, invisibilizada por los feminismos hegemónicos: los conflictos de clase.
Según relata Domitila, al llegar al evento se sintió intimidada por la pose academicista, intelectual y de élite que presumía la mayoría de las participantes. Pero ese contraste, dice, también le sirvió para “valorizar la sabiduría” de su pueblo, de su gente. Domitila, en el evento, se presentó como “la esposa de un trabajador minero de Bolivia”.
Domitila planteó ,en el encuentro que reunía a los feminismos a escala global, quizás por primera vez, las problemáticas que atravesaban a las mujeres proletarias del sur global. Confrontó a las voces hegemónicas que pretendían universalizar la categoría de mujer, sin cuestionar las bases de un sistema capitalista, clasista y racista.
En ese contexto, Domitila tuvo un fuerte intercambio con una de las referentes históricas del feminismo liberal, la estadounidense Betty Friedan. Salida de la academia y reconocida como una brillante psicóloga, Friedan venía de un mundo completamente al de Domitila.
La autora de La mística de la feminidad había nacido bajo el nombre de Betty Naomi Goldstein, en el seno de una acomodada familia dedicada a la joyería y tuvo la fortuna de estudiar en una universidad privada de Massachusetts.
Con esa herencia social, Friedan recriminó a Domitila el hecho de centrar su discurso en los conflictos sociales que aquejaban a las clases populares bolivianas. “Mire, señora, olvídese usted del sufrimiento de su pueblo (…), ya la hemos escuchado bastante. Hablaremos de nosotras… de usted y de mí… de la mujer, pues”.
Domitila respondió de manera contundente:
“Muy bien, hablaremos de las dos. Pero, si me permite, voy a empezar. Señora, hace una semana que yo la conozco a usted. Cada mañana usted llega con un traje diferente; y sin embargo, yo no. Cada día llega usted pintada y peinada como quien tiene tiempo de pasar en una peluquería bien elegante y puede gastar buena plata en eso; y, sin embargo, yo no (…) Nosotras no podemos, en este momento, ser iguales, aun como mujeres, ¿no le parece?”.
Además, la líder de las amas de casa mineras cuestionó que desde la ONU se reconozca el derecho de las mujeres “a participar (en la política) y a organizarse”, pero que en la práctica esos privilegios solo sean ejercidos por la burguesía boliviana.
1977: Huelga de hambre contra Bánzer
Pese a que su nombre es uno de los más recordados y mencionados cuando se habla de la huelga que tumbó la dictadura del general Hugo Bánzer, Domitila no fue parte del primer piquete que inició la protesta en el segundo piso del arzobispado paceño.
El 28 de diciembre de 1977, Nelly Colque, Angélica Romero, Aurora Villarroel y Luzmila Rojas se reunieron para iniciar la huelga de hambre que devinó en una masiva movilización popular que logró recuperar la democracia en Bolivia de manera transitoria.
Las demandas iniciales eran múltiples, pero apuntaban a debilitar el gobierno de la dictadura: amnistía total para los presos políticos, derogación de la ley de Seguridad del Estado, normalización sindical, regreso de los exiliados y desaparición de la presencia militar en las minas.
Xavier Albó considera que Domitila no se sumó a la huelga desde el principio por las diferencias políticas que tenía con Villarroel, de una corriente trostkista, y Rojas, que había formado parte del Ejército de Liberación Nacional.
Sin embargo, dejando de lado las discrepancias ideológicas, Domitila se sumó a la protesta instalando otro piquete en la sala de visitas del periódico Presencia. Junto a ella se incluyeron a la huelga otrxs 10 representantes de distintos sectores sociales. Entre ellos el mismo Albó y Luis Espinal.
Este fue el germen de una movilización nacional que para febrero del 78 ya tenía a miles de bolivianxs protestando contra Bánzer en seis de los nueve departamentos del país.
Bánzer fue derrocado el 21 de julio de ese mismo año, luego de una larga e intensa lucha en las calles.
1978: ¡Domitila vicepresidenta!
Luego de la caída del dictador Bánzer, Domitila protagonizó otro hecho histórico en la política boliviana poco conocido. La lideresa minera fue la primera mujer—ama de casa y de las clases populares— en participar como candidata a la vicepresidencia en una elección nacional.
Fue compañera de fórmula del dirigente campesino Casiano Amurrio bajo la sigla del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI).
Lastimosamente, aquel primer ejercicio democrático, luego del lastre de las dictaduras militares, concluyó con un descarado fraude perpetrado por Juan Pereda Asbún, ministro del Interior durante gran parte del gobierno de Bánzer.
Finales de los 80 a los 2000: La Escuela Móvil Domitila
La relocalización minera provocada por el decreto 21060 firmado por Víctor Paz Estenssoro trastocó la vida y trayectoria de Domitila. Lejos de las minas, con las organizaciones sociales y mineras debilitadas y una economía destruida, la Domi tuvo que migrar hacia Cochabamba.
Allí se instaló y continuó con sus actividades políticas, aunque desde otros frentes. Motivada por una experiencia que había tenido en Inglaterra, Domitila vio necesario movilizar a lxs jóvenes de las clases populares, formarlos políticamente.
Así nació la metodología de la Escuela Móvil Domitila. Se trataba de encuentros de unas dos horas de duración, a lo largo de una semana, donde la histórica dirigente minera dialogaba de manera muy cercana con estudiantes. Hablaban y discutían temas referidos a la economía, cultura, organización social y referencias históricas.
Según apunta Xavier Albó, entre los 80 y los principios de los 2000, la EMD había brindado más de 300 talleres en varios departamentos del país.
Domitila murió en Cochabamba el 13 de marzo de 2012. Tenía 74 años y la aquejaba un cáncer de pulmón.