Fundado en 1818 y creado por el rey Juan VI, el Museo Nacional de Río de Janeiro es uno de las más antiguos e importantes de Brasil. Este es el invaluable patrimonio consumido por las llamas.
El Museo Nacional de Brasil, la institución científica y de historia natural más antigua del país, contiene unos 20 millones de piezas que se teme hayan sido destruidos por las llamas que arrasan el edificio desde la tarde del domingo. Su colección contiene desde la zoología y la arqueología hasta la etnología, geología, paleontología y antropología biológica, según enumera la misma página web del museo. Sus ejemplares datan de diferentes periodos históricos. Entre ellos se encuentran el esqueleto humano más antiguo descubierto en América, animales disecados, momias, meteoritos, fósiles y decenas de huesos de dinosaurios.
Creado por el rey Juan VI de Portugal en 1818 y ubicado en Río de Janeiro, el Museo Nacional es considerado el quinto mayor del mundo por su patrimonio e incluye colecciones compuestas por decenas de miles de objetos provenientes de varias civilizaciones de América, Europa y África, aunque muchos de los 20 millones de piezas que forman parte de su acervo no están expuestos, informa el diario brasileño O Globo.
La institución cuenta con la mayor colección de arqueología egipcia de América Latina, pero su pieza más importante es Luzia, el esqueleto humano más antiguo hallado en el continente americano. Los huesos de esta mujer, que murió de manera violenta hace unos 12.000 años, fueron encontrados en 1975 en el Estado de Minas Gerais. Todavía se desconoce si sus restos han sido consumidos por las llamas.
Lo que sí se ha resistido al incendio es un meteorito, según informa la vicedirectora del museo y recoge O Globo. La institución posee la mayor colección de meteoritos del país, con 62 piezas. El más famoso es el Bendegó, encontrado durante el siglo XVIII, informa el rotativo brasileño.
Los tres pisos del museo incluyen documentos que se remontan a la época del Imperio, fósiles y colecciones de minerales. La exposición está organizada en distintas secciones, desde la historia de la Tierra y la evolución del hombre (con los restos del Maxakalisaurus topai, uno de los dinosaurios más grandes encontrados en Brasil), hasta las áreas dedicadas a las distintas culturas: las mediterráneas, con piezas grecorromanas de la emperatriz Teresa Cristina de Borbón, la egipcia, que empezó a ser adquirida por el emperador Pedro I, la arqueología precolombina y la brasileña, a la que pertenece Luzia.