Desde hace varios años la iglesia católica boliviana minimiza sistemáticamente los casos de pederastia cometidos por sus sacerdotes. A través de una revisión documental se puede constatar que existen al menos 100 víctimas de estos abusos en Bolivia.
Solo entre 2018 y 2022 se registraron casi una docena de denuncias, las víctimas tenían un promedio de edad de 12 años.
Actualización al 12 de mayo de 2023: hasta la fecha tenemos registradas más de 20 denuncias públicas en contra de curas que ejercieron el sacerdocio en Bolivia. Las víctimas de los acusados superan las 200 personas. Puedes encontrar más información en nuestro Observatorio de Datos y Medios.
“Son menos de diez”.
Marzo de 2023. La abogada Susana Inch dice que esa es la cantidad de denuncias por violación en contra de sacerdotes en Bolivia. Inch es asesora legal y parte de una comisión nacional de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) para atender estos casos.
En la misma entrevista, Inch deja entrever que la CEB no cuenta con un registro nacional de las denuncias. No menciona nada sobre la cantidad de víctimas.
“Si fuera un sacerdote de La Paz (el denunciado) la competencia para tratar el tema es el arzobispo de ese departamento”.
Susana Inch, asesora legal de la CEB
La narrativa de la iglesia católica boliviana frente a los casos de pederastia elige hablar de denuncias y no de víctimas.
Bajo esa dinámica, el reciente destape del caso de Alfonso Pedrajas (alias Padre Pica) haría referencia a una sola denuncia y ocultaría, convenientemente, a las más de 80 víctimas del jesuita.
“Muchas vidas están destrozadas. El padre Pica tenía múltiples cualidades e hizo mucho bien. Pero lo que le hizo a cientos de niños liquida todo lo bueno”
Antiguo alumno del Juan Pablo XXIII, donde “Pica” cometió la mayoría de sus violaciones.
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Falta de transparencia y «negacionismo» sobre los casos de pederastia
A esta estrategia discursiva se suman la falta de transparencia respecto al número de denuncias registradas, la cantidad de personas afectadas, el estado de las investigaciones o las instituciones involucradas.
Desde 2019 la CEB puso en “funcionamiento” la página web https://protecciondemenoresiglesia.org/ Pero el portal no contiene ningún tipo de información, documentación o base de datos. Además, durante largos periodos de tiempo estuvo fuera de línea. Actualmente, ninguno de los enlaces de su página de inicio funciona.
“Debe haber algún caso”, decía un representante de la iglesia católica en 2016. “Son menos de diez” denuncias, aseguran en 2023.
Sin embargo, solo entre 2018 y 2022 se hicieron públicos más de diez casos de abusos y violaciones perpetradas por sacerdotes. La edad de nueve de estas víctimas promedia los 12 años. En dos de los casos, los sacerdotes abusaron de niñas de manera sostenida: entre los siete y los diez años, en un caso, entre los nueve y los 14, en el otro.
Además, en enero de 2023, meses antes de la declaración de Susana Inch, la Compañía de Jesús de Bolivia se pronunció sobre una denuncia por violación sexual en contra del “jesuita A.M.D. (+)”. La agresión se habría registrado en 1961.
En abril del mismo año, el Opus Dei reconoció “denuncias de abusos ‘fundadas’ contra ocho miembros en Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina”. Según una publicación de EuropaPress, tres de las denuncias señalan a sacerdotes (dos ya fallecidos) y cinco a fieles laicos.
“En Bolivia no (hay casos de pederastia) todavía”, decía en 2019 el cardenal Toribio Ticona. “Son menos de diez” casos aseguran desde la iglesia católica boliviana en 2023.
Estimaciones con base en información pública
Hasta el momento, las cifras hablan de alrededor de 100 víctimas, corroboradas, de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Bolivia.
Debido a la falta de claridad y transparencia de la Iglesia Católica en estos casos, no existe una estimación oficial. Pero hay información pública, especialmente periodística, que permite hacer un acercamiento a la cantidad de víctimas de pederastia de la Iglesia Católica en Bolivia.
En 2018, en Muy Waso publicamos una recopilación documental que advertía sobre alrededor de 65 víctimas.
Meses después, en 2019, el diario El Deber publicó una ampliación de esos casos, pero ocultó los nombres de todos los curas violadores.
También en 2019, en los primeros tres meses de aquel año, la CEB admitió conocer cuatro denuncias de abusos sexuales de sacerdotes contra estudiantes.
«Discreción», sinónimo de impunidad y opacidad
“Esto normalmente se trata que sea lo más discreto posible”, dijo en aquella ocasión el obispo Aurelio Pesoa. “No se quiere dañar en primer lugar a la víctima y tampoco se quiere dañar al causante o al victimario”, justificó.
Una «discreción» que, en el caso de otro jesuita, Luis María Roma Padrosa, oculta la identidad del agresor pese a comprobar, con sus propias investigaciones, «la verosimilitud de lo denunciado».
A inicios de 2019, Roma Padrosa fue denunciado por un exsacerdote de haber cometido abusos contra una gran cantidad de niños en el oriente boliviano entre finales de los 90 e inicios de los años 2000. La acusación fue sostenida con una treintena de fotografías en las que «LMRP», para la Compañía de Jesús, aparece tocando los genitales de niñas y niños entre los seis y 12 años.
Pese a la gravedad de la denuncia, la Compañía de Jesús emitió un comunicado admitiendo el hecho tres años después. Para entonces Roma Padrosa ya había fallecido, pero los jesuitas aún guardaron «discreción» al momento de confirmar los abusos.
La presencia de la Iglesia Católica en la educación boliviana
La iglesia católica en Bolivia tiene más de 300 “obras” de educación en Bolivia, entre unidades educativas, hogares de acogida y centros infantiles.
Algunos de estos espacios sirvieron a los sacerdotes pederastas para cometer sus crímenes. Los ejemplos más graves son el de Eduardo Revich (30 víctimas) en un internado en Tapacarí, Cochabamba, José Mamani (siete violaciones comprobadas de 17 posibles víctimas) y el de Alfonso Pedrajas, con decenas de niños abusados en el colegio Juan XXIII.
En este último caso, según un comunicado publicado por los exalumnos, los abusos de Pedrajas fueron «encubiertos por la compañía de Jesús», ya que habían sido denunciados en múltiples ocasiones.
«… por lo que en todos los casos (los estudiantes denunciantes) fueron expulsados del colegio»
Fragmento del pronunciamiento de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Juan XXIII sobre el caso Pedrajas
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