Estamos tan inspiradas por las mujeres que compiten en Tokio 2020, que decidimos armar una lista con 12 atletas/guerreras cuyas historias debes conocer. Aquí te dejamos la primera parte de esta selección olímpica wasa.
Yulimar Rojas
Entre sus grandes motivaciones está la música. La salsa, el vallenato, el merengue y el reguetón. Llega a todos sus entrenamientos con un parlante que suena a todo volumen mientras ella se dedica a hacer historia y romper récords en el triple salto.
Mide 1.95 centímetros, es una gigante que desborda alegría, talento, ritmo. Su figura es imponente y amable.
Verla competir es una fiesta, como su sonrisa, como su encrespado y colorido color de pelo, como sus palabras luego de hacer historia. Yulimar Rojas es una de las atletas más imponentes del último tiempo.
En Tokio 2020, en su último salto alcanzó 15,67 metros. Superó por 17 centímetros un récord que había impuesto la ucraniana Inessa Kravets en 1995. Yulimar Rojas es la primera venezolana en ganar un oro para su país. Pero viene escribiendo su legado desde hace varios años.
En 2017, recibió el premio Rising Star de la World Athletics, como la atleta promesa de ese año.
En diciembre de 2020, con solo 25 años, se convirtió en la latinoamericana más joven en ganar el premio a la atleta del año de World Athletics. Es la tercera latinoamericana en obtener ese reconocimiento desde 1988.
Pese a su éxito y la brillante carrera deportiva que construyó, sectores conservadores de ultraderecha desmerecieron su logro y la atacaron con insultos racistas por unas declaraciones «políticas» que realizó en 2016.
Yulimar Rojas nació en un barrio popular, es negra, es lesbiana y reivindica abiertamente los derechos de las personas LGBTIQ+. Yulimar Rojas es una olímpica.
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Sifan Hassan
En los últimos 400 metros en la prueba de 1,500 se tropezó y cayó. Luego vino una remontada épica e inolvidable que la colocó primera en su serie eliminatoria. El sprint que la llevó del penúltimo lugar al primero, queda como una de las gestas más increíbles de unos Juegos Olímpicos.
Pero Sifan Hassan es mucho más que esos 57 segundos en los que demostró una valentía estremecedora.
Llegó a los Países Bajos como refugiada cuando tenía 15 años. Nació en Etiopía, pero se vio obligada a abandonar su país. Soñaba con ser enfermera, pero rápidamente se dio cuenta de su gran potencial como deportista de élite.
Su historial lo confirma: tiene los récords de Europa de 1,500, 3,000 y 5,000 metros, además del de medio maratón. La primera de esas marcas la logró en 2019, cuando se consagró campeona en el Mundial de Atletismo de Doha. En esa cita también se consagró en los 10.000 metros.
Es la más reciente campeona de los 10,000 metros del Mundial de Atletismo en Doha 2019 y posee cuatro récords mundiales en distancias que van de la milla hasta los casi 19 mil metros.
Pocas horas después de una escena que recorrió el mundo y que, de seguro, será una de las más recordadas en unas Olimpiadas, Sifan Hassan se coronó ganadora de los 5,000 metros en pista.
En los próximos días, la neerlandesa de origen étiope buscará colgarse también las medallas de oro en las pruebas de 1,500 y 10,000 metros.
Neisi Dajomes
Tiene tan solo 23 años y se convirtió en la primera ecuatoriana en ganar el oro olímpico. Su familia tiene un origen migrante. De raíces colombianas, su familia fue desplazada por el conflicto armado y se vio obligada a afincarse en la amazonía ecuatoriana.
Según publicó el proyecto Corredores Migrantes, el oro de Neisi Dajomes en Tokio 2020 “es el triunfo de la vida sobre la esclavitud, la guerra, el desplazamiento forzado, el racismo y el machismo”.
En @CorredoresMigra quisimos honrar a Neisi Dajomes. Nuestra compañera @cristinaburneos preparó este trabajo con Álvaro Alemán, quien pertenece a su entorno. Este es el triunfo de la vida sobre la esclavitud, la guerra, el desplazamiento forzado, el racismo y el machismo.¡Va!?️♀️?
— CorredoresMigratorios (@CorredoresMigra) August 1, 2021
Para consagrarse como campeona olímpica en Tokio, Deisi Dajomes levantó 118 kilogramos en arranque y 145 en envión (casi el doble de su peso), para un total de 263.
Neisi Dajomes, durante la premiación, hizo una emotiva dedicatoria a su hermano (fallecido en 2018) y a su madre, quien fue la principal impulsora de su carrera deportiva y que murió en 2019.
Karen Tórrez
Durante su infancia practicó fútbol, básquetbol, voleibol. Hizo danza, clásica, contemporánea, folclórica. Era una niña inquieta. Pero fue la natación la que conquistó su pasión y su talento.
Según cuenta ella misma, a los dos años, en un viaje al Chapare, Cochabamba, quedó enamorada del agua.
Acaba de cumplir 29 años. Lo hizo un día antes de registrar su mejor marca en unos Juegos Olímpicos (JJOO). Lleva tres Olimpiadas en su historial.
Después de la también nadadora Katerine Moreno, Karen es la segunda boliviana en anotar su nombre en tres JJOO de manera consecutiva.
En 2014, gracias a su potencial y cuando solo tenía 22 años, recibió una beca deportiva en Barcelona, España. Su visión sobre el deporte se transformó durante ese viaje.
A su regreso, consiguió las mejores marcas de su carrera y sus preseas más importantes.
Así logró convertirse en la primera nadadora boliviana en clasificar a unos JJOO logrando una marca mínima. Es decir, llegó a Río 2016 gracias a sus propios méritos y no gracias al cupo de universalidad que otorgan en la natación.
En los Juegos Bolivarianos de 2017 hizo historia una vez más. En los 50 metros libre registró una marca de 25.00 segundos. Se colgó la medalla de oro e impuso un récord bolivariano y otro nacional que hoy siguen sin ser superados.
A lo largo de su carrera, que comenzó a sus 10 años, a los 12 Karen ya competía en torneos internacionales, Karen consiguió alrededor de 800 medallas y conserva más de 40 marcas nacionales.
Durante 2020, debido a las restricciones, Karen sufrió un bajón. Esperaba con ansías los Juegos de Tokio, soñaba con mejorar sus marcas personales y encontrar su mejor forma. Pero, durante varios meses, la cuarentena le impidió entrenar.
Por si no lo vieron, así pasó nuestra Karen Torrez por #Tokyo2020
— Roberto Acosta E. (@btoae) July 30, 2021
Pese a las dificultades provocadas por la pandemia, el 30 de julio de 2021, en el Centro Acuático de Tokio, Karen consiguió el cuarto lugar en su serie eliminatoria y uno de los mejores tiempos de su historial en los últimos años.
Shelly-Ann Fraser-Pryce
Es la mamá cohete. En 2017, luego de que hizo público el anuncio de su embarazo, muchos le hablaban del final de su carrera. Le decían que debía retirarse. Pero esa opción nunca pasó por la cabeza de Shelly-Ann.
Ocho meses después de su cesárea, volvió a las pistas para entrenar. Unos meses más tarde en el Mundial de Atletismo de Doha, con 32 años, volvió a coronarse como campeona.
“Volver después de tener un bebé es posible, correr más rápido después de los 30 es posible”, dijo entonces Shelly-Ann.
“Tengo 32 años, soy madre y aquí estoy, rompiendo barreras. Quiero inspirar a las mujeres de mi nación para que continúen soñando”
En junio de 2021, la mamá cohete volvió a hacer historia. En la pista del estadio nacional de Kingston, Jamaica, Shelly-Ann se convirtió en la segunda mujer más rápida de la historia en los 100 metros planos.
Shelly Ann Fraser Pryce ??
10.63 ??? 2nd fastest woman in history but as far as I'm concerned that's the WR‼️I pretty much ignore Flo Jo's record… Drugs and all. pic.twitter.com/nAAsCyOr9g— Sanade ♥ ?? (@SanadeSweet) June 5, 2021
A sus 34 años, Shelly-Ann detuvo el cronómetro a los 10.63 segundos. Esta marca fue un hito nacional. Recibió las felicitaciones de sus colegas, Usain Bolt e incluso el presidente de Jamaica.
Un mes después, su compatriota Elaine Thompson volvió a batir esa marca (10.61). Sin embargo, la mamá cohete siguió dando batalla y consiguió una medalla de plata.
Shelly-Ann no solo es dos veces campeona olímpica y cuatro veces campeona mundial en los 100 metros planos. La velocista también es embajadora de la buena voluntad para UNICEF en Jamaica.
La atleta ha estado usando la plataforma para defender los derecho de niños y madres jamaiquinas.
Anna Kiesenhofer
Cuando cruzó la meta de la competencia de ciclismo de ruta en Tokio 2020 nadie podía creerlo. Para la prensa deportiva “era una completa desconocida”.
Anna tiene 30 años, es una ciclista amateur y llegó a Tokio sin equipo. Se enfrentó a más de 60 rivales de 40 países y consiguió lo que cualquier especialista en ciclismo calificaría como imposible.
? "Nobody expected me to come away with a top result here."
Listen to @AnnaKiesenhofer ?? describe what it means to be the @Tokyo2020 @Olympics Champion!#Tokyo2020 | #CyclingRoad | #Olympics pic.twitter.com/FfHhbh8NxZ
— UCI (@UCI_cycling) July 25, 2021
Actualmente, esta campeona olímpica trabaja en la Universidad de Lausana. Allí investiga y enseña. Anna estudió Matemáticas en la Universidad de Viena, tiene una maestría en la de Cambridge y un doctorado en la de Cataluña.
Su carrera deportiva comenzó en 2016. Pero solo un año después parecía quebrarse irremediablemente.
En una emotiva publicación en su blog personal, Anna anunciaba su retiro del ciclismo.
“Las preocupaciones por mi salud y mis ganas de “vivir” me han llevado a la decisión de extender mi descanso por tiempo indefinido”
Las exigencias del deporte, habían agotado física y emocionalmente a Anna. Ya en 2017, Anna discutía una problemática silenciada en el ámbito deportivo: la salud física y mental.
Anna sufría una amenorrea durante muchos años y también tenía problemas de osteoporosis en algunas zonas de su columna vertebral. Además, como ella misma admite, se había exigido demasiado durante sus entrenamientos.
Anna se tomó el 2018 como año sabático.
Después de ese descanso, Anna regresó a la ruta para ganar los campeonatos nacionales de Austria entre 2019 y 2021. Finalmente, coronó su retorno con una medalla olímpica en Tokio.
Anna es la primera medallista de oro de Austria desde los Juegos de Atenas 2004. Es la primera austríaca en ganar una medalla en una carrera olímpica de ruta. Es la primera en ganar una medalla olímpica para su país en cualquier disciplina del ciclismo en 125 años.
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