El Gobierno boliviano usa la vacunación como propaganda y ofrece una idea equivocada sobre la situación de la pandemia. En un escenario epidemiológico impredecible, con un vecino como epicentro global de la crisis y un limitado acceso a las vacunas para países de ingresos medios o bajos, el único camino para evitar un colapso sanitario, económico y social, parece ser el de la prevención.
El Gobierno boliviano reaccionó tarde y sin mucho tino ante el peligro de la “cepa brasileña” del nuevo coronavirus. Mientras, sigue utilizando la vacunación con fines proselitistas, ocultando una realidad global: los países ricos están acaparando las dosis, relegando a los países con menos recursos, en complicidad con los laboratorios.
Las señales epidemiológicas de alerta sobre la variante P.1 se conocían desde enero y los primeros reportes sobre la «variante de Manaos» aparecieron en noviembre de 2020. Pero el Gobierno de Luis Arce parece estar más ocupado de su agenda partidaria.
Para entender mejor qué sucede en Brasil te recomendamos este episodio del podcast El Hilo: Brasil, una bomba epidemiológica
La desastrosa gestión del presidente Jair Bolsonaro y las nuevas variantes agudizan un escenario catastrófico en Brasil, que refuerzan su sitial como epicentro mundial de la pandemia y lo convierten en una amenaza para la región.
Parte de este episodio nos ayuda a entender qué significa el caos sanitario de Brasil para sus vecinos y estar alertas frente a la negligencia de nuestros gobernantes.
Las vacunas como propaganda
El caso brasileño no solo nos enseña los peligros de menospreciar la ciencia, sino que también revela las graves consecuencias de usar la pandemia con fines políticos.
En Bolivia, el discurso oficial sobre la vacunación, implementado con fines propagandísticos, nos brinda una falsa sensación de seguridad. Muchxs estamos relajando las medidas de prevención, mientras la cosa, en realidad, no pinta nada bien.
Anotá bien este dato: el 90% de las 400 millones de vacunas entregadas hasta el momento se repartieron solo entre los países ricos y de ingresos medios. El resto del mundo probablemente deba esperar años hasta vacunar a la mayoría de su población.
O sea, amigue, no botes tu barbijo, alejate de las fiestas y evitá reuniones innecesarias. No se trata de ti, sino de cuidar al resto.
Para entender más el fenómeno global del mercado de las vacunas y el lugar de desventaja en el que nos encontramos los países en este lado del mundo, puedes revisar esta nota (en inglés, pero se entiende fácil usando cualquier traductor): «Los países ricos renunciaron a la oportunidad de vacunar al mundo».
Y es que, a pesar de las advertencias, los funcionarios estadounidenses y europeos renunciaron a la idea de garantizar el acceso a la vacuna para miles de millones de personas. Con esta decisión egoísta e “imperial” se corre el riesgo de prolongar la duración de la pandemia.
La esperanza en las calles, en el pueblo
Pero no todas pueden ser malas noticias. De puro pesimismo no se puede vivir, menos en estos tiempos. Hay que llenarse, aunque sea, de un poquito de esperanza.
Con un Estado ausente y negacionista del COVID-19, la organización popular en Brasil fue la mejor y quizás única alternativa para enfrentar la pandemia. Especialmente en zonas marginales y de escasos recursos.
Para que conozcas estas historias, te compartimos uno de los mejores reportajes creados en la región desde la llegada del coronavirus: Favela Vs Covid-19. Las estrategias que las periferias pueden enseñarnos para combatir la pandemia.
Estas no son solo iniciativas «solidarias», son muestras de que la organización popular puede hacerle frente a los abusos y olvidos del Estado. Son muestras de cómo lxs vecinxs de las favelas de San Pablo se organizan contra los problemas sociales y económicos generados o agravados por la pandemia.
Estas recomendaciones formaron parte del boletín semanal que entregamos a nuestrxs suscriptorxs y las personas que hicieron una donación para que sigamos con nuestro trabajo.
Si quieres recibir la versión completa, aportá el equivalente a un pesito por día al Chanchito Muy Waso. para colaborarnos o anotate a la versión mini aquí.