Los esfuerzos gubernamentales por posicionar la imagen de la excandidata a la presidencia se cuentan en minutos y miles de bolivianos. Solo entre mayo y junio, las apariciones presidenciales en siete canales costaron más de dos millones y medio de bolivianos.
«¿Me tengo que referir a usted como candidata o como presidenta?«, le dijo María del Cruz Bayá, candidata por ADN a la presidencia, a Jeanine Áñez durante una reunión de la jefa del Gobierno de transición para destrabar el proceso electoral y consensuar una fecha para la votación.
Desde antes, tanto en el ambiente político como en la opinión pública, se cuestionó la doble función de la expresidenciable de la alianza JUNTOS. Esta observación también recayó sobre sus apariciones públicas.
Incluso con la crisis sanitaria encima, no quedaba claro si trabajaba en su campaña electoral o en la gestión del Estado.
Pero, más allá de estos apuntes, ¿cuál fue el verdadero costo de los esfuerzos de Áñez para posicionarse en los medios de comunicación? ¿Cuánto le costó al país cada uno de los spots en los que confundía a la población con un discurso ambivalente, poco operativo y demasiado proselitista?
Según una revisión realizada por el equipe de datos de Muy Waso en 31 procesos de contratación, entre mayo y junio de 2020 se adjudicaron 2.5 millones de bolivianos para spots o mensajes televisivos en los que figuraba la Presidenta.
Cada uno de los minutos en los que la imagen de la Mandataria apareció en las pantallas chicas de lxs bolivianxs tuvo un costo promedio de 3,262 bolivianos, mil más que un salario mínimo.
En dos meses, Áñez acumuló 775 minutos de cámara (casi 13 horas), distribuidos en 576 «pases».
Áñez copó prácticamente todos los canales de televisión abierta con alcance nacional. Unitel, Red Uno, ATB, RTP, Cadena A, Bolivisión y Bolivia TV firmaron órdenes de servicio por montos que oscilan entre los 28,080 y los 282,555 bolivianos.
Todas estas adjudicaciones se hicieron en la modalidad de contratación directa. Muchos de estos contratos se encuentran «en ejecución» y otros fueron «cumplidos y reportados».
¿Unidos suena a JUNTOS?
Pero estos no son los únicos gastos del Estado con un hedor proselitista.
En otros siete contratos con televisoras nacionales, el Gobierno transitorió gastó 271,950 bolivianos en una «campaña informativa» denominada, curiosamente, como «Unidos por la salud». Este presupuesto garantizaba los «pases» en televisión durante menos de una semana, solo cuatro días.
Estas contrataciones, según consignan los documentos oficiales, fueron interrumpidos por la Dirección General de Estrategias del Viceministerio de Politicas Comunicacionales, arguyendo un «caso fortuito».
El uso deliberado de la sigla de la tienda política que promovió la candidatura de Jeanine Áñez, o palabras similares, fue criticado a lo largo de su gestión presidencial. Esto hizo que en más de una ocasión el Gobierno recule en sus intenciones propagandísticas.
Sin embargo, no se le habían puesto cifras a este tipo de «inversiones», que comprometen recursos públicos.
El decreto supremo 4159, aprobado por la misma excandidata este año, dice que «el uso de bienes, servicios y recursos públicos, y utilizar medios de comunicación estatales» está prohibido para «actos de campaña y propaganda» electoral.
La gran Evo
Durante las gestiones del Movimiento Al Socialismo el culto a la imagen de Evo Morales fue promovida a través de inagotables transmisiones televisivas del canal estatal.
Desde entregas de obras hasta partidos de fútbol, el despliegue técnico y económico para seguir las andanzas de Morales eran desproporcionados.
“El pago se realizará por el servicio efectivamente prestado, considerando que el mismo está sujeto a la AGENDA PRESIDENCIAL”.
Por poner un ejemplo, una contrato por las «transmisiones de eventos gubernamentales», «sujeto a la agenda presidencial», entre el 10 y el 13 de septiembre de 2019 tuvo un costo de 848,446 bolivianos.
Más de cien mil dólares en solo tres días para ver al expresidente jugando fútsal.
Con la documentación bajo los mismos términos que los usados por su predecesor, el Gobierno de Áñez adjudicó contratos de transmisión a Bolivia TV por 5.9 millones de bolivianos, entre el 21 de enero (un día después de que oficializaron la candidatura de la Presidenta) y el 29 de abril de 2020.
«Bono Emotivo»
¿Quién pagó por estos spots que sonaban más a propaganda electoral de Jeanine Áñez que a gestión de Gobierno? Tenemos una respuesta, con hartos detalles, y te la compartiremos en minutitos. pic.twitter.com/nXUlf0WYTC
— Muy Waso (@MuyWaso) September 19, 2020
Toda esta información es solo la punta del ovillo en una letanía de gastos usados en «comunicación», bajo el pretexto de «derecho a la información», que lleva implícito un interés por manipular la opinión pública.
Así lo evidencian las descripciones en algunas de las 587 entradas del Sistema de Contrataciones Estatales que revisamos para este informe, en el apartado de «objeto de contratación», que anotan «Bono Emotivo Mujer», «Bono Emotivo Universal», «Incremento Salarial Médicos» o «Testimonio Bono Familia».
En este listado, hay una desigual proporción entre contenidos que se presumen informativos o de concienciación, frente a aquellos orientados a resaltar la gestión de Áñez y potabilizar su ahora extinta candidatura presidencial.