Upayaretu es, para los chiquitanos, “el dios tutelar de los niños” . Tiene la forma de un avestruz gigante y habita en el cielo. Upayaretú significa literalmente Ñandú, para los chiquitanos, según los apuntes de Viajes por Bolivia De Alcides D’orbigny, pero también es el nombre que recibe esta deidad.
Entre los Guaraníes, este dios que protagoniza la misma historia que Upayaretú, recibe el nombre de Ñandú Tupa (Tumpa o Tuparsh) cuya traducción es dios Ñandú.
Este mito cuenta con ligeras variantes de acuerdo a la comunidad donde ha sido recogida. La historia central narra, que un grupo de niños está al aire libre, jugando, bailando o cantando durante la noche. De repente, el Upayaretu o Ñandú Tumpa, aparece desde el cielo, carga a los niños sobre sus alas y se los lleva al firmamento.
Algunas madres se dan cuenta de lo que sucede y aterradas salen de sus hogares para rescatar a sus niños. Una de ellas se aferra a los pies de sus hijos, pero el dios Ñandú es colosal y avanza distancias gigantes con un par de aleteos. Entonces la madre cae al suelo, sin sus hijos, y ve que en sus manos sostiene algunos de los dedos de los pies de sus niños. Lo único que le queda de ellos. Mientras, Upayaretu ha desaparecido en la distancia del cielo.
El origen del maní y el maíz
La historia concluye con que la madre, triste por perder a sus hijos, agarra sus deditos y los mete en un cántaro. En otra versión, es el mismo Ñandú Tumpa quien le dice, durante un sueño, que los entierre en el campo. Debido a su pérdida, la madre llora sobre lo que le queda de sus niños y de ese mismo lugar en la tierra o el cántaro comienza a brotar una planta.
Algunas versiones relatan que lo que brota es la planta de maíz, otras dicen que es la planta de maní. Esta es una enmienda de Ñandú Tupa o Upayaretú por haberse llevado a los niños y privado de “mano de obra” a ese pueblo.
Para que las madres nunca olviden a sus niños el avestruz gigante los ha convertido en estrellas, al llevarlos hasta el firmamento. Así, las madres pueden verlos y recordarlos todas las noches.
Otras versiones de la llegada de Upayaretu o Ñandú Tupa
Los Chiquitanos, Mocoví, Izoceños, Guaraníes entre otros indígenas, llegaron a compartir diversas interacciones étnicas y socio históricas donde sus creencias, prácticas sociales y dialectos se fueron mezclando.
Es debido a este constante contacto que existen muchas similitudes entre su mitología, deidades y prácticas culturales. Sin embargo, los grupos más numerosos lograron establecer ciertas diferencias que marcaron su identidad con el paso del tiempo.
En ese sentido, existe una versión izoceña de este mito que tiene una variante que puede haberse transformado durante su recopilación o mediante el paso oral a las generaciones más jóvenes.
Los Izoceños cuentan que el cielo no tenía estrellas. Por eso baja Ñandú Tupa y se lleva a los niños. Al contrario de la primera narración, esta vez la madre se agarra de una de las patas de Ñandú Tupa y le arranca una garra que luego planta en su sembradío. Es de ahí que nace la planta del maíz.
Ñandú Tupa, las constelaciones y la vía láctea
Muchas de las deidades de los pueblos originarios de Bolivia, llegan a representar o tener una conexión muy cercana con los astros: las estrellas, el sol, la luna o la vía láctea.
“Vemos que Tumpa-Ñandú aparece en momentos de la creación de fenómenos cósmicos (estrellas, la Vía Láctea y demás constelaciones celestiales)”
Para los Izoceños – Guaraní, Ñandú Tupa está en el cielo y es la Cruz del Sur. También hay fuentes que dicen que la Cruz del Sur y las dos estrellas que están a sus lados son el collar “del Ñandú tumpa de la Vía Láctea”.
Para los Mocoví, la Vía Láctea es el camino que el avestruz gigante recorre en el cielo.
Más allá de las precisiones que hace cada una de estas culturas, Ñandú Tuma o Upayaretú está directamente relacionado con las constelaciones y la Vía Láctea.
Ñandú Tupa madre de los animales
Por otro lado, esta deidad también tiene un rol central en el abastecimiento de los animales. Para los guaraníes el «Ñandú que está en el cielo es la madre de los Ñandú”. Es quien garantiza la fertilidad de los animales. Pero también es quien regula e interviene en la caza.
Por eso, cuando los guaraníes salen a buscar, Urinas por ejemplo, pero no encuentran muchas es porque Ñandú Tupa se las ha llevado al cielo para cuidarlas.
“La madre Ñandú es la que está cuidando. Cada año ella está poniendo huevos, porque
está en el cielo la madre Ñandú. Es por eso que se multiplican esos
animales. Y no hay muchos porque su madre se los lleva al cielo”.
El Ñandú está entre las deidades centrales de los Guaraníes. Si bien no es el dios mayor, ocupa un lugar de mucha importancia ya que se la considera como ”todos los eternos principios de los animales” y la que manda los animales a la tierra.
“Cuando se ve pocas estrellas en el cielo, habrá poca comida y
pocos animales para cazar, ya que Tumpa-Ñandú se retiró por
algún tiempo y llevó sus animales».
Fuentes
- Raúl Landívar. (2001). La cultura. Mitos Chiquitanos.
- Instituto Indigenista Interamericano. (1973) . América Indígena.
- Riester Jorge, Zarzycki O., J. A. (1985) . Suplemento antropológico de la Universidad Católica. Revista del Centro de Estudios Antropológicos. Aspectos de la cosmovisión en relación con la economía de los izoceño-guaraní del oriente boliviano.
- Casa de la Libertad. (2022). Mitos e historias de los pueblos indígenas. La cosmovisión del mundo guaraní.
- Chamorro, Graciela. (2004). Teología Guaraní.
- Martínez, Cecilia. Tapuy miri, chiquitos, chiquitanos. (2015). Historia de un nombre en perspectiva interétnica. Bulletin de l’Institut français d’études andines, vol. 44, núm. 2.
- D’orbigny. Alcides. (1958). Viajes por Bolivia. Tomo I.