Entre más de 848 mil personas vacunadas, Bolivia reporta solo 5,113 «eventos adversos atribuibles a la vacunación». El 98.6% de estas reacciones fueron leves, solo ocho personas (0.2% de las más de cinco mil) notificaron síntomas graves.
Según el primer boletín publicado por el Comité Nacional de Vigilancia de Eventos Adversos Atribuibles a la Vacunación es Inmunización (ESAVI), un porcentaje poco significativo de personas sufrió alguna reacción de gravedad luego de recibir alguna de las vacunas contra la COVID-19 autorizadas en el país.
Los datos de este informe corresponden a inmunizaciones hechas con las fórmulas de Sputnik V, Sinopharm y AstraZeneca. Los reportes de ESAVI fueron recopilados entre el 29 de enero y el 1 de mayo.
En ese tiempo lograron reunir 5,113 notificaciones de reacciones adversas. Esta cifra corresponde al 0.6% de las 848,149 dosis administradas en ese periodo. Del total de ESAVI reportados, 5,040 (98.6%) están clasificados como ESAVI leves.
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Si trasladamos estos datos sobre las ESAVI a las 312,484 personas vacunadas entre el 28 de junio y el 4 de julio (un récord desde que comenzó la campaña de vacunación), solo encontraríamos a tres personas con alguna molestia grave.
Es necesario que sepas que un ESAVI es cualquier problema de salud que ocurre después de la vacunación, sin
que necesariamente tenga que estar ocasionado por la vacuna. Sin embargo, son un buen parámetro para evaluar la seguridad de las vacunas.
Eventos adversos, muy raros, raros e infrecuentes
De los 5113 reportes de ESAVI reunidos en casi tres meses, solo ocho representaron casos de gravedad. Esto representa el 0.15% del total. Así se grafica, a muy grandes rasgos, la baja incidencia de reacciones adversas severas que podrían estar relacionadas con las vacunas contra la COVID-19.
Con las cifras compartidas por el Comité de Vigilancia Nacional y siguiendo la clasificación propuesta en el Manual Global para la Vigilancia de ESAVI de la Organización Mundial de la Salud, la aparición de eventos adversos por vacunas anticovid en Bolivia se clasifica como infrecuente, rara o muy rara.
En las cifras, esto significa, por ejemplo, que si llenamos el estadio Hernando Siles de La Paz con personas vacunadas con la Sinopharm (40 mil personas), solamente dos o tres personas presentarán una reacción adversa moderada. En este caso, además, la probabilidad de un ESAVI grave es del 0.0019%.
Si usamos el mismo ejemplo para la Sputnik V, con el estadio más grande del país con aforo completo, solo siete personas tendrían una reacción adversa moderada y probablemente ninguna reportaría un evento adverso grave.
En ambos casos los ESAVI moderados, anota el informe, se presentaron como alergias. Los eventos de gravedad aún continúan en investigación.
En el caso de la AstraZeneca, los ESAVI moderados también son muy raros. Volviendo al ejemplo del principal escenario deportivo de Bolivia con todas sus tribunas a tope, no encontraríamos más que a una persona con epistaxis (hemorragia nasal) o hematuria (orina con trazas de sangre, similar a la que suele aparecer con las infecciones urinarias).
¿Cuáles son las principales molestias que se reportaron?
Si aún no fuiste a vacunarte, quizás te interese conocer cuáles son las molestias más comunes luego de recibir la inmunización contra la COVID-19.
Antes, recuerda que, de los 5113 reportes de ESAVI notificados entre finales de enero y mayo, 5040 notificaciones corresponden a ESAVI leves. Los casos restantes se dividen en 65 moderados y solo ocho graves (aproximadamente un 0.00094% entre más de 848 mil personas vacunadas).
Según los primeros datos que se recopilaron en Bolivia, el dolor de cabeza (cefalea) y el dolor en el lugar de la inyección concentran el 77.5% de los ESAVI.
Las reacciones menos frecuentes, según el boletín del Comité Nacional de Vigilancia, son el dolor en articulaciones, los escalofríos y el malestar general.
En esta gráfica puedes revisar las cifras con mayor detalle.
La experiencia de los vecinos
La información brindada en el primer boletín sobre ESAVI en vacunas contra la COVID-19 en Bolivia (compartido recién a finales de junio) corresponde a información recopilada principalmente entre febrero y abril. Hasta el momento podría estar desactualizada.
Además, se conoce muy poco sobre los métodos usados para la recolección de los datos y su calidad.
Sin embargo, una comparación con países de la región servirá para corroborar la seguridad de las vacunas y las bajas probabilidades de que se presenten eventos adversos luego de los pinchazos.
Argentina utilizó prácticamente las mismas fórmulas que Bolivia. Según su más reciente informe sobre la seguridad de las vacunas, con más de 12 millones de dosis aplicadas hasta el 12 de junio, el porcentaje de ESAVI reportados es del 0.4%.
Al igual que en nuestro país, la mayoría de estos corresponden a reacciones no graves o leves. Volviendo al ejemplo del estadio Hernando Siles con 40 mil argentinxs vacunadxs, en el caso de la Sputnik V solo encontraríamos una persona con un ESAVI grave.
Con la Sinopharm, según los datos del gobierno argentino, las posibilidades de ua reacción grave son todavía menores.
En Paraguay, con datos difundidos también por vías oficiales, los ESAVI surgieron solo en el 0.86% del total de dosis aplicadas. Buena parte de estos eventos adversos están relacionados con la vacuna Covaxin (de origen indio), no disponible en Bolivia.
Con casi 160 mil dosis aplicadas (de cinco laboratorios diferentes), los ESAVI grave en Paraguay son solo 46, esto equivale al 0.02%.
Los datos sobre las notificaciones de ESAVI luego de las vacunaciones contra la COVID-19 son bastante similares en los tres países. Lo que es distinto es el manejo de la información y la transparencia de los datos.
Bolivia sigue muy por detrás del resto de los países de la región en cuanto a la cantidad y la calidad de la información que difunde sobre la pandemia y, en este caso, las campañas de vacunación.
Argentina, por ejemplo, lleva 12 informes de vigilancia sobre la seguridad de las vacunas. Además, cuenta con un «monitor público de vacunación». En él pueden conocerse datos clave como la cantidad de dosis distribuidas por provincia y qué cantidad la fue utilizada. Además, pueden consultarse cuántas vacunas se aplicaron según al edad y la condición de lxs vacunadxs.
Algo similar sucede con Chile, que ofrece a sus ciudadanxs un amplio panel con información sobre la vacunación desglosada por sexo, edad, comuna y hasta por establecimientos de salud. Toda esta información puede ser descargada, sin restricciones.
El caso de Perú, es similar. El Gobierno peruano brinda bases de datos abiertas con información en detalle (laboratorio, edad, sexo, fecha de vacunación, región) de cada una de las inmunizaciones realizadas hasta el 21 de junio. Los archivos se actualizan regularmente.
En Bolivia, debemos conformarnos con una imagen en formato JPG, con muy poca información de utilidad y muchas veces con grandes inconsistencias.
Dos apuntes importantes
Por favor, ten en cuenta que los datos que compartimos en esta nota pueden cambiar en el tiempo, «ya sea porque a través del seguimiento de los casos se obtiene información complementaria, por validación de la notificación, o por la actualización del resultado de los análisis», según aclaran en el boletín oficial que usamos como fuente principal.
El Comité Nacional de Vigilancia de ESAVI y AESI está conformado por el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnologías en Salud (Agemed), el Sistema Nacional de Información en Salud y Vigilancia Epidemiológica (SNIS-VE) y la Organización Panamericana de Salud (OPS), en calidad de asesor técnico.
Este comité realiza una valoración permanente de los ESAVI notificados en todo el territorio boliviano.
Todos los documentos oficiales y datos recopilados por el equipe MUY WASO para este informe pueden revisarse descargarse en este enlace.
Esta nota fue ampliada el 7 de julio de 2021 gracias a las observaciones de Stasiek Czaplicki Cabezas. ¡Gracias por las lecturas críticas y rigurosas, wasxs! Incluimos información regional sobre la seguridad de las vacunas y observaciones sobre la falta de acceso a información y datos confiables referidos a la pandemia/vacunación.
Trabajar en esta nota fue posible gracias a los aportes de Lourdes Montero, Alberto Canedo, Magui Tito, Ruth Bautista y otras decenas de personas que hicieron un aporte al CHANCHITO MUY WASO.