El Aguara Guazú es una deidad de los guaraní, toba y mocovíes. Lo consideran un “ser protector”, dueño de los llanos, pastizales y el palmar. Es guardián y “padre de todos los perros”.
Aguara Guazú, en guaraní, significa “zorro grande”. También es el nombre que recibe el lobo colorado o borochi (como se lo conoce en Bolivia).
Los toba conocen al Aguara Guazú como Kalak o Nonga Lta. Relatan que es “dueño y rey” de los lobos colorados. Se presenta como un lobo colorado gigante y es considerado “un ente en sí mismo”.
Este pueblo trataba con mucho respeto al Kalak, evitaban cazarlo y matarlo.
“Es malo (tabú) matar a un kalak; que no hay que mariscar (cazar) al kalak”.
Otras leyendas en regiones brasileñas señalan al aguara guazú como el dueño del fuego. En su contacto con los humanos, les habría entregado la posesión de las llamas.
En cuanto a su historia natural, el aguara guazú (Chrysocyon brachyurus) surgió en Sudamérica durante el Pleistoceno. Mucho antes de que los primeros ocupantes humanos llegaran a las Américas.
Actualmente, el aguara guazú o lobo colorado es una especie en riesgo de extinción.
A diferencia del vínculo de los pueblos indígenas sudamericanos con el aguara guazú, las tradiciones y leyendas traídas con la colonización asociaron a este animal con el mito del hombre lobo.
Así comenzaron una serie de supersticiones y tergiversaciones que promovieron la caza y persecución del borochi o aguara guazú.
La amenaza colonial que aún acecha al aguara guazú
El mito de Luisón o Lobizón es una versión del mito del hombre lobo que se acomodó al contexto de los pueblos latinoamericanos durante y después de la colonización.
Esta leyenda hace referencia a una pareja que fue víctima de una maldición. Todos sus hijos fueron convertidos en monstruos a causa del maleficio. El séptimo hijo, que se llamaba Luisón, se transformaba todos los martes y viernes de luna llena en mitad humano y mitad perro.
Este mito recayó con violencia en contra del lobo colorado: “en Sudamérica el cánido elegido para ser lobizón (o Luisón) fue el aguara guazú”.
Debido a que durante la colonización se asoció al aguara guazú con el Luisón, este mamífero fue perseguido y cazado durante mucho tiempo.
Los aguara guazú que quedan en el mundo
El aguara guazú, como su nombre lo dice, es “el más grande de los zorros” sudamericanos.
Tiene hábitos nocturnos y se alimenta de animales pequeños, insectos y frutas. Al contrario del estigma que dejó el mito del Luisón sobre esta especie, el lobo colorado es totalmente inofensivo para el ser humano.
Este mamífero habita el noreste de Argentina, Paraguay, parte de Brasil y una extensa región del Chaco boliviano.
Según la más reciente evaluación de su población (en 2015), existen alrededor de 17 mil aguara guazús maduros.
Estos son 6,600 especímenes menos que en el censo de 2005. Según información de aquel año, 21,746 aguara guazús habitaban en Brasil, 1,000 en Bolivia, 880 en Argentina y 660 en Paraguay.
Estas cifras califican al aguara guazú como una especie «casi amenazada», respecto a una posible extinción.
Los principales peligros que enfrentan son su caza por supersticiones, para usos en «medicina tradicional» o por la creencia errónea de que atacan terneros. Además, la colonización humana de su hábitat los expone a enfermedades transmitidas por perros domésticos o atropellamientos en carreteras que atraviesan sus territorios.
Otras amenazas son la caza indiscriminada para la venta de su piel, su captura para tenencia en cautiverio o venta como mascota.
En Bolivia, una de las principales áreas de distribución del aguara guazú es el Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Se calcula que allí habitan alrededor de 118 parejas. Sin embargo, solo 30 están resguardados activamente por el Parque Nacional.
Para escribir esta descripción utilizamos las siguientes referencias
- Aguara Guazú. Kalak y los Tobas. Buenaventura Terán, Revista Fundación Vida Silvestre Argentina
- El aguará guazú. Esbelto, tímido e inofensivo. Gladys Clavijo.
- Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). Natalia Mannise
- Las desventuras del aguará guazú, el lobo tímido y solitario que camina los campos argentinos. Rodolfo Chisleanschi.
- El mito del hombre en lobo: del verslpellis latino al lobisón en cuentos argentinos contemporáneos. Norma N. Porto de Farfas y Oiga N. Trevisán.
- El Aguara Guazú en la Argentina. Lecciones aprendidas y recomendaciones para su conservación. Marcela Orozco, Paula Gonzalez Ciccia y Lucía Soler (editoras).
- Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia. Ministerio de Medioambiente y Agua.
- IUCN Red List of threatened especies
Más sobre el reto Graficalaca
El Graficalaca es un reto inspirado en el Inktober que rescata, desde las artes gráficas, mitos, leyendas, criaturas fantásticas y deidades de las culturas bolivianas. El reto es una cocreación de la revista Muy Waso y el artista gráfico Salvador Pomar.
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