Con la gran Olivia Colman como protagonista, The Lost Daughter nos pone de frente a esos lugares escondidos y poco visibilizados de las maternidades. Las diversas formas en las que se vive esta experiencia y la imposibilidad de definir una sola forma de maternar.
Te compartimos un fragmento de la crĆtica de Mary Carmen Molina sobre el debut como directora de la actriz estadounidense Maggie Gyllenhaal.
[Spoiler alert]
āNo pegues a mamĆ”ā. Leda, una joven traductora y madre de dos niƱas, estudia en la sala de su casa mientras cuida a sus hijas. Bianca, la mayor, imita la concentraciĆ³n de su mamĆ”, que repite susurrando una frase en italiano, con los ojos cerrados. La niƱa le pregunta cĆ³mo se deletrea la palabra volcĆ”n. No recibe respuesta.
Entonces, le da un golpe en la cabeza para abstraerla de su concentraciĆ³n y llamar su atenciĆ³n. Leda la mira con sorpresa e indignaciĆ³n; no responde. Un segundo golpe sigue a la repeticiĆ³n de la pregunta, muestra la molestia de la niƱa y confirma la atenciĆ³n como una demanda.
Leda riƱe a Bianca y le dice que no se atreva a hacer eso nunca mĆ”s, que no puede. Puedo, dice la niƱa. Leda pierde la paciencia y lleva a Bianca al cuarto: āĀ”Dame 15 minutos mĆ”s!ā. Bianca se resiste, pero Leda logra ponerla en la cama; Bianca le pega en los brazos; sonrĆe, con timidez o picardĆa (ĀæestĆ” jugando?).
Leda la empuja, trata de que la niƱa permanezca sentada y tira la puerta. Los vidrios de la puerta se rompen. Cansada y enojada, confundida, Leda mira a Bianca del otro lado. La niƱa mira los vidrios rotos sobre el piso, asustada, confundida.
Esta es una de las escenas de la pelĆcula La hija oscura (The Lost Daughter, 2021) que muestra la compleja, confusa cotidianeidad de una madre, maternando y trabajando a la vez, en tiempo real y sin ayuda.
Casi 20 aƱos despuĆ©s de ese episodio con su hija mayor, con 48 aƱos y de vacaciones en una isla griega, Leda (Olivia Colman) rememora su experiencia de crianza a travĆ©s del encuentro con otra madre joven que conoce en el balneario: Nina (Dakota Johnson). La pelĆcula escrita y dirigida por Maggie Gyllenhaal (y basada en un libro de Elena Ferrante), en su debut detrĆ”s de las cĆ”maras, reconstruye un trauma, una demanda, una decisiĆ³n: ser madre y no soportar serlo. āSoy una madre antinaturalā, confiesa en algĆŗn momento el personaje.
The Lost Daughter organiza su relato trenzando dos periodos de la vida de la protagonista. El primero: Leda de 30 aƱos (Jessie Buckley), tratando de despegar su carrera acadĆ©mica, criando a sus dos hijas de cinco y siete aƱos. El segundo: Leda de 48 aƱos, profesora universitaria vacacionando sola en una isla, recordando la traumĆ”tica experiencia de ser madre y reviviendo el trauma al conocer la experiencia de otra mujer joven con su hija. En un punto, las dos etapas de la vida de Leda avanzan en paralelo, los flashbacks son recurrentes y conforman el cuerpo de la historia āocultaā de la pelĆcula.
Siguiendo parcialmente la estructura y algunas caracterĆsticas del cuento clĆ”sico, The Lost Daughter cuenta dos historias.
SegĆŗn Piglia, āel arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia en los intersticios de la historia. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elĆptico y fragmentarioā. En este caso, la historia cuenta el encuentro de Leda con Nina y su familia, una especie de clan grecoamericano disruptivo, violento y peligroso.
Esta primera capa se espeja de manera extraƱa en la otra subrepticia, la segunda historia: los hechos de un nivel revelan la sensibilidad de otro; los deseos y las decisiones de Leda, la mujer joven, encuentran un eco en las acciones de Leda, la mujer adulta. La libertad serƔ el vinculo que, en un giro a la vez siniestro y mƔgico, cierre la elipse que relaciona problemƔticamente a una mujer con las imƔgenes que la hacen.
Esta es una historia que da cuerpo a las tensiones a las que se enfrenta una mujer a travĆ©s de la experiencia de maternidad. Es una pelĆcula sobre algunas de las imĆ”genes mĆ”s caras en la configuraciĆ³n del sistema hegemĆ³nico de representaciones de lo femenino: la buena madre versus la mala madre; la mujer sola versus la mujer de familia; la mujer libre frente a la mujer oprimida.
Mientras veĆa por segunda vez la pelĆcula, me encontrĆ© con la reflexiĆ³n sobre la maternidad de la activista feminista Violeta Osorio:
āHabitualmente odio ser madre. Odio el lugar de vulneraciĆ³n y opresiĆ³n en el que la maternidad me dejĆ³ expuesta. Esta sensaciĆ³n de renuncia y restricciĆ³n constante, la certeza de que todo serĆa mĆ”s posible de no ser madre. La culpa que me acompaƱa como el aire que respiro. El miedo constante porque sĆ© que en realidad les espera a mis hijas un mundo machista y misĆ³gino. Odio no tener espacio, energĆa y recursos para mĆ, ni siquiera en mi cabeza, ocupada como estĆ” en la larga lista de tareas de cuidado. Sin embargo, ellas son mis personas favoritas en el mundo, su presencia me define y me regalĆ³ un lugar potente para habitarā.
La experiencia de Leda dialoga con esta reflexiĆ³n y pone sobre la mesa el resquebrajamiento de este sistema de vulneraciĆ³n y debilitamiento: la mujer no existe; existen mujeres, diferentes y distintas, cuyas voces y cuerpos no terminan de empalmar con las imĆ”genes que la sociedad ha confeccionado para ellas, para mejor controlarlas.
De manera potente, The Lost Daughter opone a su protagonista con las imĆ”genes que configuran su experiencia como una continua tensiĆ³n frente a los espejos, aquellos que arrojan imĆ”genes desde su propio cuerpo, pero tambiĆ©n otros que, desde otras mujeres, la interpelan. Es asĆ que Leda se encuentra y desencuentra en Nina y sus dificultades para criar a su hija Elena, en su lugar en la familia numerosa, violenta y controladora.
La matriarca de este clan, Callie (Dagmara DomiÅczyk), futura madre y especie de madre de Nina (es su cuƱada), tambiĆ©n se enfrenta a Leda en sus diferentes imĆ”genes, oponiendo la fuerza de la bĆŗsqueda de la maternidad con la urgente y decisiva bĆŗsqueda de abandono de esta.
El deseo de libertad es, finalmente, ambivalente para los personajes, que no terminan de redimirse y cuyo encuentro es tan explosivo como mƔgico.
The Lost Daughter puede verse en Netflix y tambiĆ©n la encuentran por ahĆ. Aunque la historia pueda incomodar, a algunxs, o parecer muy simple a otrxs, es una pelĆcula que se ve con intriga y cuidado, y termina (Ā”cĆ³mo termina!) del otro lado de la pantalla.