La mezcla del bigote y la barba con el labial oscuro, las faldas, los aretes y los turbantes intrigaron a un público brasileño que no lograba encajar lo que veía en un molde de género.
Liniker, la vocalista y compositora de la banda Liniker e os Caramelows, es una de las voces más reconocidas del soul brasileño contemporáneo y un símbolo de representatividad para la comunidad trans y para la juventud negra de su país.
Los Caramelows la han acompañado desde el 2015 en un proceso de crecimiento que a los ojos de los medios ha parecido vertiginoso: en menos de tres años salieron de Araraquara, una pequeña ciudad del interior de São Paulo, y se convirtieron en una de las bandas alternativas más importantes del país.
Ya han hecho cuatro tours por Europa para promocionar Remonta, su primer y hasta ahora único disco, se han presentado dos veces en SXSW, preparan un tour por Estados Unidos, y este mes aterrizan en Bogotá para su presentación en Rock al Parque, el festival gratuito de rock más grande de Latinoamérica.
Cuando Cru, el primer EP de la banda, fue lanzado en octubre del 2015, la gente comenzó a hablar de la voz rasgada, grave y ronca y de la estética no-binaria de Liniker: la mezcla del bigote y la barba con el labial oscuro. Las faldas, los aretes y los turbantes intrigaron a un público brasileño que no lograba encajar lo que veía en un molde de género.
Así era como ella se vestía normalmente, pero su presencia en el escenario fue analizada como si se tratara de una performance queer, y en los medios se usaban palabras en masculino y en femenino para describirla.
Su intención inicial nunca fue convertirse en un símbolo para la comunidad trans. No planeó asumir una estética no-binaria para ir a cantar ni pensó que estuviera haciendo performances en los primeros videos que grabó. “Al principio fue inesperado. Yo no sabía que el simple hecho de ser quien soy podía afectarme tanto y afectar a tantas otras personas”. Tuvo que aprender lo que significaba ser una figura pública, contar con una plataforma para exponer su discurso y tener seguidores que veían en ella un símbolo de resistencia.