Compartimos un extenso acercamiento a Sur Aural, un colectivo boliviano de gestión de arte, investigación y producción alrededor del sonido como materia, como medio y como dimensión política y cultural de la experiencia humana.
Voy a romper las reglas periodísticas obvias y en lugar de arrancar la nota con una explicación, lo haré con un ejercicio: cierren los ojos un momento e identifiquen cinco sonidos. ¿Qué escuchan? ¿Música? ¿Autos? ¿Viento? ¿Voces? ¿Ladridos? ¿Ollas? ¿Con qué intensidad? ¿A qué distancia?
Los sonidos son parte de la experiencia del mundo. Son el entorno y, a la vez, nos informan sobre él y no solo en cuanto a signos -por ejemplo, el sonido de una bocina que nos indica que hay un auto-, sino también en cuanto a cantidades o frecuencias -más de una bocina podría equivaler a un embotellamiento- y distancias -una bocina fuera de casa llamándonos o una bocina en la avenida reclamando.
El sonido es una dimensión más de la realidad que percibimos y así como los objetos de materia física que vemos y tocamos, el sonido es materia capaz de ser/contener historia, cultura, memoria y, en general, atestiguar y registrar el paso del tiempo.
https://www.facebook.com/suraural/videos/955066584915909/?__xts__%5B0%5D=68.ARAzPu_R5kMSZJxLV4ZyPSm5H41zSdqv47omlpp2I2DNbQSev7a3Hq5Ahuixq0hfmFIlY4tZZrng5MihHqneciiS-z3n1EcpHSb6KoZCwFRg4FTwAzZcUDlf3Wt-QlqaSwi6NSe56N9Jq55qMqwTeGz0BVN5XPysE4IoatwHZPvhl908FI-0dlC42aSUZlKIEkQy8Tkp9_Cf9RDrP0E0BplwDtzerDBz2h27ZS8Qgysr8ATj2NX9mThCRJT51XhNr8C7X7j-5n29bcbK-5EBGI74Y-VLWBG6bHGFI5WoUIUZK22xOaUXszfRSDZuDS1xZzUkK5o-0HdX2PO_iZ5-uGf00Fr_-bogXdE&__tn__=-R
Con esto en mente, un grupo de artistas y profesionales del rubro del sonido creó en 2019 un espacio especial en el cual reunir expresiones y reflexiones de/sobre sonido. Oscar Souza (Potosí), María Fernanda García (Santa Cruz), Pablo Mansilla (La Paz), Rolando Korimailla (Santa Cruz), Arturo Salva (Santa Cruz) y Rodrigo Ríos (Ecuador-Chile) organizaron el Festival Sur Aural 2019 para reunir y exponer obras artísticas cuyo tema, material o concepto tuviera que ver con el sonido: su existencia, su producción, su permanencia, su escucha, su registro, etcétera.
El grupo prácticamente nació con ese primer festival, realizado el Día Internacional de la Escucha (18 de julio). Como respuesta a la convocatoria fueron recibidos 44 proyectos de toda la región latinoamericana. La muestra de los proyectos seleccionados fue en el espacio físico del colectivo ARTErias Urbanas en Santa Cruz. Allí fueron instaladas las obras de distinta naturaleza: audiovisual, exclusivamente de sonido y hasta performances. El concepto de este festival era «el portal», en el sentido del sonido como una forma de abrir paso a un mundo de posibilidades nuevas:
«Desde la década de los 70 hemos podido almacenar a través de radiotelescopios pulsos originados fuera de nuestro planeta y tiempo, comprenderlos es la próxima tarea. Este fenómeno sonoro es un eco del futuro que nos da pautas para empezar a pensar en la próxima evolución del ser humano: transformarnos todxs en seres que conviven y razonan en diversos y simultáneos planos de conciencia e información. Darnos cuenta y combatir la idea de que la realidad es algo lineal y que nuestras vidas estarán a salvo bajo la sombra de la certeza, realidad que es recortada por el encuadre visual y definida por el lenguaje y la palabra, hoy en día, aspectos controlados por los agentes del poder (medios de comunicación, marketing, redes sociales, sistemas de educación, etc.).» – Manifiesto del evento de 2019.
Un año y muchas actividades después, el Festival Sur Aural se replica este 2020 de modo obligadamente virtual: la convocatoria -lanzada en mayo- pedía producciones sonoras referidas a la memoria, ya que el concepto esta vez es “Si lo escucho, me acuerdo”. Esta versión del Festival buscó investigar la relación entre sonido y memoria, para generar experiencias de escucha activa que generen reflexiones sobre el pasado y lo pendiente, sobre la configuración y soberanía de vivir y grabar nuestra historia.
Fueron recibidas 115 obras en distintos formatos: programas radiales, reportajes, relatos/entrevistas, paisajes sonoros y obras artísticas. Las propuestas llegaron principalmente de la región Latinoamericana, pero con colaboraciones más lejanas -China, Italia, España, Francia, Inglaterra- que se suscribían a tres áreas de la memoria y el sonido sugeridas en la convocatoria: memoria e identidad, memoria y reivindicaciones sociales y memoria y espacio. Finalmente, por motivos de formato de exposición -portal virtual- fueron seleccionadas 100, para ser transmitidas por entregas diarias que las organizan según naturaleza y/o categoría:
¿Por qué la atención al sonido?
Parte de lo que animó a Sur Aural a crear espacios en que el sonido toma la centralidad que se le ha negado en esta era obsesionada con lo visual (desde la aparentemente inocente máxima “una imagen vale más que mil palabras” o “¡tenemos las imágenes!” como la prueba máxima de verdad), fue el reconocimiento del sonido como componente de carga política de aquello que nos empeñamos a considerar como “la realidad”.
A modo de ilustrar a qué me refiero con lo político del sonido, cito una explicación de María Fernanda García, una de las fundadoras: “Bolivia tiene muchas memorias. En cuanto a lo sonoro, Bolivia es una sociedad muy rica en sonidos, en sonoridades, y esto ya empezando a pensar en las 36 lenguas -aunque creo que ya quedan 31 nada más, me comentaba el otro día una amiga, habría que corroborar ese dato- que se hablan en el territorio. Eso ya genera memorias de sonido distintas, y memorias sonoras y culturales diferentes.”
Como individuos y comunidades experimentamos de forma muy particular la estructura social, los espacios y la manera en que nombramos las cosas, y los sonidos que escuchamos son parte compositiva fundamental de esas experiencias, no complementaria como podría pensarse:
“Sobre la escucha ha pesado la idea de ser el menos fiable de nuestros sentidos, como si fuera un fantasma, alejado de la realidad objetiva y familiarizado con las metáforas, mundos místicos, lo sobrenatural, lo informe, lo desconocido, tránsito al que queremos llegar para generar nuevos paradigmas y soluciones a los problemas que hoy en día parecen no tener posibilidades de cambio. Es por este motivo que creemos importante fomentar cualquier práctica de la escucha.” – manifiesto de Sur Aural 2019
La urgencia de rescatar el pasado porque es el cimiento del futuro
Durante octubre y noviembre de 2019, Latinoamérica vivió un momento de ebullición política muy significativo. Además de las tensiones sociales en Bolivia generadas alrededor de las elecciones presidenciales, surgió el movimiento Indignadxs en Chile y manifestaciones masivas y nacionales en Ecuador y Colombia. En los tres casos se trató de la población haciendo escuchar su inconformidad respecto a medidas anunciadas por sus gobiernos.
Para el grupo Sur Aural, esto marcó un momento clave de acción: “Como colectivo nos juntamos mucho a escuchar discursos políticos, nos juntamos a grabar, a reflexionar qué podemos hacer con lo que sabemos hacer para aportar pensamiento alternativo, para generar contrainformación y generar reflexión desde nuestros lugares, y con ideas que nos aborden a nosotros y nosotras, que no tienen que ver con la mirada hegemónica que imponen no solo los medios de comunicación sino hoy también las redes sociales.”, cuenta Fernanda.
La motivación para trabajar con el concepto de la memoria que permite el sonido, fue la base temática para el festival 2020: “Ya pensábamos trabajar más desde el sonido una convocatoria internacional para unir toda esta contrainformación que nos imaginamos que se podría estar generando en otros lados y potenciar este ejercicio de hacer memoria desde el sonido, a través de radio, grabaciones, música, muchas maneras. Pensábamos sobre todo en una frase que fue muy impactante de unos días después de que tomó posesión la presidenta Jeanine Añez, que en su discurso lanzó una frase como ‘Bolivia tiene más futuro que pasado’. Y ese fue como un shock para nosotros como bolivianos; sentimos que era una manifestación explícita de que se puede borrar la historia, de que se puede borrar la memoria y no sirve de nada. Entonces eso también nos motivó a hacer una reflexión sobre la importancia en este momento, ahora, actual, de buscar cómo no perder nuestra historia y nuestros recuerdos en una tierra como Bolivia que no tiene mucho ejercicio de memoria colectiva”.
El Festival Sur Aural 2020
Además de las transmisiones diarias durante el mes de julio en el portal del proyecto, el sábado 18 de julio será el Encuentro Sur Aural en el marco del Día Internacional de la Escucha. El programa contempla dos paneles con artistas, realizadores e investigadores con enfoque en sonido, así como espacios de intercambio con lxs asistentes y momentos de escucha activa de obras artísticas sonoras.
Se hablará de: Memoria oral y sonora, Construcción de identidad a través de la memoria y Resignificación en tiempos de incertidumbre.
Los panelistas y artistas invitadxs son:
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Soledad Aguirre Evangelista (CHI) / Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile.
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Mario Luis Rodríguez Ibáñez (BOL) / Red de la Diversidad en Bolivia
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Gabriela Behoteguy Chávez (BOL) / Museo de Etnografía y Folklore en Bolivia
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Leno Yván Arteaga Roca (BOL) / Instituto Plurinacional de Estudio de Lenguas y Culturas (IPELC) en Bolivia
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Martín Matus Lerner (ARG) / Universidad Nacional de Quilmes en Argentina
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Rodrigo Ríos Zunino (CHI) / Tsonami Festival de Arte Sonoro de Valparaiso
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Ana María Romano (COL) / Festival en Tiempo Real