Han vuelto para jugar una mano más. Álvaro y Diego Loayza están nuevamente en las estanterías del país, gracias a una oportuna reedición de la Editorial El Cuervo. En estos días pueden encontrar su novela en el stand R15, pabellón Rojo.
La segunda edición de la novela a cuatro manos firmada por los hermanos Loayza vuelve a ver la luz seis años después de que irrumpiera en la adormilada escena literaria boliviana. Este objeto raro, que fue concebido inicialmente como guion cinematográfico, acabó convirtiéndose en un emblema cultureta para la paceñidad recalcitrante y los aficionados al cubilete. La riqueza lingüística de esta obra, solo comparable con la azarosa opulencia de los dados, hace que sea imprescindible en cualquier biblioteca que se precie de servir singani en chuflay.
Los Brothers
Alvaro y Diego Loayza son, como quien dice, brothers -sobre todo desde 1980, año en que nació el benjamín-. Su colaboración propiamente literaria se concentró en la concepción y escritura de la novela De kenchas, perdularios y otros malvivientes y se remonta al inicio de la década de los ceros (00´s). Originariamente era una suerte de guion de largometraje. Pero los autores decidieron que esta historia merecía ver una nueva aurora, ahora bajo el formato de novela a secas. El filme, un manifiesto inequívoco de la serie Z chuquiagumarkeña, rodado en MiniDV allá por el invierno de 2001, es, hoy en día, una aguja en el pajar para los buscadores de rarezas. También realizaron y guionizaron los cortometrajes El Plan Papanoel (2005) y El Factor Tureque (2006). Al menos uno de ellos es parcialmente responsable de la controversial novela gráfica El Monstruo del Choqueyapu (Gente común, 2011) y la novela La isla trasnochada (Plural, 2016). Ambos son fundadores y colaboradores del blog multidisciplinario El lar de los conformes disconformes (el-lar.blogspot.com).
Dicen por ahí
“De kenchas, perdularios y otros malvivientes (2013), de los hermanos Loayza, posiblemente sea la mejor novela de la década que promedia. Está dotada de una comicidad decidida pero eficiente que se extraña en una producción novelística caracterizada por la seriedad.”
Alfredo Grieco y Bavio
“De kenchas, perdularios y otros malvivientes es una desafiante vuelta de tuerca al género del Bildungsroman y una verdadera fiesta del lenguaje. Aquí la variedad de registros orales conforman un soberbio tapiz cuya fina trama es capaz de revelar las sutilezas, los horrores, las cumbres y los abismos de la polifonía paceña. El vitalismo y la energía celebratoria de los hermanos Loayza resulta francamente contagiosa.”
Juan Cárdenas
“…el humor de la ocurrencia siempre fue visto por la teoría literaria como un mérito menor, privilegiando la ironía novelesca, problemática y corrosiva, la cual arrancará no más que una sonrisa, nunca una carcajada. En los Kenchas la ocurrencia tiene precisamente este efecto, los autores apuestan a ella y no al humor serio de la novela moderna, lo cual se relaciona también con su desprecio a la polifonía novelesca.”
Ricardo Aguilar