Linn da Quebrada y Jup do Bairro, el dúo que conocimos en el documental Bixa Travesty, presentan sus más recientes bombas de funk brasileño disidente, para hacerle frente a la demencia retrógrada de Jair Bolsonaro.
“La sexualidad y el género son campos abiertos de nuestras personalidades/¿Qué puede hacer un cuerpo sin juicio?”, se pregunta Jup do Bairro en su álbum debut, Corpo sem juízo (Autoeditado, 2020), en el que invita a reflexionar sobre la diversidad y los límites físicos autoimpuestos.
En este trabajo, publicado en agosto, la artista brasileña utiliza su cuerpo, el de “una travesti gorda, bixa (gay), negra y periférica”, como ella se define, y lo coloca en el centro de una batalla social que lucha contra los cánones corporales, estéticos y de género en Brasil, donde las minorías, concretamente el colectivo LGTBIQ+, han tenido que alzarse de nuevo frente a las amenazas de Jair Bolsonaro de recortar sus derechos.
En «Corpo sem juízo», el tema que da nombre al disco, la artista brasileña pone nombre propio a los cientos de personas trans y travestis que cada año son asesinadas en su país.
Las cifras, con 130 asesinatos en 2019, convierten a Brasil en el país más peligroso para este colectivo.
Detrás de los números, jóvenes como Theusa Passarelli, una conocida activista trans a la que mataron en Río de Janeiro, y a la que Jup do Bairro rinde homenaje, rescatando y sampleando su voz para esta canción.
“Es como enfrentar la muerte y permanecer inmortal”, entona Jup en este tema.
Linda
Igual de contundentes son las letras de Linn da Quebrada: «Me vestí bien para que me aplaudieran / pero hasta ahora, solo se han reído de mí», cuenta en «A Lenda». Un tema que forma parte de su primer disco, Pajubá (Vinyl, 2017).
En este álbum, Linn redescubre su identidad y lleva hasta las últimas consecuencias la idea del cuerpo como terreno político. Una filosofía que late en sus canciones y en todos sus proyectos artísticos, en los que el baile y la presencia escénica se convierten en una lucha visceral.
Lo demuestra en sus conciertos, performances o en su participación en documentales como Meu corpo é político (Alice Riff, 2017) y Bixa Travesty (Kiko Goifman y Claudia Priscilla, 2018).
Este último, un film autobiográfico en el que Linn habla abiertamente del machismo al que se enfrentó cuando acabó su transición y en el que esta artista brasileña proclama que fue ella quien «le rompió la costilla a Adam» para convertirse en la «nueva Eva».
Un resurgir que ahora continúa en el que será su nuevo disco Trava Línguas (2020) y del que ya adelanto en sus redes «A nova Eva», una pieza musical sobre la liberación de los cuerpos.
Bixa travesty mostró, además, la potente alianza de Linn da Quebrada y Jup do Barrio. Una bomba artística de mujeres trans, negras y periféricas dispuestas a abrir nuevos espacios y cuestionar juntas el status quo de un contexto político tan conservador como el brasileño.