La Gente Tigre o Tigre-gente es una leyenda de las culturas amazónicas de Bolivia. Existen registros sobre estas criaturas en los relatos Movimas y Yurakarés. Sin embargo, hay narraciones muy similares en el norte argentino y en el chaco paraguayo.
Según los Movima, la Gente Tigre son ancianos sabios o sabias capaces de transformarse en jaguares y volver a su forma humana cuando deseen (aunque también podrían adaptar otras formas animales). En Bolivia algunos pueblos amazónicos llaman tigre al jaguar. Esto puede ser debido a la influencia lingüística que trajo consigo la colonización y evangelización en la región, ya que este no es hábitat natural del tigre (Panthera tigris) que se encuentra únicamente en el continente asiático.
El “poder” de la Gente Tigre se guardaba con mucho recelo por las comunidades. Solo algunos ancianos y sabias tenían el permiso para retirarse por un tiempo a las profundidades de la selva, donde adquirían los conocimientos y habilidades para transformarse en ‘tigres’. Esta capacidad, no era solo una hazaña mágica, sino que se consideraba una técnica aprendida y perfeccionada.
La Tigra Blanca y el cuero vivo
Una historia popular Movima, cuenta cómo una anciana enseñó el arte de la transformación a una mujer blanca que llegó a la comunidad y se ganó su confianza, rompiendo la ley interna de no transmitir ese conocimiento. Este acto llevó a una tragedia cuando la forastera, transformada en tigre, devoró a un niño de la comunidad que andaba con su hermano en la selva.
“Dice que el tigre se desvistió y salió en cuero a la loma a la orilla de un tapizal. Era una tigra, una mujer blanca tigre. Se va dice a la poza, desnuda como Eva. Llega y se aplasta en las orillas del pozo y desata el nudo de su cabello. Lo exprime, pura sangre, se lava la cabeza”.
El hermano mayor del niño, descubre a la responsable de la muerte de su hermano y busca venganza. Logra capturar a la mujer tigre y llevarla de regreso a la comunidad, donde asegura que un cuero del jaguar es lo que le permite a la mujer transformarse.
«La traje porque ésta no es un ser humano, es un animal, es un tigre, y ahí está su cuero, esa es mi prueba. (…) Dice que se movía, se movía ese cuero, estaba vivingo. Lo ponen en un palo que nosotros llamamos chichapi. Queman el cuero y la mujer muere. Eso es lo que sucedió en Santa Ana de Yacuma”.
Este relato, refuerza la ley no escrita de algunas comunidades, sobre evitar compartir abiertamente sus costumbres y conocimientos ancestrales con personas extranjeras. Ya que podrían ser utilizadas con malas intenciones.
Relatan que la habilidad de transformarse en tigre se utilizaba como estrategia para sobrevivir en la selva durante la caza diaria. No para dañar a otra gente.
“en ese tiempo, los sabios no lo hacían para hacer alguna maldad sino para poder sobrevivir en sus cacerías, porque en ese tiempo no había ganadería en Santa Ana de Yacuma. Ellos vivían sólo de la cacería de animales silvestres. Cazaban ciervos y taitetuses ariscos. Para eso aprendían a transformarse en animales”
Los Tigre-gente de los Yurakarés
Para los Yurakarés, la Gente Tigre o Tigre-gente, son principalmente brujos. Hombres y mujeres, de la misma comunidad, que poseen la habilidad sobrenatural de transformarse. Sin embargo, para ellos la transformación se alcanza de otra manera, y la Gente Tigre tiene algunos distintivos muy particulares.
Relatan que para transformarse en Gente Tigre, los brujos o brujas “deben revolcarse en su orín (del tigre) a la luz de la luna a media noche” otros dicen que además se debe utilizar el cuero del tigre y “revolcarse en él”.
La forma de reconocer a la Gente Tigre, es que son un poco más pequeños que los jaguares animales y “[También] dicen que tiene sus miembros genitales de humano”.
Existen otras narraciones, que aseguran que este “poder” se utiliza como una forma de control social. Los “brujos” o sabios son personas con autoridad moral en las comunidades y muchas veces, las leyendas sirven como una herramienta que ayuda a mantener el orden establecido.
“entonces este señor se enteró que su hija era maltratada por su marido. Entonces, el padrastro, así convertido en tigre, lo está buscando para comérselo y así en eso es lo que anda ahorita y dicen que desde un tiempo a esta parte ya son unos cuatro meses que el señor ya no le pega a su mujer por miedo”.
El Yaguareté-Abá y el Runa uturunco, la Gente Tigre de otras regiones
En el norte argentino, el mito de la gente tigre es conocido como Yaguareté-Abá. Se cree que estos seres en general no suelen devorar personas, solo asustarlas. Aunque existen versiones más contemporáneas que dicen que la principal característica de la Gente Tigre es que son devoradores de humanos.
Al igual que en Bolivia, el proceso de transformación implica rituales específicos como “revolcarse de izquierda a derecha sobre un cuero de jaguar”, mientras se recitan frases ancestrales para esta metamorfosis, que también es reversible. De igual manera, se habla de pieles de jaguar diminutas, que se portan como amuletos en el cuello.
«Lo llaman también el capiango. El tigre negro. El tigre uturunco. El runa uturunco. Y eso es, nomás: un tigre gente. Tigre, pero sin rayas. Porque así se le llama a los pumas en los lugares donde de verdad hay pumas. Uturunco es la palabra quichua para puma. O tigre. En el Chaco, Misiones, y Entre Ríos, tierra de guaraníes, hay uno parecido: el yaguareté-abá. El indio tigre, el indio jaguar, le dicen.
Ana María Shua
Se puede reconocer a estos seres, porque a diferencia del jaguar animal, la Gente Tigre, Yaguareté- Abá o Runa Uturunco, no posee cola y tiene una frente sin pelos. Y muchas veces su transformación puede ser antropomorfa, es decir que “su forma ‘final’, es mitad hombre y mitad animal”.
En algunos casos, esta leyenda ha llevado a prohibir la enseñanza de ciertas prácticas y relatos ancestrales por fuera de las propias comunidades. Los impactos del acercamiento de gente ajena a las comunidades pudo ocasionar esta reacción.
Aunque muchas tradiciones ancestrales van desapareciendo, la leyenda de la Gente Tigre sigue viva en la memoria colectiva. Incluso, se enseña en algunas escuelas de Bolivia como parte del patrimonio cultural. Sin embargo, existen muchas historias, danzas y prácticas que todavía se desconocen.
El Jaguar, amenzado por el tráfico y la caza en Bolivia
El Jaguar o tigre, como es llamado popularmente, posee una fuerte carga simbólica y espiritual para las culturas amazónicas.
“con el tigre no se juega, ese bicho se comunica con la tierra, a ese la tierra le avisa y no le gusta que lo molesten o se lo toquen algo que ha dejado, todo siente, basta que toques su presa o te burles de él cuando estás en el monte para que te aparezca”.
Por otro lado, su piel, sus colmillos y algunas partes de su cuerpo son muy codiciados en otros lugares del mundo. Provocando la caza indiscriminada y el tráfico de estos animales en Bolivia y poniéndolos en peligro. Entre 2014 y 2018, se decomisaron alrededor de 648 colmillos de jaguar con destino a China, según un reporte del Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza. Actualmente el jaguar está categorizado en la Lista Roja de la UICN como «especie casi amenazada» .
Este 2023, se presentó el documental Tigre Gente, que toma el nombre de esta leyenda para retratar el tráfico de los jaguares bolivianos hacia China.
El documental, donde trabajaron la estadounidense Elizabeth Unger, Marcos Uzquiano, guardaparque boliviano y Laurel Chor, periodista de investigación de Hong Kong, visibilizó uno de los casos más grandes de tráfico de animales silvestres.
Fuentes
FUNPROEIB Andes y CEPY. (2011). Historia, lengua, cultura y educación en la Nación Yurakaré
Rojas, Erlan. Leyendas Bolivianas: EI Tigre Gente
Jemio Gonzales, Lucy (Coordinadora). (2011). Mitos y cuentos Chiquitanos, Guarayos, Movimas y Mosetenes. Universidad Mayor de San Andrés
Ceniza, Antonio. (2018). Leyenda del Runa-Uturunco, el Hombre Tigre en Leyendas del Mundo Ceniza.
Chambi, Fabiola. (2023). De Bolivia a China: un documental sobre el tráfico del jaguar en Voz de América.