El Chancho Verde es una criatura subterránea. Entre la población minera, se cree que este animal es el protector de las riquezas dentro de las minas. Según numerosos relatos, es un ser protector de las riquezas de la tierra y también el «culpable» del mal de mina.
La mayoría de las descripciones apuntan a sus “ojos centelleantes”, antes que a su corporalidad.
Pero su principal característica son los gruñidos y lamentos que emite cuando los mineros están cerca de alguna veta. Su objetivo es asustarlos y persuadirlos para que no exploten el mineral.
Si los mineros se aventuran al paraje, venciendo el miedo al Chancho Verde, el animal huye despavorido. Las cerdas se le erizan y se aleja a trompicones, gritando extrañamente.
A su paso, con su aliento, deja una especie de gas pestilente y azufrado.
Según las creencias en las minas, especialmente en el sur de Bolivia y el noroeste argentino, quien llega a ver al Chancho verde, está condenado a morir.
En cambio, los que le sobreviven, pero tuvieron contacto con su exhalación, acaban padeciendo algún tipo de enfermedad pulmonar.
La silicosis, el “mal de mina”
Rigoberto Paredes explica que, para los mineros, es el “resuello nocivo” del chancho verde lo que provoca el “mal de mina”.
Esta enfermedad está anclada a la historia social y económica de Bolivia. Sus impactos en los cuerpos, vidas y familias de miles de trabajadores se acumulan desde hace siglos.
La explicación «fantástica» del Chancho Verde, podría entenderse como una forma de evadir una realidad cruenta y difícil de sobrellevar.
Las siguientes imágenes pueden herir tu sensibilidad. Por favor, pasa de largo si prefieres no verlas.
El “mal de mina” o silicosis es una enfermedad pulmonar provocada por el excesivo contacto con polvo. No tiene cura ni tratamientos específicos. Es muy común entre mineros, pero también entre albañiles, picapedreros, areneros y cualquiera que esté en contacto con sílice.
La sílice es el principal componente de la arena y también tiene usos en múltiples industrias.
«Los trabajadores cuentan historias sobre el Chancho Verde, una especie de cerdo maligno que se esconde en el interior de las minas y cuyo olor es el principal responsable de la silicosis»
Lorenzo Asunción (1997)
Cuando es crónica, luego de varios años de exposición al polvo, la silicosis presenta cuadros clínicos de mucha gravedad. Además, quienes la padecen suelen ser susceptibles de contraer tuberculosis.
Datos de 2018 aseguran que ocho de cada 10 mineros cooperativistas en Bolivia tienen silicosis.
Esta cifra podría ser mayor, considerando que en este sector existe una gran cantidad de “subcontratados”. Quienes, a su vez, informalmente, contratan a más personas.
Este sistema de “explotación que nadie controla” condena a muchos trabajadores a condiciones laborales paupérrimas que ponen en riesgo su salud.
La silicosis es una enfermedad común en los sectores más precarizados.
Otras criaturas mineras
El Chancho Verde está narrativamente emparentado con muchos otros seres asociados a las minas.
Los duendes y los “diablillos” son muy comunes en el folclore minero.
En la sierra peruana, por ejemplo, es muy popular el Muki, al que también conocen con el nombre de Anchancho.
Sin embargo, esta versión difiere en muchos aspectos de la boliviana.
Fuentes
- Mazadiego, F.; Puche, O. (1998). Apuntes sobre la mitología minera en América Latina. Boletín Geológico y Minero. Madrid.
- Paredes, Rigoberto. (1963). Mitos, supersticiones y supervivencias populares de Bolivia. Editorial Isla.
- Iriarte, Gregorio. (1972). Galerías de la muerte. Las minas bolivianas. Editorial Tierra Nueva.
- Nogales, Michelle; Miranda, Mijail. (2022). 31 mitos y leyendas ilustradas de Bolivia. Proyecto Muy Waso y Salvador Pomar.