Desde anular sabotajes a movimientos populares hasta la recaudación de fondos para crear una planta de oxígeno, los fandoms k-popers de Perú son una muestra de las nuevas formas de organización colectiva de jóvenes. Se articulan desde el ciberespacio pero tienen acciones e impactos en sus ciudades y comunidades.
Este artículo fue originalmente escrito por Adriana Velásquez en La Antígona y publicado en el portal de Global Voices.
El término k-pop ya no es ajeno en el Perú a pesar de estar a más de 16 mil kilómetros del país donde se originó este género musical. No es sorpresa que los clubs de fans o fandoms sean cada vez más numerosos y con un gran poder de convocatoria para manifestarse social y políticamente.
A mediados del año pasado, durante las protestas de Black Lives Matter (BLM), tras la muerte de George Floyd en Estados Unidos, medios alrededor del mundo informaban sobre la donación de un millón de dólares de la banda de k-pop BTS al movimiento en contra de la discriminación racial.
Bastó un poco más de 24 horas para que las armys, grupos de seguidoras de la banda, recolectarán otro millón de dólares que también donaron a la causa BLM.
El activismo en el k-pop también ha tenido impacto en Latinoamérica.
K-popers en Perú
En Perú, las k-popers detuvieron un intento de desprestigiar las marchas contra el expresidente Manuel Merino, durante la crisis política en Perú en 2020, a través del #TerrorismoNuncaMás en Twitter.
Entonces las k-popers se organizaron para llenar de spam dicho hashtag, para evitar que difamaran a quienes salían a protestar.
Miguel Sánchez, periodista y docente de la Universidad Católica del Perú, destaca varias características propias del ciberactivismo en los k-popers. Entre ellas, la organización en fandoms, los objetivos comunes y el uso del espacio público.
Por otro lado, Sandra Riva, una psicóloga social fan del k-pop, dice que la predisposición de las k-popers a manifestarse en el ciberespacio viene de la experiencia que tienen para hacer que sus grupos sean tendencia. Para esto usan los algoritmos de las redes sociales.
Estas habilidades son replicadas cuando se trata un tema de interés político o social.
El mundo del k-pop
Según Rivas, los fandoms de k-pop tienen dos características importantes que los diferencia de otros fan clubs de música occidental: la construcción de la identidad como colectivo y el mercado de la industria del k-pop.
Rivas describe a este colectivo con una identidad hermética, donde cada fandom tiene un nombre y un color que los distingue.
No hay duda de que el k-pop y la cultura coreana está tomando más relevancia en este lado del mundo.
El hallyu o la ola coreana es un término que hace referencia a la expansión de la cultura de Corea del Sur al resto del mundo. Esta expansión se dio en la década de los 90 cuando se empezaron a distribuir producciones del Corea del Sur al extranjero.
Entre novelas, programas de entretenimiento, música, danzas, el entretenimiento coreano se popularizó rápidamente.
En Latinoamérica, el crecimiento se dio se forma paulatina. Poco a poco se formaban los primeros fandoms de k-pop, aunque inicialmente estos carecían de visibilidad.
Según el experto en marketing digital Fernando Vega, durante 2020 los k-popers peruanos instalaron hasta 15 trending topics sobre k-pop en 30 días en la red social Twitter.
“La mención a BTS introduce a la banda de k-pop, que es furor en la región. BTS concentra el 85% de menciones de Latinoamérica y hasta el 93% en Perú”, indica en el informe.
Asimismo, en el aspecto social, los fandoms de k-pop organizan diversas actividades de proyección social para conmemorar los cumpleaños de sus idols o los aniversarios de sus grupos favoritos.
La experiencia desde adentro
Fabiana Tequenquea, parte del staff de BTS Chiclayo, entró al fandom en el 2015.
Fabiana recuerda que recién en 2016, con la llegada de nuevos miembros, pudieron realizar sus primeras obras sociales: chocolatadas navideñas. Repartían chocolate, panetón y juguetes a las personas de la calle.
Conforme BTS se hacía más conocido en Chiclayo, en la costa norte peruana, más miembros se iban sumando al fan club. Fue así como las actividades de labor social fueron aumentando.
Pero sin duda, hubo una donación que supero todas las demás.
Fue considerada como la donación más grande a nivel nacional por parte de las armys: una recaudación de tres mil soles, que se realizó para la creación de una planta de oxígeno en Lima. Una forma de conmemorar el cumpleaños de J-Hope, integrante de BTS.
Si bien este acto, organizado por el grupo BTS Perú Projects, armys peruanas de distintas sedes colaboraron con la colecta.
“Fue un gran orgullo porque los fan clubs de k-pop a veces son dejados de lado e insultados por este gusto. Y fue un honor que el esfuerzo sea reconocido de una manera positiva a nivel nacional”, recuerda Fabiana.
Para ella, el mensaje que difunden los chicos de BTS en su música es una inspiración para mejorar, apoyar a los demás y vivir en un mundo mejor.
“Como ellos mismo dijeron: Todos somos iguales, todos merecemos apoyo y respeto”, cita.
Más fandoms, más labor social
Gracias a las redes y a la internacionalización del k-pop, cada vez hay más fandoms peruanos que se forman y organizan mucho antes del debut de la banda. Esto les permite comenzar temprano con la labor social.
Lo que ocurrió con Enhypen, un grupo de k-pop que surgió de un reality de competencia llamado I-Land. Debutaron en noviembre del 2020, y antes de su estreno ya tenían un fandom en Perú.
Para Keyla y Hienka, miembros del staff de Enhypen Perú, desde un inicio tenían en claro que querían hacer trabajo social.
“Tenemos miembros que trabajan en ONG, entonces siempre lo teníamos en cuenta para las actividades que queríamos realizar en los cumpleaños de los chicos”, menciona Keyla.
Una de las actividades que más recuerdan fue la chocolatada navideña que hicieron junto con la ONG “Cambiando Vidas Perú” el año pasado.
“Pedimos donaciones, tanto monetarias como de víveres. Lo que hicimos fue comprar juguetes para 100 niños. Como también hubo donaciones de víveres hicimos una cestita y eso se sorteó entre los que estaban ahí. Fue super divertido”, recuerda Keyla.
Una historia que comenzó hace una década
Cabe destacar que el activismo y labor social de parte de las k-popers no es algo nuevo. Fandoms con mayor antigüedad ya realizaban pequeñas actividades para ayudar a la comunidad.
Fiorella Mucha, parte del staff de Sones Perú (fandom del grupo femenino Girls Generation), cuenta que desde el 2011 vienen realizando proyectos de ayuda social.
En un inicio se interesaron por la causa animal, colaborando con albergues para perros, ya que como Fiorella indica, “SONE Perú se caracteriza por el amor hacia los animales”.
“Un fandom a nivel de k-pop no solamente se centra en ello, sino también podemos apoyar en nuestra sociedad con el hecho de que tenemos algo en común”, expresa Hienka.
Una selección musical de Val en Spotify que mezcla canciones de BTS y cumbias peruanas.