Hoy, 20 de febrero, celebramos el cumpleaños de Kurt Cobain y para recordarlo como merece, no como la figura hipermediatizada y comercializada, te recomendamos un documental que se acerca como nunca antes a la mente y genio del mimado del grunge.
Mijail Miranda Zapata
¿Qué más puede contarse sobre Kurt Cobain? Parece una pregunta retórica, pero acaba siendo una incognita realmente irrespondible. Porque si About a son (2006) daba una pauta sobre la complejidad interior del rubio de Abberden, Cobain: Montage of Heck llegó a confirmarla y ampliar sus márgenes hasta extremos impensados.
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El documental, de formato extravagante, mas no caótico, se sostiene con un archivo íntimo descomunal, que hasta el momento permanecía inédito, al menos en parte, y se aprovecha bastante bien.
Cuadernos, diarios, dibujos, cintas de audio y video, sirven para configurar un descomunal prodigio psicopatológico. Un ambicioso intento por reproducir qué era lo que realmente pasaba por la mente de Cobain en su trepidante ascenso a la fama y los excesos.
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La adaptación del material, resguardado en su mayoría por Courtney Love, al objeto cinematográfico, por medio de animaciones dentro los garabatos de Cobain, el sampleo de audios y la minuciosa selección del material fílmico y periodístico, son los pilares de una película que bordea la biografía en sus fronteras más intensas, ofreciendo una experiencia por momentos surreal.
Este nuevo documental de Cobain es un viaje sobre una montaña rusa por la mente de un genio musical, por sus ideas y sensaciones. Y aunque se percibe cierto tufillo hagiográfico, no se puede desmerecer, de ninguna forma, una cinta que claramente califica como imprescindible dentro la filmografía noventera y su banda sonora.