James y Alyssa regresarán a la pequeña pantalla en esta serie de hermosos psicópatas y finísimo humor negro.
Los clientes de Netflix tenían una duda en enero cuando se fascinaron con el presunto psicópata de James y la presunta sociópata de Alyssa. ¿Podía ser que The end of the f***ing world’ hubiera terminado con el contundente final de la primera temporada? Como no había más informaciones al respecto, daba la impresión que sí. Pero no. Tendremos segunda temporada.
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Lo han anunciado Channel 4 y Netflix esta semana, que producen conjuntamente la serie (el canal británico la estrena en el mercado autóctono, la plataforma la exporta al resto del mundo). La buena noticia es, además, que Charlie Covell, responsable de escribir la primera temporada, también será el guionista de los nuevos episodios.
Para celebrar te compartimos cinco razones para amar esta serie, escritas por David Lorao para el portal Cinemas Cómics.
1. Alyssa
Interpretada por Jessica Barden, es un auténtico y poderoso torrente femenino. El personaje de Alyssa llena la historia desde su primera aparición y, rápidamente, podemos conectarnos con ella si ya hemos sido adolescentes. Ese espíritu rebelde y tempestuoso, propio de la época de cambios que sufre la joven, se derrama por la pequeña pantalla con una fuerza irresistible que no solo hace movernos a nosotros, sino también al coprotagonista de la serie.
2. James
Interpretado por Alex Lawther, es un psicópata. No, no es broma. Tiene un trastorno severo, surgido de la tragedia y el abandono, que le ha convertido en una persona distinta a los demás. Su aspiración en la vida, en el momento en el que nos lo encontramos al inicio de The End Of The F***ing World, es la de asesinar a una persona. Ha matado animales antes y ha disfrutado con ello. Pero ahora quiere dar el siguiente paso. Y aunque pueda parecer repugnante, lo cierto es que salido de su boca tiene cierto encanto. Porque la fortaleza de esta serie es que nada y todo, al mismo tiempo, se toma en serio.
3. Por la banda sonora.
La banda sonora de la nueva serie de Netflix es una auténtica maravilla. Esta serie británica era consciente de que poner dos adolescentes rebeldes que van contra las normas establecidas y que están fuera del sistema requería de un telón de fondo musical preciso. Por ello que la OST tenga rasgos propios del grunge o cercanos al punk, obligándonos a movernos al ritmo de los protagonistas y de la música.
4. Porque es necesaria.
¿Por qué es necesaria? Porque el mundo no es como nosotros comprendemos. La normalidad o lo que los cánones y los estándares occidentales han impuesto como normalidad es una falsa sensación de realidad. Las personas no siguen o no deberían seguir unos rasgos o elementos propios como si fueran la lista de la compra. Hay aristas, prismas, líneas que se difuminan. Todos somos iguales y somos distintos. Y The End Of The F***ing World logra, como ya ha hecho Netflix antes con otras series juveniles, ponernos en la cara lo que está fuera de la realidad y la normalidad.
Estos jóvenes son gente que está pidiendo ayuda a gritos, pero no tienen la voz suficiente para que sea escuchada. O, quizá, el problema es que los demás no quieren escucharlos. Y es entonces cuando se recluyen dentro de su propio mundo y surgen los conflictos. Pero ambos parecían destinados a encontrarse. O, más bien, obligados. Y encuentran, el uno en el otro, una salida de emergencia para soportar la podredumbre de los días.
5. Por el humor sin límites.
En la era del totalitarismo de lo políticamente correcto en todos los ámbitos humanos, especialmente en las redes sociales, nunca está de más rebelarse contra el poder absoluto y darnos un buen baño de humor sin límites. Un humor negro británico que baila a medio camino entre Skins y Sightseers.