El espectro de actores que ejerce violencia de género en los medios de comunicación es amplio y diverso. Editores, fuentes de información, «fans», gente en desacuerdo, el equipo de trabajo y operadores de justicia, violentan y revictimizan a las trabajadoras de la información y el periodismo.
Aun así, el 57% de los medios no tiene protocolos para abordarla y esta sigue operando tanto en espacios físicos como digitales.
Estos datos fueron presentados en el informe #MediosSinViolencias: La urgencia de políticas de abordaje y prevención en América Latina, presentado por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, en articulación con la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe y el apoyo de la UNESCO.
«La investigación realizada para #MediosSinViolencia determinó que «el 75% de las y los integrantes de 95 medios de comunicación de 14 países conoce al menos un caso de violencia de género hacia periodistas», advierte la investigación realizada para el informe #MediosSinViolencia.
Sin embargo, pese al conocimiento generalizado sobre esta problemática, más de la mitad de las redacciones en América Latina y el Caribe carecen de protocolos de acción
Los resultados también identifican a los lugares presenciales como los sitios donde ocurren la mayor parte de las violencias. Mayoritariamente, los agresores ocupan cargos jerárquicos.
Por otra parte, la violencia digital abarca plataformas, redes sociales y contacto directo a través de aplicaciones de mensajería. Los agresores identificados son, usualmente, políticos y funcionarios gubernamentales.
“Un operador discutió con la directora de la radio levantando la voz, tirándole el cuerpo encima y violentándola verbalmente, cuestionando a los gritos quién la había puesto en esa posición y dónde había estudiado”
Testimonio en Argentina
Las violencias psicológica y verbal aparecen con mayor porcentaje en los casos analizados. A ellas le siguen el acoso sexual y las violencias digitales.
La violencia económica también está presente: las condiciones laborales precarias son aún mayores a cuenta de la brecha salarial.
Por último, la categoría «otra», que tiene el menor porcentaje, incluye problemáticas tan relevantes como la persecución política, la violación de la intimidad o el abuso de poder.
La urgencia del enfoque de género y de los protocolos de actuación
«En Bolivia, muchos medios tienen una estructura de los años 80 y 90. ¿Qué significa esto? Que las relaciones periodísticas son totalmente machistas, patriarcales, de subordinación. Entonces, yo les doy capacitación en temas de género y la periodista me dice: ‘A mí no me van a aceptar esto. El dueño me dice qué hay que hacer y cómo’. Se les ríen en su cara»
Testimonio en Bolivia
La sensibilización en violencia de género requiere de un enfoque integral.
La adopción e implementación de protocolos de emergencia en medios de comunicación implica concretar una ruta de acción frente a los hechos de violencia.
«La existencia de protocolos de violencia de género es un paso más hacia la construcción de organizaciones de medios más democráticas. […] Los protocolos ofrecen un mecanismo para abordar las violencias en sus diferentes etapas: desde la prevención hasta la atención de las denuncias”, apunta Sandra Chaher, presidenta de Comunicación para la Igualdad.
«Teníamos un protocolo de emergencia en caso de sismos, uno para incendios, pero no había, no hay todavía, un protocolo en caso de ataque armado. Del mismo modo no hay una lista de procedimientos en caso de que haya un episodio de violencia de género»
Testimonio en Ecuador
No solo faltan protocolos, los comités que se especializan en violencia tienen menor presencia aún: 18,5 %.
Esto incide directamente en la denuncia de las violencias de género al interior del medio o ante la justicia: solo el 28 % realizó denuncias, por temor a represalias y amenazas de las personas denunciadas o al despido desde el mismo medio.
Por ello, la presentación del estudio está acompañada con la propuesta de un protocolo marco. Este documento fue realizado con la colaboración de varios medios de la región y está a disposición para que los medios puedan adaptarlo a sus contextos y la legislación específica que aplica en sus países.
La arista digital de la violencia de género en medios
Los espacios digitales son escenarios complejos en los que se masifica la violencia hacia periodistas.
El eco que encuentran los agresores en sus ataques, significa una violencia de crecimiento exponencial para las víctimas.
Tanto en sus redes personales como en las plataformas de sus medios, las y los periodistas están expuestos a amenazas e insultos. Esta situación muchas veces les empuja al silenciamiento o la autocensura.
Otra práctica usual es el doxing o doxeo (exposición de datos personales e íntimos) como una represalia. Esta práctica fomenta el acoso masivo, tanto digital como físico, a las víctimas y a sus entornos.
«Hay una estrategia constante de ataque a las o los periodistas, pero este ataque en redes sociales es mucho más fuerte siempre a las mujeres que a los hombres: de desprestigio, de constante matoneo digital y demás. Incluso de generar tendencias para que haya presiones sobre el medio también»
Testimonio en Chile
Estas prácticas violentas masivas ponen en riesgo a la libertad de prensa. Especialmente, en un contexto en el que varios medios son nativos digitales y los tradicionales requieren de tener presencia en Internet.