En esta tercera versión, las maricas-machorras-travas-cuirs del Festival de Poesía Sudaka 2024 toman y deforman la palabra en el Centro de la Cultura Plurinacional Santa Cruz. Con la participación de poetas de Chile, Argentina, Brasil, Perú y Bolivia, convocan al gremio marifrunci (LGBTIQ+) a participar de su agenda.
¡Te compartimos las fechas y horarios a continuación! Debajo, de yapa, una suculenta lectura/manifiesto.
18 de septiembre
15:00 Entrevista virtual.
Trasandina. La palabra, silencio que amarrado lucha a Ivonne Coñuecar (Chile),
18:00 Presentación de libro.
Márgenes (T)sex(t)uales: antología de cuento LGBTIQ+ boliviano de César Antezana
19:00 Gala poética.
Lectura inaugural del Festival de poesía Sudaka
19 de septiembre
Talleres
10:00 Poética Ritual
Arturo Dávila, Perú
14:00 Cuir
Nerina Coronel y Kari Ardizzone (Argentina)
16:00 La sangre y la escritura
Diego Zamora Estay (Chile)
19:00 Gala poética.
Lectura de cierre del Festival de poesía Sudaka 2024
Del 21 al 23 de septiembre, se trasladan a La Paz y El Alto a celebrar y desgranar sus poéticas con actividades, talleres y galas que puedes consultar aquí.
A continuación, compartimos el texto sobre las poéticas raras de este encuentro disidente, como celebración de la continuidad de su transgresión.
Las poéticas raras del Sudaka
Edgar Soliz Guzmán y César Antezana/Flavia Lima
Sudaka, como inscripción peyorativa, repiensa y reposiciona lo latinoamericano desde el lugar de la injuria. Ese lugar que duele como la herida colonial sangrante, producto de toda la violencia histórica de la colonización. No se trata de resolver las tramas históricas por las que estamos atravesadas. Tampoco de edulcorar la complejidad de la palabra, mucho menos de inventar otra taxonomía para pensar las disidencias sexuales. Sudaka es un ejercicio de descomposición en el meollo mismo del lenguaje, en su acepción hegemónica, para desmontar los usos patriarcales y sus consecuencias xenófobas, clasistas y racistas sobre las subjetividades, corporalidades y sexualidades disidentes de nuestra región.
Es un ejercicio político en el entendido de interpelación al poder, para perturbar la tranquilidad de las nomenclaturas neocoloniales que campean en esta postmodernidad, producto deleznable del norte global. Sudaka, como práctica política, recupera la ancestralidad de los tejidos, su trama y urdimbre, para pensar/hacer desde el paisaje/espacio/territorio que nos constituye como personas/colectivas/comunidades que habitamos el lenguaje con nuestra propia memoria. Este nombrarse Sudaka, como función del lenguaje poético, implica asumir toda la carga peyorativa y presupone otro ejercicio de re-territorialización, situada en el sur global.
Sudaka posibilita pensar las disidencias sexuales desde aquello que es políticamente incorrecto ante la normalidad y blanqueamiento LGBTIQ+. Poéticas maricas, machorras, travas, cuirs, transversalizadas en sus identidades indias, indígenas y cholas. Racializadas. Recorriendo sus caminos en plena conciencia de la lucha de clases y hermanadas con los feminismos. Empoderadas en su marginalidad, dotadas de una fuerza tan descomunal y rebelde, que les permite la toma radical/política de la palabra. Sudaka supone reivindicar la anormalidad, pensar el cuerpo/territorio en el que fluyen los deseos y los placeres. Y al hacerlo, desatar esas voces que suceden amaneradas en tanto escritura disidente que lo desordena todo.
Sudaka como transcurso
Sudaka es como una acumulación de formas que aún no han sido asimiladas al statu quo, que se pretende a sí mismo como incluyente, tolerante y progresista. Cuando las demandas históricas de lxs subalternxs y explotadxs se hacen parte del lenguaje políticamente correcto de la institucionalidad y debate en los términos del vencedor, solo nos queda la cáscara brillante de un bonito listado de pretensiones edulcoradas, digeribles y compartimentadas.
Sudaka no es una facción en litigio. Ni es un gueto gelebetoso disfrazado para la fiesta. No es identidad exclusiva, exacerbada, sombra que oculta la pluralidad. No niega las luchas contra el racismo y el neoliberalismo: las asume y las enfrenta. Sudaka es un transcurso que reinventa los lenguajes aún no domesticados y desde ahí pretende una escritura poética que transforma constantemente su devenir en cuerpo/palabra/lucha.
Y la antología poética del Festival Sudaka es Marifrunci.
Marifrunci es otro agenciamiento posible
La voz poética Marifrunci no es un mero hablante lírico. Tampoco es un “yo” individual al borde de sus abismos. Marifrunci es una voz cuyo agenciamiento disidente conforma su rasgo colectivo y afectivo de una serie de voces instaladas en la desobediencia. Aquí se borran las fronteras del “yo poético” y del “yo lírico” para conformar una poética cuyo hablante, a modo de gesto subversivo y político, recrea un nosotros y nosotras colectivo.
Marifrunci revisita los lugares populares de ese barroquismo de tierra y alcantarilla. Inscripción rebelde sobre el nombre y los sobrenombres y sus festividades folklóricas, algunas retomadas de la pluma de Lemebel y Perlongher, maricas de izquierdas.
Celebramos esta versión con las poetas de Chile, Diego Zamora Estay e Ivonne Coñuecar; de Perú, Arturo Dávila; de Argentina, Lucas Olarte, Kari Ardizzone, Nerina Coronel, Masi Mamani y Delfina Acosta; de Brasil, Don Quispe. De Bolivia, Ali Céspedes, Edgar Soliz Guzmán, Joan Villanueva, Juan Pablo Vargas Rollano, Nikola Gutiérrez Castaño, Jesús Lazcano D`León, Consuelo Torrico, Luna Racca, Azul Lázuli, Albanella Chávez Turello, Cesar Antezana/Flavia Lima, Morgan Herbas Loureiro y Ros Amils Samalot.
Sabemos que nuestro territorio es la palabra poética y que nuestra acción abarca el mundo entero. Desde estos lugares, desde nuestras agencias, caminamos hacia otros horizontes, hacia otras posibilidades políticas, hacia la transformación radical de la vida misma, en un acto de sobrevivencia, esperanza y fe.