En Buena Vista, Santa Cruz, algunas mujeres han decidido convertirse en promotoras comunitarias de justicia. Su importancia fue tal que las promotoras han sido reconocidas por ley como “instancias legítimas establecidas y elegidas en las comunidades del municipio”. Forman parte del Servicio Legal Integral Municipal.
En julio de 2021 desde Buena Vista se iniciaron acciones para promover una Vida Sin Violencia en su territorio. Este municipio se encuentra a poco más de 100 kilómetros desde Santa Cruz de la Sierra. Para llegar allí desde la capital cruceña hacen falta solo dos horas.
Pese a su cercanía allí aún existen muchas limitaciones en el acceso a justicia en casos de violencia machista.
Mujeres de varias comunidades de Buena Vista se convirtieron en promotoras contra la violencia luego de ser parte de los talleres de capacitación del programa «Mujer Valórate, tu vida nos interesa», llevado a cabo por el SLIM de Buena Vista, con el apoyo de un comunicador local.
Un total de 12 mujeres se encargan de recibir las denuncias de hechos de violencia física, psicológica, sexual o económica que ocurren en sus comunidades. Ellas fueron elegidas por sus vecinas y vecinos.
Su labor permite que los delitos lleguen a la Defensoría/SLIM —en Buena Vista, un solo equipo se encarga de ambas instancias— y que, a su vez, sean remitidos a la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) o a la Fiscalía.
Promotoras comunitarias frente a las dificultades
Buena Vista está a 131 kilómetros de Santa Cruz de la Sierra y tiene 54 comunidades. En muchos casos, para llegar a ellas es necesario viajar sobre el amazónico río Surutú. En ciertas temporadas son inaccesibles en cualquier tipo de vehículo.
Esas dificultades y la limitación del personal motivaron la conformación del grupo de promotoras comunitarias de justicia.
“Eran la primera pieza, digamos. Donde debe surgir una denuncia de cualquier tipo de violencia, independientemente de si es violencia contra la mujer. El primer paso es llegar a la promotora comunitaria porque a veces las personas tienen miedo a los familiares. O a veces por el tema de presupuesto no pueden llegar hasta el municipio de Buena Vista”, explica Jorge Martínez, quien fue parte del proyecto como responsable del área comunicacional.
Con esta iniciativa, Buena Vista se unió a otros 28 municipios del departamento de Santa Cruz que también son parte del proyecto Vida Sin Violencia de Solidar Suiza.
Vida Sin Violencia es un proyecto de la Cooperación Suiza en Bolivia, que se amplía en alianza con la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) y es implementado por Solidar Suiza.
El proyecto se desarrolló entre julio de 2021 y junio de 2022.
Reconocidas por ley
“Son mujeres y hombres que se constituyen en el brazo operativo comunal del Servicio Legal Integral Municipal en la lucha contra la violencia”, indica el artículo 10 de la Ley Municipal Autonómica 107 de Lucha Contra la Violencia. En este documento se reconoce a las promotoras comunitarias como parte del sistema de recepción de denuncias.
Esta inclusión se dio gracias a la modificación de la Ley Municipal 239, promovida desde el Concejo Municipal de Buena Vista, con el respaldo del alcalde Teodoro Gonzales.
Cada vez hay más promotoras comunitarias
“Primero teníamos diez promotoras, ahora son 12. Ellas se siguen sumando al grupo de las promotoras comunitarias. Ellas quieren saber más y eso es lo que más me impactó: tienen ganas de aprender”, detalla Delia Pérez, quien hasta hace algún tiempo fue la responsable de la DNA/SLIM de Buena Vista.
Madres de familia, dirigentas vecinales y agricultoras han decidido convertirse en promotoras comunitarias. Quieren ser un referente en sus comunidades y garantizar confidencialidad para la atención de los casos.
“Ellas, como mujeres, ya no quieren ser agredidas por parte de su pareja. (Y) que sea respetada su imagen también como mujer (…) Yo soy mujer, también he pasado esas situaciones”, dice Delia.
Ella insiste en que no es necesario tener una profesión para ser promotora por los derechos de todas y todos.
Su propia historia prueba que el compromiso está por encima de cualquier título universitario.
Ella fue la encargada de la DNA y el SLIM de Buena Vista gracias a su predisposición de ayudar y al respaldo que tuvo de las organizaciones locales.
El camino no ha sido fácil para Delia. Recuerda que tuvo roces con el equipo jurídico que, desde su punto de vista, debía mejorar su atención a algunos casos.
La capacitación le ha llevado a aguzar sus sentidos.
“Yo en este tiempo he aprendido mucho, en especial por Solidar Suiza que ha venido (…). Pero yo lo que he aprendido tengo que pasarlo a otras personas que necesitan. No siempre hay que ser profesional para esta temática. Lo que uno tiene es interés”, remarca.
Conocer para defender tus derechos
Las capacitaciones, además de formar promotoras y hacer la justicia más accesible para las comunidades alejadas de Buena Vista, consiguieron mucho más. Cambiaron la forma en la que estudiantes y padres de familia entienden y deciden frenar las distintas formas de violencia.
“He sufrido harto con mi expareja, el padre de mis hijos. Me abandonó y he sufrido hartísimo. Hace un año y medio que nos abandonó con dos menores que tenía que mantener, además de que llevo una discapacidad”, relata Justina Vargas, presidenta de la Junta Distrital de Padres de Familia de Buena Vista.
Justina recuerda que Delia, desde la Defensoría, la apoyó en la demanda de asistencia familiar contra el padre de sus hijos. Su hija, que recién acaba de cumplir los 18 años, tuvo que trabajar para mantener a la familia.
Para Justina, exigir sus derechos fue un aprendizaje al que accedió gracias a los talleres del SLIM. Ella quería ser promotora, pero no pudo completar la capacitación. Sin embargo, informarse sobre sus derechos le ha cambiado la vida.
Los talleres han llegado a las escuelas y colegios —con el apoyo de la Dirección Distrital— a las comunidades alejadas de caminos a veces intransitables, a las oficinas públicas, al Concejo, a la Alcaldía, a los hogares de las familias.

Prevención y trabajo en red
Como Justina o Delia, decenas de mujeres han sido parte de los talleres de capacitación en Buena Vista. Todas de distintas comunidades y contextos, pero con una meta común: difundir los derechos de las mujeres y las infancias de no sufrir violencia.
Llegar a ellas no fue sencillo y demandó el apoyo de autoridades municipales, organizaciones sociales y el respaldo de Solidar Suiza.
Esa alianza permitió que la Red de Lucha Contra la Violencia en Buena Vista, un espacio para coordinar prevención, comunicación y seguimiento a casos de violencia en su municipio.
Delia remarca que el trabajo de la red ha sido importante para difundir información en distintas instancias como unidades educativas y juntas vecinales. Además de otras plataformas como cuñas y spots radiales destinados a la prevención de la violencia.
“Trabajamos (también) con las familias”, comenta Víctor Rodas, quien trabaja en la Dirección Distrital de Educación de Buena Vista y es propietario de una unidad educativa privada de nivel inicial.
Víctor es un promotor educativo. Su rol es el de realizar talleres de prevención con escolares y colegiales, incluyendo a sus familias y a los maestros.
Para él es importante que los niños conozcan sus derechos y no sean afectados por situaciones de violencia en sus hogares. Algo que él mismo tuvo que afrontar.

Una iniciativa que transforma el municipio
“La iniciativa ‘Mujer Valórate, tu vida nos interesa’ es parte de un programa que trajo talleres, difusión de cuñas radiales, medios de comunicación, proyectos y trajo beneficios a nuestro municipio”, resalta el alcalde, Teodoro Gonzales.
Una red consolidada, promotoras comunitarias y campañas preventivas han derivado en que Buena Vista fortalezca su equipo multidisciplinario de atención en la Defensoría.
Gonzales afirma que tanto el Ejecutivo como el Concejo Municipal han asumido el compromiso de respaldar a las promotoras —por eso mismo impulsaron y aprobaron su inclusión en la ley municipal contra la violencia—, pero eso significa que el SLIM y la Defensoría tengan la capacidad adecuada de atender los casos.
“No se tenía trabajadora social. Antes solo había abogada y psicóloga. Ahora se tiene una trabajadora social, desde 2022”, comenta el secretario del Concejo Municipal de Buena Vista, Isaías Sandoval.
La inclusión de esa profesional también permitió la instalación de una sala de cuidado para las hijas e hijos de las madres y padres que acuden al SLIM y la Defensoría.
Eso ha permitido que mientras las mujeres realizan sus declaraciones informativas o son valoradas psicológicamente, sus hijas e hijos puedan estar en un lugar seguro sin exponerse a los testimonios.
Los mensajes, los espacios y las personas de Buena Vista se han transformado, y si bien es irreal pensar que se ha erradicado la violencia, al menos el camino está trazado.