Entre 2018 y 2024 en Bolivia se registraron 1.3 millones de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) en el Sistema Nacional de Información en salud. Esto equivale a un caso de ITS por cada nueve habitantes durante este periodo.
De 196,165 casos en 2018, pasamos a 221,697 el año pasado (2024), según los reportes epidemiológicos oficiales.
Si continuamos con este ritmo, sin una intervención adecuada en salud pública, este año podríamos tener alrededor de 235 mil casos.
Pero revisando a detalle los reportes epidemiológicos, descubrimos que el problema podría ser aún mayor.
Entonces, ¿qué está pasando con las ITS en Bolivia?
Primero, ¿qué dicen los datos?
Para comprender la situación es necesario entender cómo se obtienen los datos sobre infecciones de transmision sexual que están disponibles en el Sistema Nacional de Información en Salud.
La mayoría de estos registros derivan de las consultas de controles prenatales, post parto u otro tipo de consultas ginecobstétricas. Incluyendo, por ejemplo, casos de violencia sexual.
Esto explica por qué el 94,68% de los casos de infecciones de transmisión sexual registrados corresponden a mujeres y que el el 98,29% de los casos de “flujo uretral o vaginal” también se diagnostiquen en mujeres.
Según la Guia de Manejo Sindrómico de las Infecciones de Transmisión Sexual, esta evaluación médica a través del control del flujo vaginal o uretral, es una estrategia que permite detectar y tratar un conjunto de infecciones sexuales sin la necesidad de laboratorios complementarios.
La desproporción en los reportes es tal que, en términos generales, por cada varón con ITS hay 18 mujeres registradas.
Pero, ¿qué significa todo este enredo epidemiológico?
En palabras sencillas, es una señal de un grave subregistro de ITS en varones.
Además, alerta sobre una carencia en las políticas públicas de salud, que recargan toda la responsabilidad de la salud sexual y reproductiva sobre las mujeres.
Pese a este panorama, existen algunas patologías en las que sí detectamos una predominancia de varones.
📊 ITS/VIH en Bolivia
Análisis Epidemiológico 2018-2024 | Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS)
2018-2024
(2024)
Uretral
(2020)
⚠️ Composición de los Datos
El 90.4% de los casos corresponden a flujo vaginal/uretral, condición más frecuentemente reportada en mujeres debido a factores biológicos, de acceso a servicios de salud y patrones de búsqueda de atención médica
📋 Consideraciones Metodológicas Importantes
🔍 Sesgo de Género en Vigilancia Epidemiológica
La aparente mayor proporción de casos en mujeres (94.7% de reportes) NO indica que las mujeres "tengan más ITS" sino que refleja sesgos sistemáticos del sistema de vigilancia:
🏥 Sesgo de Acceso y Reporte
Las mujeres acceden más frecuentemente a servicios de salud reproductiva, especialmente para controles ginecológicos, lo que aumenta la probabilidad de diagnóstico y registro
🩺 Diferencias Biológicas
El flujo vaginal es una condición anatómicamente específica que representa el 90.4% de todos los casos registrados, explicando la mayor proporción femenina
🔍 Subregistro Masculino
Los hombres suelen buscar atención médica con menor frecuencia y pueden existir barreras culturales para reportar síntomas genitourinarios
📊 Definición de Casos
Los criterios de vigilancia epidemiológica pueden estar sesgados hacia condiciones más comúnmente diagnosticadas en entornos de salud reproductiva femenina
💡 Interpretación Correcta
Estos datos reflejan casos reportados al sistema de vigilancia, no la prevalencia real de ITS en la población. Las diferencias observadas se deben principalmente a sesgos sistémicos de género en el acceso, diagnóstico y reporte de condiciones de salud sexual, más que a diferencias reales en la susceptibilidad o comportamiento de riesgo.
📋 Metodología y Fuentes de Datos
📊 Fuentes de Datos
Sistema Nacional de Información en Salud (SNIS) de Bolivia, Ministerio de Salud y Deportes (2018-2024)
👥 Datos Poblacionales
Proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Bolivia
🔢 Muestra Analizada
2,987 registros epidemiológicos documentando 1,305,580 casos confirmados
📈 Cálculo de Tasas
Incidencia expresada por 100,000 habitantes para permitir comparaciones válidas entre períodos
⚠️ Limitaciones Metodológicas: Los datos reflejan casos reportados y diagnosticados en el sistema formal de salud, sujetos a sesgos de género en acceso, diagnóstico y reporte. Las diferencias observadas no representan necesariamente la prevalencia real en la población, sino patrones de utilización de servicios de salud y capacidades de detección del sistema de vigilancia epidemiológica.
“No van hasta que los síntomas son muy graves”
¿Cuáles son las únicas ITS en las que hay una mayor prevalencia de varones?
Son solo dos. Una de ellas es el VIH y la otra es la gonorrea.
En el segundo caso, se trata de una infección que suele presentar síntomas molestos e incluso con algún riesgo de complicación. Por ejemplo, la epididimitis (una inflamación del conducto que transporta el esperma).
La desproporción en el resto de ITS y la predominancia de varones en la gonorrea (y el VIH) puede explicarse debido a ciertos factores culturales y educacionales.
“Hemos visto casos de ITS que llegaron a situaciones críticas, porque los pacientes por miedo y vergüenza solo lavan sus zonas íntimas con jabón o incluso con detergente en polvo”, relató un especialista al diario Opinión en 2019.
Como mencionaml 94,68% de los registros disponibles en el Servicio Nacional de Información en Salud, que mencionamos antes no significa que las mujeres sean el grupo poblacional con más ITS. Sino que la cantidad de varones que asisten a controles médicos por ITS es muy baja.
Por una parte, la alta tasa de detección en mujeres tiene que ver con programas enfocados en salud materno infantil. Aunque éstos tienen un impacto favorable, también alientan estereotipos culturales sobre las mujeres.
Pero por otro lado, el posible subregistro en los casos de ITS en varones podría estar motivado por una serie de factores culturales: los hombres no asisten a consultas médicas con regularidad, sino hasta que presentan síntomas graves.
También están las barreras de género.
Existen otros factores que son difíciles de explicar únicamente con datos.
Sandra (nombre genérico para resguardar el anonimato) es maestra en un colegio secundario de Cochabamba. Ella, además, es psicóloga.
Con una sonrisa resignada, Sandra dice que los colegios más que educación sexual promueven un “oscurantismo sexual”.
“Yo salí bachiller hace más de 15 años y me da mucha pena ver cómo estos temas se siguen tergiversando. Los colegas quieren ‘enseñar’ desde la culpa y el miedo”.
Según su experiencia, otros maestros suelen culpar a la música, el internet y la “pérdida de valores”. Sandra denuncia que en más de un década estos argumentos siguen siendo los mismos. En cambio, muchos educadores todavía desconocen nociones básicas de sexualidad.
“Ni hablar de derechos sexuales y reproductivos”, protesta Sandra. “En una discusión sobre estos temas pude notar que un colega varón pensaba que condón y preservativo eran cosas distintas”.
ESI bajo ataques y estigmatización
Pero en los 15 años que menciona Sandra, las cosas no solo se han mantenido sin cambios. Podrían estar empeorando.
Más allá de los vacíos de información y prejuicios de antaño, en los últimos años surgieron tendencias extremistas que amenazan con profundizar esta problemática.
Movimientos fundamentalistas como “con mis hijos no te metas”, entre otros, arremeten contra la educación integral en sexualidad. En 2024 maestros y padres de familia bolivianos, bajo consignas impregnadas de fundamentalismo religioso, se opusieron a la inclusión de la educación sexual integral en la currícula escolar boliviana.
En un país como Bolivia, con una de las tasas de embarazo adolescente más altas y un aumento sostenido de las ITS, este tipo de amenazas contra una educación integral amenazan con profundizar estas problemáticas.
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Pero las dificultades no se restringen al ámbito educativo.
Wara, directora de comunicación de Ipas, una organización dedicada a la promoción de la salud sexual y reproductiva en Bolivia, dice que desde el ámbito institucional también se enfrentan muchos retos.
“Hablarles a los jóvenes desde una institución es muy complicado. Hemos intentado varias estrategias a lo largo de estos años”
Para Wara, la creación de estrategias comunicacionales que planteen un diálogo de “tú a tú” es fundamental.
En el caso de Ipas, buscaron alianzas con creadoras y creadores de contenido, para una charla sin mediación institucional.
Estas campañas, explica Wara, son lideradas e impulsadas por jóvenes y adolescentes. Pero, estas audiencias, al menos en plataformas digitales, son mayoritariamente mujeres.
Otras alternativas para conseguir información
A nivel internacional y regional, también existen otros esfuerzos para acercar información sobre anticoncepción, salud sexual y prevención de ITS.
Una de las más interesantes lleva el nombre de Guía de Sexo Seguro. Esta página web concentra información sobre métodos anticonceptivos, tiene herramientas para elegir el que mejor se acomode a tu experiencia, además de otro tipo de información útil.
La Guía de Sexo Seguro se complementa con una chatbot llamada Myka.
Myka es una chatbot disponible en tres idiomas, español, inglés y francés. Puedes conversar con ella en el sitio web de la Guía de Sexo Seguro o vía WhatsApp (donde te sientás más cómoda o cómodo).
Myka te ofrece información clave sobre embarazo, métodos anticonceptivos y hasta cómo elegir el que mejor se acomoda a tu cuerpo y tus necesidades.