Las preguntas, el poder de síntesis, sus agudas pinturas de la realidad y el compromiso social estuvieron presentes a lo largo de toda su obra poética que incluyó casi treinta libros; recordamos a Gelman, el poeta.
«Para mí la poesía puede ser un árbol sin hojas que da sombra. Es el lenguaje calcinado, último. Es un modo de interrogar la realidad, interrogándose. Creo que no podría vivir sin ella» así definía Juan Gelman la poesía.
El también traductor y periodista nació el 3 de mayo de 1930 en el barrio de Villa Crespo de la ciudad de Buenos Aires. Su obra poética fue incesante desde los 11 años. Llegó a ser galardonado con el premio Miguel de Cervantes y ser reconocido como uno de los poetas más importantes del siglo.
En sus años de exilio en Europa, lejos de su patria, mantuvo una activa militancia por los derechos humanos. Gelman siguió escribiendo, su poesía y su activismo social no caminaron separados. Sufrió el secuestro de sus hijos, experiencia que hizo que su poesía mutara y se convierta en una íntima lucha en contra la deshumanización.
Desde Roma escribía a su hijo:
“Cuerpo que me temblás entrado al alma/río que me enfriás/manita tuya/manando sombra/sombra/sombra/sombra/¿para tu deshacerte en algún lado?/¿te rejunto otra vez? /¿te apeno el habla? / ¿te duelo el nunca? / ¿más? /¿o nunca más me mirará hermoseando tu hermosura? /¿descansás de tu piel? /¿desquerés mucho?”.
Alguna vez Gelman dijo que lo único que le legó su hijo fue encontrar al suyo. Finalmente, ese hijo era una hija y Gelman pudo dar con su nieta, en gran parte, gracias a la ayuda de su segunda compañera, Mara La Madrid, a quién conoció en México, donde radicó desde 1988 hasta sus últimos días (2014).
«Por conciencia ciudadana y por amor, Mara hizo una profunda investigación que permitió encontrarla», dijo Gelman en el documental de Jorge Denti. Además de compañera, Mara fue su musa a quien Gelman le dedicó muchísimos poemas como La Extranjera de su libro Mundar (2007) , que se cierra así: «La hora de los dioses junta los pies y ese camino en llamas». Gelman también dejó terminado un libro dedicado a ella para que se publicara después de su muerte, que se llamó Amaramara.
Gelman dejó escrito su epitafio en el primer poema de su primer libro donde dijo:
«Un pájaro vivía en mí./ Una flor viajaba en mi sangre./ Mi corazón era un violín./ Quise o no quise. Pero a veces/ me quisieron./ También a mí/ me alegraban: la primavera,/ las manos juntas, lo feliz./¡Digo que el hombre debe serlo!/ (Aquí yace un pájaro./ Una flor./ Un violín.)».
Aquí 3 poemas para acercarse a su obra:
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Gotán
Esa mujer se parecía a la palabra nunca,
desde la nuca le subía un encanto particular,
una especie de olvido donde guardar los ojos,
esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.
Atención atención yo gritaba atención
pero ella invadía como el amor, como la noche,
las últimas señales que hice para el otoño
se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.
Dentro de mí estallaron ruidos secos,
caían a pedazos la furia, la tristeza,
la señora llovía dulcemente
sobre mis huesos parados en la soledad.
Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,
con un cuchillo brusco me maté
voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,
él moverá mi boca por la última vez.
Confianzas
Se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe