Sobre la propagación de discursos de odio en entornos mediáticos, prácticamente todas las personas encuestadas consideran que las redes sociales son su principal canal de difusión.

Tal como sucede con la desinformación, una amplia mayoría también apunta a las aplicaciones mensajería (WhatsApp, Telegram, etc.).

No deja de ser llamativo que poco menos de la mitad de las personas encuestadas también señaló a los medios de comunicación tradicionales (televisión, radio, periódicos) como espacios difusores de discursos de odio.

En cuanto a las redes sociales, en concordancia con las más utilizadas en el país según diversos reportes. En la muestra, se identifica a Facebook como el principal entorno digital para la difusión de discursos de odio.

Poco más de la mitad también señala a TikTok. Menos de la mitad apunta a Twitter (ahora X). Pese a que ésta última suele ser el espacio digital más politizado de Bolivia y polarizado, con muestras recurrentes de desinformación y violencia digital.

A momento de identificar a las poblaciones más afectadas por los discursos de odio, seis de cada 10 personas encuestadas coincidieron en que las más atacadas son las personas indígenas y la población LGBTIQ+. Además de quienes se dedican a distintos tipos de activismo social.

También resulta llamativo que casi la mitad de las personas encuestadas (41 %) reconoció que las personas más afectadas por los discursos de odio son “grupos políticos, partidarios o ideológicos específicos”.

Esto evidencia la amenaza latente al ejercicio político ciudadano, provocado por ataques sistemáticos hacia ciertas posturas políticas.

Esta violencia suele estar liderada por una minoría de «voces altamente polarizadas o radicalizadas» (además de trolls y bots organizados) que tienen un impacto mediático considerable.