Dueñas de las voces más extraordinarias de la historia, destacadas instrumentistas, directoras de orquestas e intérpretes maravillosas; las mujeres afroamericanas presentadas a continuación, dejaron un enorme legado en el mundo a través de la música.
Jhoselin Granados
Estas mujeres lideraron las corrientes que revolucionaron la música el siglo pasado. A pesar de la fama y el éxito profesional alcanzado, en la sociedad del supremacismo blanco, ellas no tenían los derechos básicos de cualquier ciudadano estadounidense.
Sus historias estuvieron marcadas por la tragedia y la doble discriminación (racial y de género). Sin embargo, demostraron que las mujeres negras no se identificaban como víctimas y que vivían en constante resistencia al mundo que las despreciaba por su color de piel.
Bessie Smith (1894 – 1937)
“La Emperatriz” comenzó su carrera cantando en cabarets como corista. Con el tiempo se convirtió en la cantante afroamericana mejor pagada de la época. Se impuso como referente de la música con su potente voz y sus relatos de experienciasde vida intensos.
“I used to be your sweet mama” es una canción que narra la tormentosa relación con un hombre maltratador. Años después, la reconocida activista Angela Davis, nombraría la canción en su libro El legado del blues y el feminismo negro para hablar del poder y la fuerza reflejada en la lucha cotidiana de las mujeres negras.
Ma Rayney (1886 – 1939)
Su nombre original era Gertrude Pridgett, sin embargo, se consagró como cantante con el nombre de Ma Rayney, convirtiéndose posteriormente en una destacada empresaria en la industria del entretenimiento. Logró ser dueña de teatros, autobuses y una compañía en la que acogió a personas de la comunidad LGBTI dándoles trabajo y de la que surgieron varias otras leyendas (una de ellas Bessie Smith).
Fue una dedicada cantante que grabó cerca de 100 canciones. Lesbiana, negra y transgresora de normas y estándares establecidos. Expresó su sexualidad abiertamente frente a la sociedad ultraconservadora de los años 20 y 30 en EEUU. Conocida también como la “madre del blues”.
Billie Holiday (1915 – 1959)
Una de las voces más intensas y magnéticas de la música. Fue una de las primeras afroamericanas en cantar con una orquesta blanca. Bille Holiday tuvo una vida marcada por los abusos, la prostitución, la prisión y una infancia violenta.
Sus interpretaciones llevaban una fuerte carga emocional y sus composiciones trataban con crudeza la discriminación racial que sufrían las comunidades afroamericanas. En su canción strange fruit (fruta extraña) alude a la matanza de gente negra en el sur de EEUU, donde colgaban a las personas afroamericanas de los árboles.
Aretha Franklin (1942 – 2018)
Empezó su carrera en el canto desde muy pequeña y se convirtió con los años en la “reina del soul”. Fue un fuerte símbolo de las reivindicaciones afroamericanas y la primera mujer en ser incluida en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
En 1967, Aretha modifica una canción escrita por Otis Redding y la convierte en uno de los “himnos” feministas más reconocidos a nivel mundial. La letra original había sido cambiada, esta vez, cantada desde la posición de la mujer que se encarga de la casa. También alargó ligeramente la canción, le subió el ritmo y aumentó coros. El resultado, un pedido legítimo de respeto.
Ella Fitzgerald (1917 – 1996)
Reconocida mundialmente como la reina del jazz y «Primera Dama» de la canción. Fue pionera en la improvisación vocal y su repertorio pasó por el blues, swing, bossa nova, samba, góspel, calypso, pop, entre otros géneros.
Ganó catorce Premios Grammy, compartió escenarios con grandes nombres de la época y también participó de algunas películas.
Odetta (1930 – 2008)
La música de Odetta Holmes fue la mezcla perfecta entre folk, blues y góspel. Sus canciones fueron compañía de las manifestaciones por los derechos civiles en EEUU durante los años 60 y 70. Su obra fue una colección de crítica social, política y espiritual, así como también experiencias íntimas de vida.
Nina Simone (1933 – 2003)
Rompió con los esquemas que se le impusieron y redefinió algunos aspectos de la música, usó su potente y especial voz para incomodar a su público y hablarles de manera frontal sobre las realidades de la comunidad negra estadounidense.
Se involucró en la lucha por los derechos civiles sin temor de afectar su carrera, su radicalización hizo que muchas discográficas no la quisieran y terminó siendo vetada de algunas radios.