El desafío climático y la adaptación agrícola
El problema: Los habitantes de Motacusito enfrentan un aumento considerable de la temperatura y una escasez de lluvias que han impactado directamente su agricultura tradicional. Las cosechas de maíz, yuca, camote, joco (un tipo de zapallo amazónico), zapallo, sandía y frijol se han reducido hasta la mitad en algunos casos. Las plagas agrícolas como caracoles africanos, gusanos y tucuras (saltamontes) han proliferado, complicando aún más la producción de alimentos.
El contexto: Fundada en 1942 en la región de Puerto Suárez, esta comunidad campesina ha dependido históricamente de la agricultura para su subsistencia. El río que abastecía a la comunidad ha disminuido su caudal. Esto ha obligado a los habitantes a buscar alternativas como la cosecha de agua de lluvia para el riego.
La resolución: Los comunarios han adaptado sus prácticas agrícolas a las nuevas condiciones, implementando sistemas de cosecha de agua y diversificando su alimentación con la cría de animales de granja. Además, han establecido un huerto comunitario orgánico que no solo provee alimentos para consumo de sus propias familias, sino que también ofrece productos frescos a visitantes, incluyendo opciones vegetarianas para turistas.

La amenaza de la deforestación y los incendios
El problema: La expansión de la ganadería y la agricultura a gran escala por parte de empresas agroindustriales y colonias menonitas ha provocado una deforestación sistemática en las áreas circundantes. Según los informes de la Fundación Tierra, Santa Cruz es responsable del 85% de la deforestación en el país. En los últimos cinco años, se deforestaron 15,3 millones de hectáreas en ese departamento.
Estas prácticas, que incluyen la eliminación total de la vegetación, contribuyen a la pérdida de biodiversidad y a la alteración de patrones climáticos locales. La amenaza de los incendios forestales en regiones aledañas, exacerbados por las temporadas extremadamente secas, representan una amenaza constante para el ecosistema.
El contexto: La región experimenta presiones ambientales crecientes. Los incendios a veces son provocados por descuidos en propiedades privadas o ingresan desde el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis. Además, desde su entrega hace 12 años, la carretera bioceánica, que atraviesa el área, ha traído consigo el incremento de la contaminación por desechos que se arrojan desde los vehículos en tránsito.
La resolución: La comunidad ha formado una cuadrilla de bomberos comunales que trabaja en coordinación con la Fundación Amiga de la Naturaleza (FAN) para la prevención y respuesta a incendios forestales. Realizan actividades regulares de monitoreo y concientización sobre el riesgo de incendios, con especial énfasis en la educación de los niños de la unidad educativa local.
La amenaza minera y la defensa del territorio
El problema: Hace varios años, una empresa minera mostró interés en explotar los depósitos de piedra calcárea o caliza dentro del territorio comunitario. Esto ponía en riesgo los recursos hídricos y el área natural que la comunidad había logrado proteger.
El contexto: Motacusito, como muchas comunidades a su alrededor, ha enfrentado históricamente presiones de industrias extractivas que buscan explotar los recursos naturales sin considerar adecuadamente el impacto ambiental y social en las poblaciones locales.
La extracción de la piedra caliza se hace en la modalidad de minería a cielo abierto. El uso de maquinarias en grandes extensiones de suelo, provoca la destrucción de hábitats, erosión, contaminación de agua por el uso de explosivos y daños o pérdida de manantiales. Además, las canteras pueden contaminar las aguas subterráneas, aún años después de que la extracción haya terminado.
La resolución: A través de reuniones comunitarias y un voto resolutivo, los habitantes de Motacusito rechazaron unánimemente la propuesta de la empresa minera. Priorizaron la protección de su entorno y su proyecto de ecoturismo sostenible. La designación previa de un área protegida les proporcionó un marco legal fundamental para defender su decisión.
“Había tres personas que sí estaban de acuerdo (con la incursión minera), porque les iban a dar trabajo. Pero ese trabajo le iría a durar para cuatro o cinco años, y se acababa eso. ¿En qué quedaba la comunidad? ¿En qué quedan los hijos, los nietos, los bisnietos? Con todo eso ya destruido, los recursos naturales” Roberto Viera Gómez, Secretario General de Motacusito
Ver esta publicación en Instagram
La búsqueda de alternativas económicas como el ecoturismo
El problema: La limitación de la agricultura debido al cambio climático y la falta de oportunidades laborales diversificadas han generado un panorama económico complejo para las habitantes de Motacusito.
El contexto: La comunidad necesitaba encontrar fuentes alternativas de ingreso que fueran compatibles con la protección del medio ambiente y que pudieran proporcionar sustento a largo plazo para sus habitantes.
La resolución: Un grupo de mujeres, con el apoyo de algunos hombres, impulsó el desarrollo de un proyecto de ecoturismo comunitario.

Con el impulso de las lideresas Quidian Román y Ana María Tomichá, lograron transformar los atractivos naturales de la zona, principalmente las cuevas de Motacusito, en una fuente viable de ingresos.
Han establecido alianzas estratégicas con operadores turísticos de diversas ciudades y desarrollado servicios de guía, alimentación y artesanía para los visitantes.
El área protegida: un logro comunitario
El problema: La biodiversidad y los recursos naturales de Motacusito estaban amenazados por múltiples factores externos, sin contar con una protección legal adecuada.
El contexto: La preservación de los ecosistemas locales requería no solo esfuerzos comunitarios, sino también un reconocimiento oficial que brindara un marco legal para la conservación.
La resolución: Motacusito logró convertirse en la única comunidad de la zona que tiene un área protegida municipal, tras años de esfuerzo y múltiples proyectos. Este estatus ha sido fundamental para defender su territorio contra amenazas como la minería y ha fortalecido su posicionamiento como destino ecoturístico.
Motacusito está a 565 km de Santa Cruz de la Sierra y a 4 km de Puerto Suárez. Además de las estalactitas y las estalagmitas, las cuevas de Motacusito son el albergue de murciélagos, anfibios, insectos y otras especies que conforman el hábitat de la zona. También se puede visitar el mirador Las Lajas y conocer la flora local compuesta por cactáceas y bromelias.

El reto de la migración juvenil
El problema: Faltan oportunidades laborales diversificadas más allá del ecoturismo. La agricultura limitada y los trabajos temporales provocan la migración de jóvenes en busca de educación superior y mejores horizontes económicos.
El contexto: Como muchas comunidades rurales, Motacusito enfrenta el desafío de retener a sus jóvenes mientras busca desarrollarse. Aunque algunos jóvenes expresan su deseo de regresar y contribuir al desarrollo comunitario, el aumento de la migración joven es una preocupación creciente.
La Fundación Tierra describe que uno de los motivos para que los jóvenes migren a ciudades corresponde a los estudios. También resalta que «la escasez de tierras para cultivar, el poco acceso a servicios básicos, servicios de salud y educación deficientes» predisponen la migración rural-urbana.
La resolución: La comunidad está creando condiciones que permitan el retorno de los jóvenes, integrándolos en el proyecto de ecoturismo y otras iniciativas sostenibles. La educación ambiental dirigida a los niños busca generar un sentido de pertenencia y compromiso con el territorio desde edades tempranas.
El apoyo institucional insuficiente
El problema: El apoyo gubernamental a todos los niveles se percibe como insuficiente e inconsistente, dificultando la implementación de proyectos a largo plazo.
El contexto: La comunidad ha recibido algunas viviendas solidarias y capacitaciones específicas. Sin embargo, la asistencia económica y la respuesta a las necesidades planteadas mediante el Plan Operativo Anual (POA) han quedado cortas.
La búsqueda de alternativas: La comunidad ha encontrado mayor respaldo en organizaciones no gubernamentales y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), particularmente durante las fases iniciales de su proyecto de ecoturismo.
Han aprendido a gestionar recursos de manera autónoma y a establecer alianzas estratégicas que les permitan avanzar en sus objetivos de desarrollo sostenible.
La experiencia de Motacusito representa un testimonio de adaptación y determinación frente a los complejos desafíos ambientales y socioeconómicos.
La dirigencia comunitaria ha reconocido que la educación ambiental y la participación de todos los miembros son esenciales para garantizar la sostenibilidad de sus iniciativas.
A través de la colaboración y la conciencia colectiva, esta comunidad está construyendo un modelo donde la conservación ambiental y el desarrollo económico coexisten en armonía.
La incursión a Motacusito se realizó como parte del proyecto de Acción Climática de la Fundación Muy Waso en Alianza con Voces para la Acción Climática (VAC) y South South North.