De la Rabia su Ajayu arrancará con un concierto de denuncia y una feria con material informativo a las 16:20, en el Tambo Colectiva (Tembladerani, calle Jaime Zudañes No. 1322, La Paz). Conversamos con las chicas de Aquelarre Subversiva sobre el encuentro y esto fue lo que nos contaron.
Jhulissa Nogales
Todas estamos emputadas contra el sistema patriarcal y capitalista. Desde esa rabia gritamos. Desde esa rabia aprendemos y sabemos incendiar para transformar. Gritamos por todas, pero no solo por el hecho de alzar la voz.
Así nacen, y nacerán, trincheras como De la Rabia su Ajayu, un lugar de encuentro para todas las que sintamos que pertenecemos a ese Aquelarre, como el que vio nacer estas uniones y alianzas en 2015,que invoca a quienes estamos cansadas del maltrato institucional, de los machos violentos, de las muertes de nuestras compañerxs y de toda forma de abuso y explotación.
Conversamos con las brujas rebeldes de Aquelarre Subversiva para que nos cuenten sus formas de organización y denuncia, la recuperación de espacios de rebeldía en las calles y el hogar, y el posicionamiento de la protesta rabiosa en la música y el arte.
Nos congreguemos, pues, el sábado 3 de agosto bajo el mismo fuego y gritemos: ¡ni Dios, ni amo, ni patrón, ni Estado!
Desde Muy Waso creemos en la importancia de replicar aquelarres, en diferentes escalas y formas, en toda Bolivia. Coméntennos, ¿cómo fue el proceso de encuentro y organización?
Somos individualidades y colectivas. Varias de nosotras hemos formado nuestro vínculo en el Aquelarre Subversiva, un encuentro de mujeres autónomo, autogestionado, autoconvocado y antiautoritario que nace en 2015 y que tuvo versiones consecutivas en 3 departamentos del país.
A partir de este encuentro se han ido consolidando posturas individuales y colectivas que nos han hecho juntarnos, charlar y acompañarnos como una forma de hacer política desde nosotras mismas, desde nuestros cotidianos y desde los lugares en los que nos movemos cada una. En esta ciudad, como nuestro territorio, aunque no para todas el único, hemos construido nuestros espacios políticos desde los cuales hacemos frente a toda la mierda que sentimos y vivimos con tanta violencia.
Un tema central, y que nos convocó inicialmente, es la lucha por el aborto libre. Estamos en contra de la penalización del aborto, la criminalización de las mujeres frente al embarazo no deseado y la muerte de mujeres provocada por abortos inseguros. Creemos que ni estado, ni iglesia, ni sociedad deben decidir sobre los cuerpos de las mujeres, sino que cada mujer puede y debe decidir por sí misma.
Tras un periodo de aislamientos voluntarios, nos volvemos a encontrar desde la rabia que nos provoca esta maldita realidad, y la apatía generalizada y las ganas de reverdecer estos viejos vínculos buscando nuevas formas de encuentro, de denuncia, de práctica contracultural.
Nuestra forma de organización es mediante asambleas, conformamos comisiones, convocamos solidariamente a las bandas de chicas y enunciamos nuestros emputes comunes para denunciarlos.
Últimamente, en la escena musical y otros espacios donde antes había resistencia, se posturas conservadoras, retrógradas y violentas. ¿Cuál es la importancia de reapropiarnos de estos territorios?
Politizar los espacios que habitamos o que generamos es parte de nuestra construcción, retomando la esencia contracultural que nace de la insatisfacción y de la denuncia, desde una organización horizontal y sin fines de lucro, contraponiendo la autogestión, otra de nuestras armas de resistencia, como práctica política y colaborativa entre mujeres.
Sentimos que estos últimos años la escena cultural y contracultural se ha ido aislando del complejo entramado de prácticas que hace la gestión de estos espacios, por eso revalidamos y revisivilizamos a la feria como espacio de encuentro, difusión de información y producción independiente; a la cocina consciente y crítica como barricada contra los alimentos industriales y transgénicos; a las instalaciones artísticas como ejercicio de denuncia; a nuestras compañeras músicas como aliadas contra el machismo en los escenarios y las artes; al pogo y al baile como un lugar de placer y cuidado; y a todas estas como parte de un espacio contestatario contra las formas del patriarcado.
La importancia de sentirnos cómodas y seguras no es algo menor, por eso, escogimos el Tambo Colectivx. Elaboramos una lista de ¡machos violentos que no queremos que vayan!
Hay una gran diversidad de bandas y gente en la organización del evento. ¿Qué es lo que las articula políticamente?
Hoy nos une “De la rabia, su ajayu”, porque somos el ajayu conjunto de todxs las mujeres, niñas, animalxs que están siendo asesinadas, humilladas, golpeadas, reprimidas y juzgadas por una moral de mierda; pero no desde el lugar de víctimas como siempre nos quieren hacer ver, si no como una fuerza incontenible que hace que a pesar de todo el odio con el que nos quieren lastimar y desaparecer sigamos con vida y bailando en sus caras.
Este sábado de encuentro vamos a gritar:
¡Por el aborto libre, autónomo y seguro!
¡Por la autogestión y la autoorganización!
¡Contra los pacos violadores, impunes en esta suciedad!
¡Contra los feminicidios, porque nos faltan más de 73 compañeras en 2019!
¡Contra los violadores de niñxs y mujeres, que más temprano que tarde aderán!
¡Contra el extractivismo que enferma a la tierra y a nosotrxs con ella!
¡Contra el Machismo en la música, porque las mujeres también hacemos música! ¡Nos negamos a ser gruppies!
¡Contra el capitalismo y el fascismo!
¡Contra la injusticia patriarcal y político partidaria!
¡Contra los fundamentalismos religiosos!
¡Contra el feminismo blanco, colonial, ongero!
¡Contra el sistema!
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