Compartimos el prólogo de ‘Un mundo ch’ixi es posible’, gracias a la gentileza de la editorial argentina Tinta Limón, que se presenta este 9 de agosto en la sala Emma Villazón de la Feria Internacional del Libro de La Paz.
Tinta Limón
Buenas tardes. Desde Tinta Limón ediciones estamos muy contentes de estar acá, de poder haber publicado este nuevo libro de Silvia, de poder invitarla y que esté pasando con nosotres muchos días. Como siempre, sentimos desde la editorial que son una provocación hermosa las cosas que Silvia escribe y queríamos presentar algunas cuestiones del libro como para lanzar la conversación y esto que vamos a decir da cuenta un poco del proceso de producción que hicimos desde la editorial.
https://www.facebook.com/laLibre.libreriasocial/photos/a.940938399274108/2634920143209250/?type=3&__xts__%5B0%5D=68.ARCgpGn9iMNlUk5Upu66G1T7Y3Q2-ClK5IQGjuk02M7M8uvg41eK5El0ujpgPKObDEYu4elopZT2LOqqmtFd_WWVNaW-4xA8fBeGLS1HouXL6WZ5KLcgxAq4F84QNqvdhc7FRNj7Sqa9qDN8HM6Wwnk6U8Y1OTKKth8dWwo939ntHp2W32E80HIHGbcsuedEydCLa5tx8m2opgjD6xo0GG6CLG-XT-9fMswzTmAqiPdYalG3K05dAoWkIDGesnNTBK7mD9B8y3p3P_FGXbSBEYbJkYzFN3WJB2gbRzwtTy6Vm9KJS6WFcg27WLk5gAGVBG5q2hQMbKbJWxLEt79A5XiyXw&__tn__=-R
En primer lugar, subrayar el desafío que fue para nosotres hacer un libro oral como el que nos propuso Silvia, pensar esta idea de que la escritura no estabilice la lengua sino que más bien le abra una cantidad de matices. Todos los libros tienen ese desafío, pero nos parece que este en particular lo logra y nos da muchísimo qué pensar, esta especie de libro de retazos que es orgánico al flujo de pensamiento y eso es lo que a nosotras siempre nos llamó la atención, nos conquistó, nos sedujo y da cuenta también de un diálogo que venimos teniendo desde hace muchos años. Esta idea que Silvia propone de que lo que ella hace con la teoría es una “artesanía intelectual”, para nosotres es una fuente de inspiración. Pensar así hacer teoría, pensar así poner en práctica la idea misma de la teoría, o sea, tomar la teoría como una práctica, nos ayuda a pensar la difusión y la circulación que tiene que ver con el trabajo editorial independiente. Y, en este mismo sentido, toda esta sospecha que pone siempre Silvia -de manera muy rigurosa- sobre qué dicen las palabras. Esa era una pregunta que teníamos nosotres en el sentido de cuándo sentimos el saqueo de nuestras palabras, incluso la propia palabra saqueo que hoy está en disputa.
Y hablábamos ayer con Silvia de que a veces las palabras dejan de importar si hay colectivos o experiencias que pueden mantenerse un tiempo sin palabras o elaborando esa expropiación de las palabras que es un método propio de la élite y propio de la dominación colonial. Entonces algunas preguntas que nosotres nos hacíamos son qué colectivos y experiencias soportan ese robo y ese saqueo de las palabras y qué hacemos con eso.
El segundo punto que quería comentar es el desafío que pone Silvia como una especie de método, de método que nos regala, que nos ofrece y que tiene que ver siempre con una especie de desplazamiento, y que están muy presentes en el libro. Hay uno que es cómo se va de lo abigarrado a esta teoría de lo ch’ixi, pero cómo ese desplazamiento tiene que ver siempre con una idea de esbozo, no teoría acabada, no una dogmática de nuevas palabras de moda o de nuevas palabras mágicas, sino justamente cómo hay un hacerse de ese esbozo que tiene que ver además con una disposición corporal de trajinar, de caminar, de encontrarse, casi también una forma de pensar por enmiendas que se va completando en relación a los viajes a las alianzas políticas y al caminar con otros, al desencontramos por momentos y al volvernos a juntar. Así que para nosotres esta idea de lo ch’ixi tiene que ver con pensar cómo asumimos lo que somos -y lo que no somos a la vez- y hacer algo con eso. Salir del lugar en el que estamos en falta por lo que deberíamos ser y no llegamos a ser, o por un ideal abstracto de lo que deberíamos. Pero a la vez cómo entender, para nosotras eso también es un punto de mucho desafío, que esa yuxtaposición de elementos contradictorios, como le llama Silvia, no es una zona de confort, no es una zona para pacificarnos, para quedarnos tranquilas con las contradicciones, si no que esa idea de lo ch’ixi que a nosotras nos interpela (y que nos parece que la podemos desplazar y hacer funcionar en otros lugares, incluso en experiencias, en geografías y en problemas de los que Silvia por ahí ni siquiera tuvo en cuenta cuanto estuvo pesando), esa especie de desplazamiento tiene que ver con cómo no nos pacificamos, es decir, como hay algo de esa contradicción y de esa yuxtaposición que se traduce en conflicto cotidiano. Entonces ahí a nosotres nos interesa mucho esta idea de lo ch’ixi, de esa yuxtaposición, esa contradicción, esa no pacificación. Pensando en un conflicto en lo cotidiano también, es decir, un conflicto que tiene un momento de gran visibilidad pública y un conflicto que se sabe elaborar en lo cotidiano, por que lo ch’ixi es también una teoría del antagonismo, para decirlo muy sintéticamente.
El último punto que quería remarcar es la cuestión de la crisis, la insistencia de Silvia con la productividad de la crisis, con la epistemología de la crisis como un momento de sospecha sobre lo que pasa, de tembladera sobre el significado de las palabras, las experiencias, las memorias. Y en ese sentido cómo hay todo el tiempo intentos de captura sobre las lecturas de la crisis. Hoy vemos acá en Argentina una disputa fuerte de cómo interpretar, por ejemplo, la crisis del 2001, cómo leer la crisis en la que estamos hoy. Todos los mecanismos que nos llevan a apaciguar y a hacer como que no hay tal crisis, todas las ofertas de estabilización subjetiva y afectiva. Porque también es muy difícil vivir permanentemente en crisis, sobre todo cuando es el capital el que se propone como gestión permanente de la crisis. Entonces, esta idea de la crisis, de cómo hay una disputa por el sentido mismo de la crisis, qué ponemos en riesgo con la crisis y en qué sentido nos pone a prueba de pensar qué tipo de conmoción social y qué tipo de posibilidades de repensar, de reorganizar lo que somos y cómo vivimos, esta idea de crisis es otra, para nosotras, de las palabras talismán que siempre nos gusta tomar de Silvia y hacerlas proliferar y conectarlas con otras experiencias.