El miércoles 30 de junio tenemos un nuevo encuentro en nuestras Charlas Wasas. Esta vez nuestro invitado es el escritor Gabriel Mamani Magne, ganador de siete premios nacionales de literatura. Pronto lanzará El Rehén, bajo el sello de Dum Dum Editora. Nos escuchamos por Twitter Spaces.
Para entrar en onda, compartimos una reseña a una novela anterior de Gabriel: Seúl, São Paulo.
¡Wasxs! Mañana tendremos una de nuestras #CharlasWasas por @TwitterSpaces con el escritor paceño Gabriel @MamaniMagne. Hablaremos sobre su nuevo libro 'El Rehén' (@dumdumeditora), entre otras cositas. ¡Vengan, pues! pic.twitter.com/A0yu2uf3Pu
— Muy Waso (@MuyWaso) June 29, 2021
“La mitad de la vida siempre serán los quince años”
En Seúl, São Paulo, Gabriel Mamani Magne nos devuelve a la adolescencia, al «adolecer» de nuestra identidad. Cuando las hormonas alborotadas en nuestros cuerpos se revelan ante los sueños y esperanzas del plan de nuestros padres, venciendo y defraudándolos en igual proporción.
“Querían meterle la patria a palazos”
Gabriel Mamani nos relata de manera muy fluida y sin caer en simplicidad, la construcción nacional de la masculinidad, a través del servicio militar obligatorio para los primos Pacsi —personajes centrales de la novela. Un servicio que refuerza y reivindica un espacio “macho” y altamente patriarcal, donde se hace de todo menos “servir a la patria”.
“Lo suficiente para memorizar fechas importantes pero no tanto para pelearse con un peruano por la paternidad de la zampoña”
Gabriel Mamani realiza una deconstrucción de nuestra identidad desde la migración, una familia dividida entre los que se fueron, los que vuelven, los que se irán y los inconformes que se quedan.
Mas allá de la vivencia del migrante fuera de su Bolivia, extrañando su chuño, nos muestra esas identidades asesinas a las que se refiere Amin Maelouf a través de charlas familiares.
Muchos alteños no conocen el otro lado de su propia ciudad, mucho menos el otro lado del país. Muchos bolivianos no conocen Bolivia y migran a una realidad diametralmente diferente.
Huérfanos de una identidad incompleta, intentan reconfortarse entre la cumbia y el alcohol.
“Te amo, mi vicuña”
Gabriel Mamani describe Hábilmente los espacios urbanos de El Alto, esa ciudad que es mejor ocultar a los turistas o quizás sólo reconocer por sus cholets, su aeropuerto, su exotismo.
Sus personajes son acompañados por el viento frío que paspa, que lleva y trae de todo a través de esa altiplanicie.
“Siempre me preguntaré porqué no escogí a la cholita”
Gabriel Mamani es un escritor altamente escorpiano, navega casi de manera natural en las aguas de la libido, del deseo, el porno en las mentes de sus personajes. Refleja con crudeza la normalización de la cosificación de la mujerm desde la masturbación, el debut sexual, hasta otras situaciones más cotidianas.
“Y ahora ¿Tigre o Bolívar?”
Viajan entre el sonido del k-pop, el portuñol y el aymara, pero el idioma común —de los que van y los que vuelven— es el fútbol. La pelota provee una identidad mucho más permisible a ser heredada, elegida, adoptada e intercambiada.
“Bolivia es un intento frustrado de:…”
Dino, mi personaje favorito, es una especie de Pepe Grillo, un guía iniciático que va desnudando la otra Bolivia a los ojos de los Pacsi.
Una Bolivia más leída y sobreanalizada, pero también más entreverada en sus propios problemas e incógnitas históricas aún no resueltas.
Una Bolivia, tan bien espejada en ese sociólogo con ideales, a veces hasta estereotipados, que en el día a día chocan con las realidades de sobrevivencia básica.
“No sé si un libro –el mío o cualquiera- pueda hacer algo para sanar las heridas de un país lastimado”.
Decía Gabriel Mamani, mientras recibía el Premio Nacional de Novela. Siento, verdaderamente, que con Seúl, São Paulo, él consigue tejer una historia cual Ariadna, con personajes entrañables, familiares y sobre todo escarmena, hila y deshila temas profundos que empezaron interpelándolo a él.
Quizás así logre expandir un poco de esa herida que pica y escuece al resto de los bolivianos.