Falsos negativos, proyecciones epidemiológicas erróneas, propagación de la enfermedad y desatención a pacientes positivos son sólo algunos de los problemas que acechan ante el retraso en las entregas de resultados a las pruebas por COVID-19. Las muestras tendrían que procesarse en un máximo de 72 horas, según un protocolo del mismo Gobierno.
Muy Waso
El protocolo para el diagnóstico laboratorial de la COVID-19 presentado por el Ministerio de Salud el 29 de mayo indica que los resultados a las pruebas PCR para la enfermedad pandémica deben entregarse entre 24 y 72 horas posteriores a la toma de las muestras. Sin embargo, esta normativa no se cumplen y sus plazos están muy lejos de la realidad: sólo en el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (Cenetrop) hay test que no pueden procesarse desde hace 20 días, principalmente por falta de equipamiento y la desatención del Gobierno, según denunciaron desde esa institución.
En contacto con el diario paceño Página Siete, la jefa de Servicios de Laboratorio del Cenetrop, Yelin Roca, lamentó que luego de haber enviado varias cartas al Ejecutivo exigiendo que este brinde todos los equipos e insumos necesarios para atender las demandas de la pandemia, pero estos pedidos siguen sin ser atendidos.
Un testimonio similar fue el que ofreció a la red ATB la directora de este mismo centro, María Isabel Méndez. No obstante, Méndez dijo que «cree» que solo unas tres mil pruebas están demoradas, lo que, según ella, representa solo nueve días.
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La ministra de Salud, Eidy Roca, tal como sucedió antes con las consultas a esa cartera de Estado sobre reactivos y respiradores para Unidades de Terapia Intensiva, dijo que están atados de manos y que un termociclador (el principal instrumento para el procesamiento de pruebas PCR) llegará a principios de julio, aunque no especificó la fecha.
“No hemos visto recién el problema, eso lo hemos previsto, y quiero que me entienda la población”, fueron las palabras textuales de la Ministra, citadas por La Razón.
¿Si era una situación previsible, por qué no tomaron acciones oportunas para reducir el impacto de estos desbordes?
Las dificultades del Cenetrop no son las únicas en el país. El laboratorio del SEDES en Cochabamba también está al borde del colapso, según reportes de prensa locales. El Inlasa, en La Paz, se encuentra al límite de su capacidad.
Mientras tanto, entre tres y cuatro mil pruebas se encuentran almacenadas en un Cenetrop desbordado y sin las condiciones suficientes para garantizar que las muestras se mantengan en condiciones apropiadas para su posterior análisis. Incluso poniendo en riesgo a los profesionales que durante las últimas semanas debieron trabajar en extensas jornadas y en turnos continuos.
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Según el mismo protocolo para el diagnóstico por laboratorio de COVID-19 del Gobierno boliviano, las muestras para los test PCR deben guardarse a – 70° centigrados en caso de permanecer más de tres días sin ser analizadas y entre 4º y 8º, en caso de no superar las 72 horas de espera. En el Cenetrop llevan al menos 20, según la versión de una de sus funcionarias, y nueve según dijo su directora en una entrevista más reciente.
En un documento de orientaciones técnicas para el manejo de las muestras y laboratorios por COVID-19, la OMS recomienda, en el caso de hisopados naso y orfaríngeos, una temperatura de 4º en tiempos menores a cinco días y -70º si se supera este límite.
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Uno de los peligros es que estas pruebas resulten en falsos negativos, debido a que temperaturas mayores a los 8° «degradan la partícula viral» de las muestras. Esto podría generar mayor propagación del nuevo coronavirus o una atención inadecuada a pacientes que requieran tratamientos y soporte especializado. Además, el protocolo del ministerio de Salud recomienda no procesar muestras que sean recibidas con una temperatura mayor a la establecida-
Por otra parte, las previsiones epidemiológicas podrían verse completamente distorsionadas, tanto por las demoras en la entrega de resultados, como por la reducción de la fiabilidad de los positivos y descartados que vayan a reportarse.
El Cenetrop amenazó con dejar de recibir más muestras y cerrar sus puertas para concluir con el stock que se vieron obligados a acumular durante las últimas semanas. La ministra Roca, por su parte, dijo que esta saturación de los labotorios en el país era algo que esperaban y deja entender que no hay mucho que puedan hacer.
Pese a este contexto, Bolivia continúa siendo uno de los países que menos testea en la región y uno de los que tiene las peores tasas de positividad (cantidad de pruebas positivas respecto al total que se realizan), con cifras que se acercan a las de Brasil, uno de los epicentros globales de la pandemia.