¿Tuviste experiencias que afectaron tu salud mental y no supiste cómo reaccionar ni dónde ir? En el contexto de la pandemia esto puede ser mucho más común de lo que crees. Pero es importante que sepas que no estás solx. Aquí te contamos cómo saber si es momento de pedir ayuda profesional y dónde encontrarla.
Los sentimientos profundos de estrés, miedo, tristeza, ira y ansiedad fueron las respuestas naturales ante la crisis sanitaria desatada por el COVID-19. Muchos de estos estados de ánimo se prolongaron durante todo el año e interrumpieron el bienestar cotidiano de algunas personas.
En otros casos, la pandemia provocó la agudización de síntomas y malestares en personas que vivían desde antes con condiciones o enfermedades mentales.
En agosto de 2020, Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, advertía que la llegada del nuevo coronavirus había provocado “una crisis de salud mental en nuestra región a una escala que nunca antes habíamos visto».
El riesgo de contagio y enfermedad, la muerte de personas cercanas, las consecuencias económicas y sociales de la pandemia son solo algunos de los factores que agravan lo que desde hace varios años se considera una epidemia silenciosa: el crecimiento de las enfermedades mentales.
Según el informe “La carga de los trastornos mentales en la región de las Américas» (2018), los problemas de salud mental en América Latina, incluido el consumo de sustancias psicoactivas, producen más de un tercio de la discapacidad total. De esta fracción, los trastornos depresivos son la causa principal de discapacidad, seguida de los trastornos de ansiedad.
A pesar de esto, el gasto destinado a la salud mental representa en promedio solo 2% del presupuesto de salud de los países y de este, alrededor de 60% se destina a los hospitales psiquiátricos.
Cerca de mil millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada cuarenta segundos una persona se suicida, y alrededor de tres millones de personas mueren anualmente por el consumo nocivo de alcohol.
Sin embargo, pocas personas en todo el mundo tienen acceso a servicios de salud mental de calidad. En los países de ingresos bajos y medios, más del 75% de las personas con trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias no reciben ningún tratamiento para su afección.
Este acceso en el caso boliviano se vio drásticamente afectado durante 2020, luego de la llegada del COVID-19 y en el contexto de las restricciones, como reportamos en esta nota.
Por eso es necesario tomar medidas preventivas, buscar alternativas o poder identificar cuando es necesario que busquemos ayuda profesional.
¿Es momento de pedir ayuda?
Siempre es buen momento para pedir ayuda, se viva o no con una condición o trastorno mental. No hay nadie mejor que tú para decidir cuando asistir a una consulta con el especialista de la salud mental que mejor te parezca por tu propio bienestar.
Pero quizá te sea difícil detectar o aceptar que requieres ayuda, por eso te presentamos 10 pistas que podrían ayudarte a saber cuando es momento de visitar un profesional.
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¿Dónde buscas ayuda?
Si ya tienes decidido salir a buscar ayuda, aquí te entregamos un par de tips para encontrar el lugar más adecuado.
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¿Qué otras opciones hay?
Si no puedes salir de casa o prefieres recibir apoyo durante una crisis, puedes anotar los número que te mandamos en el mensaje de abajo para tenerlos siempre contigo. Recuerda que algunas podrían no funcionar temporalmente, así que no te frustres si no logras contactar con alguien.
También te recomendamos tener instalada la app Te Escucho de la organización Infante, que brinda asistencia en salud mental de manera remota.
Además, nunca olvides tener a la mano los contactos de tus personas de confianza y que estén al tanto de tu condición o la situación en la que te encuentras.
Algunos consejos finales
Si lograste apartar una cita con una profesional de confianza, estas son algunas recomendaciones para el momento de la terapia:
• Ve dispuestx a hablar con la mayor sinceridad posible.
• Siéntete en confianza de hacer las preguntas que veas conveniente.
• Si puedes, pídele a un(a) amigx que te acompañe (esta persona no entrará a consulta, pero puede esperarte afuera o pasar a recogerte. A veces las sesiones son detonantes emocionales y al salir se necesita de alguna compañía).
El confinamiento pasado incrementó la sensación de soledad en muchas personas y aunque parezca que no hay nadie que pueda ayudarnos, en realidad no es así. Además de tu círculo de confienza más inmediato, también puedes encontrar comunidades de personas que están en situaciones similares a las tuyas. Busca integrarte a estos grupos, son un gran complemento en el proceso terapéutico.
Sea tu primera o tu décima visita al consultorio psicológico o psiquiátrico, recuerda que lo más importante es que te sientas cómodx con el proceso. Si no te late como manejan las consultas, tienes el derecho de cambiar de especialista.
Si aún no encontraste al terapeuta adecuadx a ti, no te rindas, la búsqueda puede ser agotadora, pero tu salud mental lo agradecerá.