Aprovechando que Jorge Sanjinés cumplió años el viernes, proponemos un sano ejercicio de desmitificación sobre una de las figuras predominantes del cine boliviano. Muchos nombres tan relevantes como el suyo fueron arrastrados al olvido injustamente. ¡Es tiempo de reescribir la historia!
Aunque el Grupo Ukamau es nombrado por los historiadores y estudiado por las escuelas de cine en el mundo como un movimiento cinematográfico revolucionario que cambió, de alguna forma, el como ver y hacer cine, parece que sus objetivos no fueron del todo alcanzados y, al día de hoy, no se asumieron los preceptos cinematográficos que proponían, en la teoría, un audiovisual colectivo hecho «junto al pueblo».
¿Un grupo, un nombre?
Conformado en Bolivia en la década de los 60, el Grupo Ukamau nace en medio de profundos conflictos políticos y transformaciones sociales en el país. Después de la Revolución Agraria, los artistas se encuentran con preguntas clave sobre la construcción de la identidad nacional y el rol que debían cumplir.
Entre los fundadores del Grupo Ukamau, se encuentra un joven Jorge Sanjinés a quien, años después, se le fueron atribuyendo la autoría de películas que habían nacido de procesos complejos de creación colectiva, donde los actores naturales contribuían en diferentes niveles y donde la participación femenina era fundamental.
Los reconocimientos de las primeras obras del Grupo Ukamau a nivel internacional llamaron la atención de periodistas y escritores de cine que, sin comprender la propuesta, comenzaron a poner por delante el nombre de quien salía como director en créditos.
En los más de 50 años que pasaron desde la fundación del Grupo Ukamau, muchas historias se registraron desde la visión de Sanjinés, ninguna desde las miradas femeninas que integraron el grupo. Muchas reseñas se le dedicaron al director, muy pocas a las mujeres que crearon y trabajaron junto a él.
Que se borren e ignoren nombres de mujeres en la historia no es novedad, es una clara muestra del sistema patriarcal en el que vivimos. Afortunadamente, la historia cambia todo el tiempo y en los últimos años más historiadoras han empezado a reescribirla.
Las Mujeres del Grupo Ukamau
No solo se ha cometido el error histórico de ignorar los nombres de quienes están detrás de cámara sin tener cargos “fuertes” en la producción, sino que se han borrado de la memoria colectiva la existencia de mujeres trabajadoras del audiovisual.
En el caso específico del Grupo Ukamau, estas omisiones, entre muchas otras miradas críticas, son recapituladas en un número especial de la revista de historia del Cine Secuencuas, en un número especial denominado «Ukamau Abigarrado», coeditado entre la historiadora Isabel Seguí y la investigadora Maria Aimaretti.
De parte de este trabajo salió un programa en el que podemos escuchar algunos nombres de mujeres que formaron parte del Grupo Ukamau y cuyos aportes son rescatados de testimonios de otros integrantes.
Narrado con la voz de Isabel Seguí, este programa se encuentra compartido en Radio Deseo con el nombre: «Las Mujeres del Grupo Ukamau«.
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En este programa se rescatan del anonimato no solo a mujeres del equipo técnico y el equipo artístico, sino que se le otorga también un lugar fundamental a las mujeres que eran parte del público. Las mujeres detrás, delante y alrededor de las cámaras. El material expuesto por Seguí, con un enfoque feminista y crítico, es un buen punto de partida para otras investigaciones en el cine nacional.
Para hablar de cine revolucionario primero habrá que saldar las deudas históricas que se tienen con las mujeres trabajadoras en este arte; habrá que dejarlas de nombrar como «asistentes» o «ayudantes» y darles el lugar que merecen por sus valiosas contribuciones.
«No se puede Descolonizar, sin Despatriarcalizar»
Maria Galindo