En Bolivia, mueren tres mujeres por cáncer de cuello uterino cada día.
Pese a que una prueba de Papanicolaou es la manera más efectiva de prevenir y atender oportunamente esta enfermedad, todavía existen tabúes y prejuicios a su alrededor.
“Cuando me dijeron la palabra cáncer estaba segura de que iba a morir”, recuerda Ana, años después de la experiencia, con un tono calmado.
Luego de hacerse una prueba de Papanicolaou, Ana caminaba, desesperada, de un lado a otro en la sala del hospital. Esperaba los resultados de su prueba.
Ana fue diagnosticada con cáncer de cuello uterino en agosto de 2021.
Cuando le dijeron que tenía un tumor de dos centímetros en el cuello del útero pensó en lo peor. Dos años después, luego de una cirugía, está recuperándose satisfactoriamente.
“Se puede salvar la vida de una mujer haciendo un examen de Papanicolaou. Es un cáncer silencioso, te das cuenta cuando ya es demasiado doloroso”, dice Ana.
Entre enero y noviembre de 2022 más de dos mil personas murieron por cáncer en Bolivia. Dos de cada diez muertes, de ese total, fueron provocadas por lesiones asociadas al cáncer de mama, cuello uterino y zonas contiguas.
Ana, desde su experiencia, reconoce que un diagnóstico de cáncer de cuello uterino trae efectos directos en la salud mental.
Además, comenta que tuvo que realizarse muchos exámenes. “Los tratamientos son caros”, lamenta. Ana admite que, económicamente, también fue muy difícil hacerle frente a la enfermedad.
*Dejamos en reserva el apellido de Ana para resguardar su privacidad.
La prueba de Papanicolaou es un tabú en Bolivia
Los tabúes, el machismo, la falta de información, la falta de acceso a los centros de salud y servicios de ginecobstetricia poco empáticos son las principales barreras para acceder a pruebas de Papanicolaou (PAP) en Bolivia.
Existe una enorme cantidad de mentiras y prejuicios sobre el test de Papanicolaou que ponen en situación de vulnerabilidad a las mujeres.
Es común escuchar que la detección del virus del papiloma humano (VPH) positivo “es igual a tener cáncer”, o que “eso le pasa a las mujeres por tener vida sexual desde muy chicas” y otros prejuicios que se envuelven en miedo, culpa y dolor.
El cáncer de cuello uterino es provocado por las lesiones que provocan las infecciones por el virus del papiloma humano. Aunque no en todos los casos.
El VPH se transmite a través de contacto sexual. Habitualmente, el cuerpo de las mujeres puede combatir la infección por VPH, pero, algunas veces, las lesiones que resultan de ella conducen a casos de cáncer.
De manera preventiva, todas las mujeres, después de iniciar su vida sexual y al menos hasta los 65 años, deben hacerse una prueba de Papanicolaou cada año. El cáncer de cuello uterino puede prevenirse con exámenes como el PAP o el IVAA.
Se trata de test preventivos cruciales, pero que muchas mujeres evitan debido a prejuicios o falta de información oportuna.
Cada año unas cuatro millones de mujeres tendrían que realizarse una prueba de Papanicolaou en Bolivia. Entre enero y noviembre de 2022, solo 380 mil lograron hacerse la prueba del PAP y 59 mil la prueba de IVAA.
La inspección visual con ácido acético (IVAA) es una alternativa a la citología (PAP) para detectar lesiones cancerosas en estadios tempranos. Por lo general, se utiliza en zonas de escasos recursos debido a la inmediatez de sus resultados, el bajo costo de implementación y la sencillez del procedimiento.
El proyecto Mujeres Fuerza
“Hay mucho miedo en las mujeres a realizarse la prueba de Papanicolaou, también hay machismo. (…) Muchas mujeres decían que sus esposos debían consentir para que se hicieran el test”, asegura Claudia Ojeda, coordinadora, Proyecto Mujeres Fuerza.
Tres mujeres mueren al día por cáncer de cuello uterino en Bolivia, según información de 2019 del Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud. A nivel global, más de 300,000 mujeres mueren por cáncer de cuello uterino cada año, también según la OMS.
Las pruebas de detección oportunas y la vacuna contra el VPH pueden ayudar a prevenir el cáncer de cuello uterino. La detección temprana mejora ampliamente las probabilidades de éxito en el tratamiento.
Claudia tiene la esperanza de que las mujeres de su municipio sean diagnosticadas y tratadas a tiempo. Claudia junto al proyecto Mujeres Fuerza en el municipio de Sacaba impulsa actividades de sensibilización.
Además, en 2020, impulsaron la promulgación de la ley 274 en el municipio de Sacaba. En esa norma se establece la implementación de acciones estratégicas para la prevención y diagnóstico del cáncer de cuello uterino.
Con el respaldo de esa ley municipal, en Sacaba se realizan campañas semestrales con pruebas gratuitas de Papanicolaou. Claudia asegura que en cada campaña alrededor de mil mujeres acceden a los tests.
Menos de la mitad de mujeres con PAP e IVAA positivo recibe tratamiento
“Mi esperanza es poder ayudar a que las mujeres se traten a tiempo”, dice Claudia Ojeda.
Su trabajo consiste en socializar los derechos de las mujeres y contribuir con la prevención del cáncer de cuello uterino.
Se unió a esta lucha porque en Sacaba, donde también vive, existe poca información y acceso a las pruebas de Papanicolaou. Le tocó, en más de una ocasión, acompañar a las pacientes a lo largo de sus viajes terapéuticos y de recuperación.
La estrategia de eliminación del cáncer del cuello uterino de la OMS para el 2030 dice que el 90% de las mujeres con diagnóstico de enfermedad cervicouterina, por país, debe estar en tratamiento.
En Bolivia este objetivo aún se ve lejano.
Entre enero y noviembre de 2022, más de diez mil mujeres dieron positivo a pruebas de detección de lesiones o cambios celulares anormales en el cuello uterino. Estos son los primeros indicios de un posible cáncer de cuello uterino.
De todas ellas, según datos del SNIS, menos de la mitad recibió tratamiento.
“Cuando el cáncer es detectado es importante seguir con el tratamiento, porque muchas mujeres se hacen la biopsia y no continúan con el tratamiento”, advierte Claudia.
Servicios de salud “sin calidad ni calidez”
La dificultad de acceso a los servicios de salud y su deficiente calidad interfieren directamente en la prevención contra el cáncer del cuello uterino.
Claudia Ojeda asegura que entre las principales debilidades en la atención médica están la falta de información y la vulneración de la privacidad para que las mujeres puedan acceder a la prueba de Papanicolaou.
Además, apunta, no se cuenta con los ambientes y equipos adecuados. Tampoco con la flexibilidad de horarios que requieren las mujeres trabajadoras.
“La atención muchas veces no es de calidad, tampoco con calidez. No hay una atención oportuna y rápida. Muchas veces las mujeres tienen que madrugar, sacar ficha y esperar a ser atendidas (durante horas)”, lamenta Claudia.
El Sistema Único de Salud (SUS) cubre de manera gratuita las pruebas de Papanicolau, pero es importante que los gobiernos municipales gestionen recursos para hacer campañas que eviten las habituales filas de los servicios de salud públicos.
El hombre, portador silencioso del virus del papiloma humano
Las políticas y programas de salud sexual y de la reproducción, y los esfuerzos en investigación, se concentran en ejercer un amplio control epidemiológico de la infección en mujeres. Pero omiten el rol de los varones en la transmisión del virus del papiloma humano.
Diversas investigaciones reportan que los mayores portadores de VPH son los varones. La mayoría de los hombres que se infectan por VPH no presentan síntomas y la infección es transitoria.
Aunque el virus afecta a mujeres y hombres, solo las mujeres la combaten. La vacunación contra el VPH en niñas y niños puede ser eficiente para reducir su incidencia.
Asimismo, el uso correcto de condones durante las relaciones sexuales puede ayudar a disminuir las probabilidades de contagio.
La Organización Panamericana de la Salud asegura que la prevalencia mundial del VPH en hombres es alta en todas las regiones del mundo, alcanzando el 21% de la población.
¿Nos hacemos el PAP?
La ley nacional 252 establece que todas las servidoras públicas y trabajadoras cuentan con un día laboral libre y remunerado para realizarse el examen de Papanicolaou (PAP) y la mamografía.
Los costos de una prueba PAP oscilan entre 100 y 300 bolivianos en centros como Marie Stopes, CIES y Prosalud. Sin embargo, el Seguro Universal de Salud cubre de manera gratuita la consulta ginecológica y la prueba en centros de primer y segundo nivel.
El PAP tarda cinco minutos y consiste en introducir un espéculo de metal o plástico en la vagina. Puede ser incómoda porque causa la sensación de un leve raspado cuando se recogen células del cuello uterino. Pero no debe ser doloroso.