Amy Winehouse dejó tras de sí una estela imposible de borrar. Su voz aguardentosa, el calvario de su vida amorosa y su carrera musical, la belleza y el poder de sus ojos egipcios, sus ausencias, nunca dejarán de ser una herida en nuestros corazones.
El fallecimiento de Amy Winehouse hace siete años quizás sea una de las últimas grandes tragedias musicales. Su pérdida aún nos duele y, por eso mismo, nunca nos cansamos de recordarla. A continuación te compartimos el programa que le dedicó Valle del Rock a nuestra ninfa enamorada y alcoholizada.
«Amy piernas de palillo, ectoplasmática. Ojos siderales de Lilith en una Babilonia informática, sus tatuajes lombrosianos, su frondosa cabellera. Y parece que toda esa inmensidad (cantar seductoramente) le costaría menos que tirarse un pedo, es un pajarito, es un tigre instantáneamente y a voluntad cantando con la perfecta ecuanimidad de las estatuas. Realmente a Amy todo le vale un reverendo carajo«.
Julio Barriga